
El triple homicidio ocurrido en una barbería de la urbanización Pinar del Río, en el sur de Barranquilla, ha vuelto a encender las alarmas sobre la violencia urbana y ha puesto en entredicho la reciente tregua entre las bandas criminales Los Costeños y Los Pepes.
Tres hombres fueron asesinados en la tarde del viernes 3 de octubre de 2025, apenas un día después de que los cabecillas de ambas estructuras, Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, y Digno Palomino, firmaran desde la cárcel La Picota un pacto de no agresión que, en teoría, debía reducir los homicidios en la capital del Atlántico.
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El crimen, que se produjo hacia las 4:20 p. m., ocurrió cuando dos hombres en motocicleta llegaron hasta una barbería ubicada en el segundo piso de un edificio de la urbanización Pinar del Río.
Uno de ellos ingresó al local y disparó de manera indiscriminada contra quienes se encontraban dentro. Dos de las víctimas murieron en el lugar y una tercera falleció minutos después en el centro asistencial Paso El Pueblito, según el reporte oficial.
Las víctimas fueron identificadas como José Robles Rocha (24 años), Jefferson Villegas Ramírez (31 años) y Alejandro Osorio Piñeres (24 años). De acuerdo con las primeras investigaciones, los tres se encontraban reunidos en el establecimiento cuando fueron sorprendidos por el atacante.
La lista de hipótesis por parte de las autoridades
Aunque inicialmente se habló de un ajuste de cuentas, las autoridades manejan tres hipótesis principales sobre el origen del ataque.

La primera apunta a una disputa por rutas de cobradiario, ya que dos de los fallecidos —Robles y Villegas— se dedicaban a prestar dinero de manera informal en distintos sectores del suroccidente de la ciudad. De acuerdo con información del portal Zona Cero, los dos habrían tenido diferencias recientes con otros cobradores que manejaban la misma zona, lo que pudo derivar en una retaliación.
La segunda línea de investigación se relaciona con una deuda económica que las víctimas mantenían con un grupo rival, lo que habría desencadenado el ataque como forma de presión o castigo.
Y la tercera hipótesis, la que cobra mayor fuerza entre los investigadores, vincula el caso directamente con la banda Los Pepes. Según versiones recogidas por las autoridades, el 25 de agosto pasado José Robles y Alejandro Osorio habrían sostenido una riña con presuntos integrantes de ese grupo armado, luego del hurto de un parlante. El incidente habría terminado con amenazas contra ambos jóvenes, lo que ahora se investiga como un posible ajuste de cuentas ejecutado por sicarios al servicio de Los Pepes.
El comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, brigadier general Edwin Masleider Urrego Pedraza, confirmó que la institución adelanta operativos para identificar a los responsables y determinar qué estructura criminal está detrás del hecho.
“La Policía Nacional se permite informar el lamentable hecho donde mueren al interior de una barbería del barrio Pinar del Río de la ciudad de Barranquilla dos personas. Una más, herida, fue trasladada al centro asistencial, pero en el trayecto llega sin signos vitales”, señaló el oficial.

El ataque ocurrió menos de 24 horas después del anuncio de tregua entre Los Costeños y Los Pepes, un pacto con vigencia hasta el 20 de enero de 2026 que buscaba respaldar la iniciativa de paz urbana del Gobierno del presidente Gustavo Petro.
El acuerdo entre Los Pepes y Los Costeños
El acuerdo, firmado por ambos líderes desde prisión, incluía el compromiso de suspender homicidios, atentados y extorsiones. Sin embargo, la masacre de Pinar del Río ha generado serias dudas sobre la efectividad de esa tregua y sobre el control real que los cabecillas mantienen sobre sus subordinados en los barrios del suroriente y suroccidente de Barranquilla.
Las autoridades departamentales activaron un plan candado en la zona, aunque hasta el momento no se reportan capturas. Vecinos del sector relataron que la barbería era un punto de encuentro habitual de jóvenes del barrio y que nunca antes había sido escenario de violencia.
Mientras los investigadores intentan determinar si el triple asesinato fue una acción planificada para enviar un mensaje a la estructura rival o una vendetta interna, el caso se convirtió en la masacre número 62 registrada en Colombia durante 2025, según cifras de Indepaz.

Barrios como Pinar del Río, Rebolo, Carrizal o La Sierrita siguen siendo escenario de ataques sicariales, extorsiones y enfrentamientos entre bandas, pese a los anuncios de pacificación.
La madre de una de las víctimas, Jefferson Villegas, resumió entre lágrimas el drama que vive la comunidad:
“Mi hijo era un hombre trabajador, se ganaba la vida como mototaxista y cobradiario. Esa tarde solo iba a cortarse el cabello. Nunca imaginé que sería la última vez que lo vería”, dijo a El Heraldo.
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