Euro en Colombia volvió a desplomarse y encendió alertas por la incertidumbre global y local: así cerró el 3 de octubre

El euro cerró a la baja en Colombia en medio de un escenario global de alta volatilidad y tensiones locales. Analistas advierten que la combinación de política monetaria, inflación y panorama político sigue presionando al mercado cambiario

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El euro cerró el 3
El euro cerró el 3 de octubre de 2025 en Colombia a $4.548,48, con una caída diaria de $17,02 - crédito Freepik

El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 3 de octubre de 2025 en un promedio de $4.548,48, lo que representó una caída de $17,02 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de -0,37%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.566,13 y un mínimo de $4.540,91, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.

Si bien no se registraron máximos históricos, la caída en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.

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El euro se sostiene como
El euro se sostiene como moneda de referencia en Europa ante la debilidad de la libra y la volatilidad global - crédito Mohamed Abd El Ghany/REUTERS

Con referencia a la rentabilidad de la última semana, el euro anota un descenso 0,51% y desde hace un año mantiene aún un descenso del 1,21%.

Respecto de fechas anteriores, encadenó dos sesiones sucesivas en números rojos. La cifra de la volatilidad fue de 13,69%, que es una cifra ligeramente inferior al dato de volatilidad anual (14,81%), lo que indica que está teniendo un comportamiento más estable de lo que indica la tendencia general en este momento.

Análisis de mercado

El euro y el peso colombiano se encuentran en el centro de un escenario global donde la incertidumbre marca la pauta y condiciona las expectativas de inversionistas y bancos centrales. En Europa, la moneda común enfrenta un panorama de resiliencia moderada, el PMI Compuesto de septiembre alcanzó 51,2, impulsado principalmente por los servicios (51,3), mientras que la industria y el empleo evidencian debilidad.

Aunque la inflación se mantiene en 2,2%, la caída de los precios de producción (-0,6%) da margen para que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga su narrativa de tasas “adecuadas” y evite apresurar un giro hacia la flexibilización. Para el euro, esta mezcla de estabilidad moderada e inflación contenida se traduce en una moneda con capacidad de sostenerse frente al dólar, aun cuando la falta de dinamismo externo limita su potencial de apreciación.

El caso colombiano es más delicado. El Banco de la República mantiene la tasa de referencia en 9,25% para contener una inflación que persiste por encima de la meta, lo que refleja una política monetaria claramente restrictiva. No obstante, el frente político introduce un factor de riesgo adicional, la propuesta de una nueva Ley Minera genera rechazo en el sector privado, que advierte sobre el posible desincentivo a la inversión. Esta combinación de incertidumbre normativa y altos costos financieros configura un entorno complejo para el peso colombiano, que ya enfrenta la volatilidad natural de los flujos externos y la presión de los movimientos del dólar y del euro en los mercados globales.

Factores internacionales y locales influyeron
Factores internacionales y locales influyeron en la baja del euro, incluyendo expectativas sobre la política monetaria de EE.UU. y la inestabilidad global - crédito Antonio Bronic/REUTERS

En Estados Unidos, el riesgo de un cierre prolongado del gobierno, con más de un 70% de probabilidad de extenderse por más de diez días, amenaza con frenar el crecimiento del PIB y cortar el suministro de información estadística clave, como el reporte de nóminas no agrícolas. Sin embargo, los indicadores privados de empleo, ya reflejan un deterioro suficiente como para que los mercados descuenten dos recortes de tasas de 25 puntos básicos antes de que termine el año, comenzando en octubre.

A pesar de la parálisis política, la administración impulsa estímulos fiscales financiados por aranceles y se prepara para negociaciones cruciales con China en la cumbre de la Apec, donde el comercio agrícola, particularmente la soja, será un punto neurálgico. Para el peso colombiano, una Fed menos restrictiva podría dar algo de alivio cambiario, aunque la volatilidad seguirá presente mientras dure la parálisis en Washington.

El Reino Unido ofrece otra señal de fragilidad. Su PMI Compuesto cayó a 50,1, bordeando el estancamiento. La producción manufacturera continúa en contracción y los servicios apenas crecen, mientras que el empleo privado completa doce meses de descensos. El enfriamiento generalizado de su economía refuerza la visión de que la libra mantendrá presiones bajistas, lo que indirectamente beneficia al euro al reforzar su papel como moneda de referencia en Europa.

El riesgo de cierre del
El riesgo de cierre del gobierno en EE.UU. y la expectativa de recortes de tasas impactan los mercados cambiarios internacionales - crédito Europa Press

En Asia, la dinámica es divergente. Japón muestra un sector servicios fuerte (PMI de 53,3) frente a una manufactura en retroceso, lo que divide la visión del Banco de Japón, aunque este insiste en su intención de normalizar tasas si la inflación avanza hacia la meta. China, por su parte, se mantiene como un actor externo clave, con superávit robusto y apertura gradual de sus mercados de capitales, reforzando su rol en el comercio global.

En América Latina, México proyecta confianza con un Paquete Económico que apuesta por un aumento del 5,7 % en ingresos reales gracias al consumo interno y la mejora en la recaudación. Brasil, en cambio, se ve envuelto en la incertidumbre de una reforma fiscal que podría alterar sus finanzas públicas. Frente a este mosaico regional, el peso colombiano aparece más vulnerable: depende de la disciplina fiscal y de un manejo político capaz de restaurar confianza, mientras que el euro logra mantenerse como referencia de estabilidad relativa en un contexto global convulso.