Estas son las fotografías de la toma del Palacio de Justicia tomadas por Rafael González: el archivo fue entregado al Centro de Memoria Histórica

El archivo entregado al Centro Nacional de Memoria Histórica se convierte en herramienta para la investigación, la memoria colectiva, y para actividades educativas

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El archivo fotográfico inédito de
El archivo fotográfico inédito de Rafael González revela detalles desconocidos de la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985 - crédito Rafael González/Centro Nacional de Memoria Histórica

El hallazgo de un archivo fotográfico oculto durante casi cuatro décadas permitió que Colombia vuelva a mirar de frente uno de los episodios más oscuros de su historia reciente: la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985.

Un centenar de imágenes inéditas, capturadas por el reportero gráfico Rafael González, se exhiben ahora en Archivo General, en Bogotá, convertida en epicentro de memoria y reflexión, gracias a una colaboración entre el propio fotógrafo y el Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh), según informó Noticias Caracol.

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El 6 y 7 de noviembre de 1985, la Plaza de Bolívar se transformó en escenario de violencia y confusión. González, que entonces trabajaba como enviado especial para medios como El Espacio y El Bogotano, así como para agencias internacionales, llegó al lugar hacia las 10:30 a. m..

Equipado con dos cámaras, una para su trabajo periodístico y otra personal, documentó cada instante de la tragedia. Mientras enviaba los rollos oficiales a su redacción mediante mensajeros, con la otra cámara capturó más de cien fotografías en blanco y negro que, por azares del destino, permanecerían ocultas durante treinta y nueve años.

La exposición en la Casa
La exposición en la Casa del Florero exhibe más de cien imágenes ocultas durante 40 años sobre la tragedia del Palacio de Justicia - crédito Rafael González/Centro Nacional de Memoria Histórica

La Casa del Florero, que durante la crisis fue tomada por el Ejército y utilizada como cuartel improvisado, se convirtió en el punto de observación de la prensa.

“Después de dar varias vueltas por el sector, el sitio más acondicionado era el de la Casa del Florero, en la esquina, porque vimos que el Ejército se había tomado la Casa y lo estaba utilizando como cuartel, digámoslo de esa manera”, relató González a Noticias Caracol.

Desde allí, los periodistas presenciaron la llegada de soldados y policías, la evacuación de heridos y cadáveres, y el traslado de rehenes y detenidos.

Las fotografías documentan el papel
Las fotografías documentan el papel del Ejército, la evacuación de heridos y la identificación de detenidos durante la crisis en la Plaza de Bolívar - crédito Rafael González/Centro Nacional de Memoria Histórica

Las imágenes de González documentan la forma en que el Ejército estableció cordones de seguridad, impidiendo el paso de la prensa más allá de la carrera séptima. “El Ejército hizo un cordón de seguridad porque no nos dejaban pasar de la séptima. Ellos se venían ahí como se ven en las fotografías, entraban a la Casa del Florero y volvían y salían permanentemente, y uno atravesándose a los policías, al Ejército, lograba hacer las fotos que pudiera”, explicó el fotógrafo.

En su archivo se observa cómo los primeros fallecidos fueron trasladados a la Alcaldía de Bogotá, mientras que los heridos y rescatados eran llevados hacia el oriente, a la Casa del Florero.

El proceso de identificación de sobrevivientes y detenidos también quedó registrado. “Como iban metiendo en la Casa del Florero los detenidos, a todo el mundo lo iban metiendo, y allí tenían un registro de identificación, allá identificaban quién es quién, y quién quedaba detenido y quién quedaba en libertad, y los que se llevaban los sacaban por la calle 12”, detalló González.

Una de las fotografías muestra al coronel Alfonso Plazas junto a un rehén ingresando a la Casa del Florero, imagen que hoy sirve de apoyo al trabajo de esclarecimiento que adelanta el Cnmh.

La muestra fotográfica busca involucrar
La muestra fotográfica busca involucrar a familiares de víctimas en actividades educativas y culturales para construir memoria histórica - crédito Rafael González/Centro Nacional de Memoria Histórica

La magnitud de la tragedia quedó reflejada en la mirada de González. “Me acuerdo mucho que las metralletas, los tortazos, las bombas, los incendios fueron muy fuertes”, evocó el reportero gráfico.

“Los periodistas estuvimos parapetados en la Casa del Florero durante dos días, hasta que el Ejército tomó plenamente el Palacio de Justicia. Fue entonces cuando entró la Cruz Roja, pero ya no había absolutamente nada: todo estaba incendiado, quemado, desolado. Lo que pude apreciar fue que, durante ese tiempo, hubo muchos heridos, creo que muertos, retenidos civiles, guerrilleros, no sé... militares, gente indecisa. A todos los traían detenidos desde el Palacio de Justicia y los llevaban aquí, a la Casa del Florero”.

El destino de este archivo fotográfico estuvo marcado por el olvido. Días después de la toma, González fue enviado a cubrir la avalancha de Armero, tragedia que dejó 25.000 muertos y eclipsó mediáticamente los hechos del Palacio de Justicia.

El archivo de González, sin
El archivo de González, sin compensación económica, contribuye a profundizar investigaciones sobre los hechos del Palacio de Justicia - crédito Rafael González/Centro Nacional de Memoria Histórica

“Así fue como los 100 muertos del Palacio de Justicia dieron paso a los 25.000 muertos de Armero, donde el muerto de hoy ya no es noticia”, reflexionó González. El archivo permaneció guardado durante años, hasta que, revisando sus pertenencias, el fotógrafo encontró los negativos sin identificar. Al revelarlos, se sorprendió por el “material inédito y dramático” que había conservado.

La entrega de estas fotografías al Centro Nacional de Memoria Histórica se produjo sin que González recibiera compensación económica. El material fue acogido por la institución, que lo integró a sus labores de esclarecimiento y memoria. “Cuando yo me puse a mirar estas fotos, dije que yo tenía que hacer algo con eso y se me ocurrió lo del Centro de Memoria Histórica, y allá están haciendo un trabajo maravilloso”, afirmó González.

La visión de González sobre el poder de la fotografía como testimonio quedó plasmada en sus palabras: “La fotografía es el mensaje más divino, retener la historia, la historia queda ahí en esa fotografía; queda uno ahí de por vida, eso es congelar la historia”, expresó a Noticias Caracol.

Al referirse a los hechos de noviembre de 1985, fue contundente: “Eso fue un genocidio, de parte y parte. Que se pudo evitar, claro. Pero el Ejército se tomó el Palacio a sangre y fuego, y los guerrilleros sabían que podría suceder eso porque ellos podrían negociar como hicieron en la embajada de República Dominicana, que podía negociar y no hubo tal”.