Carlos Fernando Galán hizo un llamado a los bogotanos tras la muerte de una niña embestida en el sur de la ciudad: “Nos duele a todos”

El incidente se produjo cuando un conductor de taxi, bajo los efectos del alcohol, perdió el control del vehículo y embistió a un grupo de peatones que regresaban a sus hogares

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Carlos Fernando Galán lamentó la muerte de la niña de 15 años- crédito @CarlosFGalan/X

La muerte de Karol Estefanía Arturo Torres, una adolescente de 15 años, tras ser arrollada por un taxista en estado de embriaguez en el barrio Los Libertadores de la localidad de San Cristóbal, ha sacudido a Bogotá y reavivado el debate sobre la seguridad vial en la ciudad.

El trágico suceso, registrado en la noche del sábado 8 de noviembre, dejó un saldo de once personas atropelladas, entre ellas cuatro menores de edad, y ha generado un profundo impacto en la opinión pública, así como un llamado urgente a la reflexión sobre la responsabilidad colectiva en las calles.

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El incidente se produjo cuando un conductor de taxi, bajo los efectos del alcohol, perdió el control del vehículo y embistió a un grupo de peatones que regresaban a sus hogares.

Entre las víctimas se encontraba Karol Estefanía, que falleció en el hospital Santa Clara debido a la gravedad de sus lesiones; su hermano menor, Juan Martín Arturo Torres, de siete años, permanece internado en estado crítico, mientras la familia exige justicia.

El conductor fue detenido y enfrenta cargos por homicidio y lesiones personales culposas bajo los efectos del alcohol.

La tragedia motivó una respuesta inmediata por parte del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, que expresó su pesar por la pérdida de la joven y la difícil situación de su hermano.

El mandatario calificó el caso como una tragedia evitable y subrayó la necesidad de fortalecer tanto las acciones institucionales como el compromiso ciudadano para prevenir más muertes en las vías.

El dirigente no fue ajeno
El dirigente no fue ajeno al siniestro vial en el sur de Bogotá- crédito X

La responsabilidad de un hombre resultó en la muerte de una niña, el dolor de una familia y la tristeza de toda una ciudad”, lamentó Galán, que insistió en que la imprudencia y el consumo de alcohol al volante continúan cobrando vidas inocentes.

En su declaración, el alcalde contextualizó la magnitud del problema al señalar que, entre 2024 y lo que va de 2025, más de 1.000 personas han perdido la vida en siniestros viales en Bogotá.

Solo en 2024 se registraron 573 víctimas fatales, y en los primeros diez meses de 2025 ya se contabilizan 470 muertes. Galán reconoció los avances logrados, pero advirtió que la lucha por la seguridad vial está lejos de concluir.

“En Bogotá estamos librando una lucha por la seguridad vial, pero tenemos que hacer más. También debemos lograr que la ciudadanía asuma un compromiso mayor en esta lucha”, afirmó el dirigente.

El hombre fue identificado como
El hombre fue identificado como José Eduardo Chalá Franco - crédito Captura de Video redes sociales

Las autoridades han implementado diversas políticas para reducir la siniestralidad, entre ellas la gestión de velocidad, que combina infraestructura, control y campañas de comunicación.

Esta estrategia ha permitido disminuir en un 25% las muertes en las zonas más críticas, lo que equivale a unas 64 vidas salvadas. Desde 2024, se han instalado 141 resaltos en vías arteriales y 26 reductores adicionales en vías locales y ciclorrutas.

El alcalde reconoció que estas medidas pueden resultar incómodas para algunos conductores, pero enfatizó su eficacia: “Estas medidas pueden parecer incómodas, pero salvan vidas”.

El uso de cámaras de fotodetección también ha mostrado resultados positivos. Según datos de la Secretaría de Movilidad, en los puntos donde operan estas cámaras, las fatalidades han disminuido un 30% y los siniestros graves un 27%.

José Eduardo Chalá Franco, de
José Eduardo Chalá Franco, de 56 años de edad, fue capturado en flagrancia tras el siniestro via l- crédito Redes sociales

A pesar de estos logros, persiste la resistencia de parte de la ciudadanía, que percibe estas acciones como sancionatorias o motivadas por intereses económicos.

Frente a estas críticas, Galán fue enfático: “Muchos se quejan de no poder ir a más de 50 km/h y otros insinúan que las cámaras son un negocio. Pero la verdad es que estas medidas salvan vidas, y cualquier esfuerzo que hagamos por salvar vidas es un esfuerzo que debemos hacer”.

Un aspecto especialmente preocupante es la situación de los motociclistas. Aunque las motocicletas representan solo el 7% de los viajes en Bogotá, están involucradas en el 70% de los siniestros con fatalidades, lo que convierte el desplazamiento en moto en una actividad casi cuatro veces más riesgosa que caminar.

El alcalde destacó que las medidas de control para las motos buscan, sobre todo, proteger la vida de los propios motociclistas.

La conmemoración del Día Mundial en Memoria de las Víctimas de Siniestros Viales, celebrada el domingo anterior al hecho, sirvió para que el alcalde hiciera un llamado a la reflexión colectiva.

Galán solicitó al Gobierno Nacional y a la Agencia Nacional de Seguridad Vial reactivar la campaña de las “Estrellas Negras”, que marcaba con estrellas los lugares donde se había producido una muerte en las vías, con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía.

“Debemos retomarla con un único propósito: salvar vidas en las calles de Bogotá y de todas las ciudades del país”, enfatizó.

El fallecimiento de Karol Estefanía Arturo Torres se suma a una lista de víctimas que no deja de crecer, recordando que detrás de cada cifra hay una historia interrumpida y una familia afectada.

Mientras la ciudad enfrenta el reto de transformar el dolor en conciencia, la muerte de la adolescente se convierte en un recordatorio de que la seguridad vial trasciende las normas y apela a la humanidad de todos.