Las colombianas Manuela Bedoya y Luna Barreto, detenidas en la flotilla de solidaridad con Gaza, aceptaron cargos: serán deportadas por Israel

El proceso judicial israelí obliga a los extranjeros detenidos de la flotilla humanitaria a admitir una infracción para acceder a la expulsión rápida, aunque su ingreso al país se produjo bajo custodia

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Manuela Bedoya y Luna Barreto,
Manuela Bedoya y Luna Barreto, activistas de la flotilla Sumud, permanecen en prisión en Sderot tras admitir acusaciones impuestas por autoridades israelíes, lo que acelera su expulsión en un plazo máximo de dos días - crédito @manuela_bedoya_j y @lune.feu/Instagram/Reuters

Manuela Bedoya y Luna Barreto, las dos activistas colombianas que formaban parte de la flotilla Sumud con ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, han aceptado los cargos impuestos por el gobierno de Israel y se encuentran a la espera de su inminente deportación.

Según información de Blu Radio, ambas permanecen en la prisión de Sderot, en el sur de Israel, y podrían ser expulsadas del país en un plazo máximo de dos días, tras optar por la vía expedita que ofrece el sistema judicial israelí para estos casos.

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La decisión de Bedoya y Barreto de aceptar los cargos responde a la dinámica legal que enfrentan los extranjeros detenidos en el contexto de la flotilla humanitaria.

De acuerdo con el medio mencionado, el sistema israelí plantea a los detenidos la alternativa de admitir la acusación de entrada ilegal al país, lo que permite una deportación rápida.

En caso contrario, quienes rechazan los cargos deben someterse a un proceso judicial que, en la mayoría de los casos, también concluye con la deportación.

Esta situación afecta actualmente a cerca de 450 personas que permanecen bajo custodia en Israel tras participar en la misión humanitaria.

Declaraciones de Manuela Bedoya, detenida por fuerzas israelíes - crédito redes sociales

El caso de las activistas colombianas pone de relieve una paradoja legal: aunque la acusación formal es la de ingreso ilegal a Israel, tanto Bedoya como Barreto, al igual que el resto de los detenidos, fueron interceptadas en aguas internacionales y trasladadas a territorio israelí por las fuerzas de seguridad de ese país.

Blu Radio subraya que, pese a no haber ingresado por voluntad propia a Israel, el sistema judicial exige la aceptación de este cargo como condición para la deportación.

La situación de Bedoya y Barreto no es aislada. Blu Radio reporta que, antes de las colombianas, cuatro activistas italianos ya fueron deportados tras aceptar los mismos cargos.

El resto de los detenidos internacionales, provenientes de distintas nacionalidades, se encuentra en proceso de decidir si opta por la vía rápida de la aceptación de cargos o enfrenta el procedimiento judicial, que suele derivar en el mismo desenlace.

En medio de este proceso, funcionarios consulares de Colombia han visitado a las activistas en la prisión de Sderot para brindarles acompañamiento y verificar su estado.

Las autoridades diplomáticas colombianas mantienen seguimiento sobre el caso y han confirmado que la deportación de Bedoya y Barreto podría concretarse en las próximas horas, según la información recabada por Blu Radio.

El sistema legal israelí obliga a los detenidos a admitir una infracción que no cometieron por decisión propia, ya que su traslado a Israel se produjo bajo custodia de las fuerzas de seguridad.

Esta contradicción define el trasfondo de los procesos de deportación que enfrentan cientos de activistas internacionales en el país.

Ellas son Manuela Bedoya y Luna Barreto, las colombianas que se fueron a llevar ayuda humanitaria a Gaza y Palestina

La retención de dos activistas colombianas en aguas internacionales, mientras participaban en una misión humanitaria con destino a Gaza, ha desencadenado una serie de reacciones oficiales y el seguimiento de organizaciones de derechos humanos.

Durante su trayecto, la misión
Durante su trayecto, la misión fue rodeada por aproximadamente 20 naves de la marina israelí cuando faltaban menos de 90 millas náuticas para arribar a su destino - crédito Europa Press

Manuela Bedoya y Luna Barreto, ambas con experiencia en proyectos sociales y defensa de los derechos humanos, formaban parte de una flotilla internacional que buscaba entregar insumos esenciales a la población palestina, cuando fuerzas israelíes interceptaron el barco en el que viajaban.

La operación, que involucró a más de cuarenta embarcaciones y voluntarios de distintos países, fue interrumpida por aproximadamente veinte naves de la marina israelí cuando la flotilla se encontraba a menos de noventa millas náuticas de su destino.

Las activistas colombianas integraban la delegación encargada de transportar ayuda y visibilizar la situación de carencias y bloqueo en la Franja de Gaza. Ambas se encontraban a bordo del barco Hio en el momento de la detención.

Diversos comunicados oficiales han calificado la acción como una violación a normas del derecho internacional y a los Acuerdos de Ginebra.

La respuesta del gobierno colombiano incluyó la solicitud de liberación inmediata de las activistas y el inicio de gestiones diplomáticas para atender el caso.

La misión internacional fue interrumpida
La misión internacional fue interrumpida por la marina israelí en aguas internacionales. Videos grabados a bordo y la presión de la comunidad global mantienen la atención sobre el destino de las detenidas - crédito @manuela_bedoya_j y @lune.feu/Instagram

Manuela Bedoya, originaria de Cali, ha desarrollado una trayectoria centrada en el acompañamiento de procesos humanitarios y sociales. Su labor se ha enfocado en la restitución de derechos, el fortalecimiento de la memoria histórica y la salud colectiva en diversas regiones de Colombia. Ha articulado su trabajo en ámbitos universitarios, comunitarios e internacionales, promoviendo la voz de las víctimas del conflicto armado colombiano. Entre sus experiencias más recientes se encuentran la participación en la Caravana Humanitaria del Bajo Calima y Medio San Juan en 2023 y en el Encuentro de víctimas y sobrevivientes realizado por la Universidad del Valle en 2022.

Por su parte, Luna Barreto, de 24 años, es defensora territorial, educadora social y activista latina residente en Jordania.

Barreto migró tras su participación en las movilizaciones del Paro Nacional de 2021. Su trayectoria internacional se expandió en Turquía y Polonia, hasta establecerse en Amán junto a su pareja de nacionalidad palestina. Barreto desempeña tareas en campos de refugiados, con especial énfasis en el trabajo con infancias palestinas, utilizando el arte como herramienta terapéutica. Ha impulsado el Frente Abya Yala, una articulación que reúne a colectivos latinoamericanos y caribeños para acciones de solidaridad con la causa palestina.