Así es el papeleo detrás de cada concierto en Bogotá: por qué montar un show puede convertirse en una pesadilla

Detrás del brillo de los escenarios y las estrellas, hay un papeleo que puede hacer tambalear cualquier concierto en la ciudad

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El proceso para organizar conciertos
El proceso para organizar conciertos en Bogotá exige cumplir estrictos requisitos legales y de seguridad - crédito María Alejandra Villamizar y Páramo Presenta

Conseguir que un artista se presente en Bogotá no depende solo de la voluntad del público o del presupuesto de una productora. Detrás de cada concierto hay una ruta burocrática extensa que, si no se sigue con precisión, puede convertir un espectáculo multitudinario en un problema de orden público o incluso en una cancelación de última hora. En la capital, montar un evento masivo implica cumplir una serie de requisitos técnicos, legales y de seguridad que hacen del proceso un verdadero laberinto administrativo.

El punto de partida está en el Sistema Único de Gestión para el Registro, Evaluación y Autorización de Actividades de Aglomeración de Público (Suga), creado por el Decreto Distrital 599 de 2013. A través de este sistema digital, los organizadores deben tramitar los permisos ante las entidades del Distrito, aportando una lista de documentos que incluyen el plan de emergencia y contingencia, el estudio de aforo, el diseño de infraestructura temporal, los protocolos de seguridad, los conceptos de movilidad, y las certificaciones ambientales y sanitarias.

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El sistema Suga centraliza la
El sistema Suga centraliza la gestión de permisos para eventos masivos en la capital colombiana - crédito Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte

Todo esto debe radicarse con al menos diez días hábiles de anticipación, aunque las autoridades recomiendan hacerlo con varios meses de margen, sobre todo cuando se trata de espectáculos de gran magnitud.

Una vez enviada la solicitud, entidades como el Idiger, la Secretaría de Salud, los Bomberos, la Policía Metropolitana, Movilidad, Cultura y Ambiente entran en escena. Cada una emite su propio concepto técnico para determinar si el evento puede realizarse o no. Cualquier detalle omitido puede retrasar la aprobación o, en el peor de los casos, poner en riesgo la viabilidad del concierto. Este nivel de control no es casual, el objetivo del Distrito es garantizar la seguridad del público, evitar emergencias y proteger el espacio urbano.

El panorama normativo no se limita al ámbito local. En el nivel nacional, la Ley 1493 de 2011, conocida como la Ley de Espectáculos Públicos, regula los eventos de artes escénicas y exige el registro en el Pulep (Portal Único de Espectáculos Públicos de las Artes Escénicas). Esta ley también impone una contribución parafiscal del 10% sobre la boletería, recursos que se destinan al fortalecimiento de la infraestructura cultural del país. Posteriormente, el Decreto 1276 de 2020 introdujo algunos alivios, permitió que los escenarios culturales pudieran registrarse anualmente y redujo el número de conceptos técnicos requeridos para cada presentación.

La Ley de Espectáculos Públicos
La Ley de Espectáculos Públicos y el Pulep regulan los conciertos a nivel nacional en Colombia - crédito cortesía

Sin embargo, incluso con esas simplificaciones, el proceso sigue siendo exigente. Una vez que el evento es autorizado, las autoridades distritales ponen en marcha un esquema de inspección, vigilancia y control (IVC) para verificar que todas las condiciones se cumplan durante el desarrollo del espectáculo. Si se detectan irregularidades, los organizadores pueden enfrentar sanciones, suspensiones o cancelaciones. Eso fue justamente lo que sucedió con el concierto de Kendrick Lamar en Bogotá, cuyo evento no superó los controles finales del Distrito.

Para los empresarios del entretenimiento, este conjunto de normas representa un equilibrio difícil entre la seguridad pública y la agilidad de la industria cultural. En la práctica, la organización de un concierto en Bogotá no solo demanda una inversión económica considerable, también una logística documental y técnica que pocos imaginan cuando compran una entrada.

El caso del concierto de
El caso del concierto de Kendrick Lamar en Bogotá ilustra los riesgos de no superar los controles finales - crédito composición fotográfica Infobae

Aun así, las autoridades insisten en que los procedimientos no buscan entorpecer el trabajo de los productores, sino prevenir emergencias que puedan poner en riesgo vidas humanas o afectar el orden público y garantizar la seguridad integral de los asistentes. Los organizadores deben evitar dejar los trámites para último momento, señalando que aunque la ley permite radicar solicitudes con diez días hábiles de anticipación, la experiencia demuestra que ese plazo resulta insuficiente para cumplir todos los requisitos.