Mauricio Lizcano propone mano dura en las elecciones para que no esté en manos de Gustavo Petro o Álvaro Uribe: “Hay que derrotar las maquinarias”

El exministro de las TIC, y ahora precandidato presidencial independiente, conversó con Infobae Colombia y lanzó duras críticas contra los líderes políticos de Colombia, por lo que prometió romper con lo que llama “20 años de herederos políticos”

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Mauricio Lizcano se define como un "colombianista", priorizando los intereses del país por encima de cualquier ideología política - crédito Infobae Colombia

En diálogo con Infobae Colombia, Mauricio Lizcano, exministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), expuso las razones que lo llevaron a lanzar una candidatura presidencial independiente con la bandera del “colombianismo”.

Durante la conversación, el dirigente explicó cómo su experiencia en distintos cargos públicos y su trayectoria en el sector tecnológico lo impulsan a plantear una propuesta centrada en la unidad nacional, más allá de las divisiones ideológicas que han marcado el rumbo político del país en las últimas décadas.

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Durante su gestión como ministro TIC, ¿en qué momento considera que se produjo el distanciamiento con el Gobierno de Gustavo Petro y qué lo llevó a emprender un proyecto político independiente con miras a la presidencia de la República?

La primera es que no rompí nada de relaciones en términos políticos. Yo renuncié al ministerio porque cumplí mi labor, renuncié en enero y cuando digo no rompí relaciones políticas no es porque siga en el petrismo o porque sea petrista, sino porque nunca estuve en ese proyecto político. Yo fui ministro por mis capacidades técnicas, experticia en tecnología, en temas de comunicaciones y me llamaron a prestarle un servicio a Colombia, a servirle a los colombianos y eso fue lo que hice.

Cumplí mi labor como funcionario, como ministro técnico del gobierno, pero yo no milité anteriormente ni en el petrismo ni en el Pacto Histórico, como no milito ahora. Simplemente, lo que hice fue, entré a un gobierno, cumplí una labor, salí de ese gobierno y seguí con mi proyecto político, que desde hace varios años es un proyecto político independiente, cuando fundé el partido Agente de Movimiento, ahora lo estoy haciendo con el movimiento por firmas que se llama colombianismo.

Pero no salí peleando, digamos, simplemente renuncié y ya.

¿Por qué decidió aspirar a la Presidencia de la República en este momento y no antes?

Yo decido porque es un momento en el que un país dividido es un país fracasado. He visto cómo la derecha y la izquierda secuestran la agenda política de este país y no dejan ninguna otra opción, no permiten que nadie más crezca. Es el que diga Uribe, el que diga Petro. Entonces, si ellos no aceptan que uno esté ahí, uno no puede estar. Yo sí creo que hay que abrir caminos cuando veo a todos los candidatos, simplemente queriendo gobernar para un sector, para la derecha o para la izquierda, y no para todos los colombianos.

Cuando veo que este país sigue fracasando, repitiendo los mismos errores que hemos cometido en los últimos 200 años de historia, es cuando digo: aquí hay que poner nuestro nombre a consideración de los colombianos. Aquí hay que construir un nuevo camino, hay que construir un nuevo espacio, y ahí realmente es donde estamos trabajando para hacerlo realidad.

Usted ha dicho que no es ni petrista ni uribista. ¿Cómo se define políticamente y cómo se refleja eso en su plan de gobierno?

Yo me defino como colombianista. O sea, me defino como hincha de Colombia. Mi partido político se llama Colombia; me defino como una persona que lo que quiere es unir a los colombianos, pero la unidad de los colombianos no es unir a Petro o Uribe, es poner primero a la gente.

La unidad de los colombianos es a través deponer a la gente primero, ese es mi modelo. ¿En qué se traduce o qué se traduciría en mi gobierno? Primero, en que yo no quiero tender construir muros como el resto de los 70 candidatos que hay, sino construir puentes.

Que yo no quiero gobernar para la derecha o la izquierda, sino que quiero gobernar para todos. Que estoy totalmente convencido que de ser presidente, lo primero que eres un gobierno de unidad, llamando a las personas de derecha y de izquierda para que participen en mi gobierno. De la misma manera, tomando las mejor ideas y las pondría en ejecución y finalmente, pues muy preparado para eso, para ser presidente. Entonces, al final del día en qué se traduce, traduce en un gobierno de unidad, un gabinete de unidad.

Se traduce en tomar ideas de derecha e izquierda en un ser ideológico y en ser un ejecutor, hacer que las cosas pasen para resolver los problemas de los colombianos y no ponerle ideología a los problemas.

Exministro de las TIC rechazó que el que siga en la Presidencia de Colombia sea el de Gustavo Petro o el de Álvaro Urbe - crédito Infobae Colombia

Usted habla de construir una “revolución del sentido común” más allá de las ideologías. ¿Cómo convencer a un país tan polarizado de esta propuesta ciudadana?

Porque el común es el menos común de los sentidos, pero es verdaderamente la solución a los problemas. ¿Qué es sentido común? Que uno salga a la calle y no lo roben, eso no es de derecha ni de izquierda, es sentido común. Que uno se enferme y lo atiendan en un hospital, eso no es de derecha ni de izquierda, es sentido común.

Que uno necesite un empleo y no tenga que buscar a un político con una hoja bajo el brazo, sino que la economía de su país le dé su proyecto de vida y no tenga que emigrar ni irse a otro país en busca de mejores condiciones, a pesar de alejarse de su país y de su cultura. Eso no es de derecha ni de izquierda, es sentido común. Entonces, lo que nosotros hemos dicho es que hay que hacer del sentido común la realización de las cosas.

El sentido común se opone más a la pasión, se opone a los sentimientos de votar por alguien porque odio a este o porque me cayó bien o mal. El sentido común es simplemente la forma mediante la cual, con raciocinio, tomas decisiones que son comunes a todos, que son lógicas y que se deben hacer. La política, desafortunadamente, no se mueve por el sentido común.

Se mueve por los intereses, se mueve por las ideologías y no por lo que realmente hay que hacer. Entonces, nosotros vamos a hacer lo que hay que hacer.

Si propone recoger ideas del petrismo y del uribismo, ¿cómo piensa enfrentar el poder de sus maquinarias políticas?

Colombia tiene que liberarse del secuestro de la derecha y la izquierda. Lo que tenemos hoy es el producto de los últimos 200 años, pero en especial de los últimos 20 o 30 años en los que el petrismo y el uribismo han gobernado este país. Si mantenemos simplemente una caricatura de lo ocurrido en los últimos 20 años y lo trasladamos a los próximos 20; es decir, ahora gana la derecha y después la izquierda, en 20 años más vamos a estar igual que hoy.

Igual de mal, porque lo único que estamos cambiando es quien gobierna durante cuatro años: cuatro años del petrismo, cuatro años del uribismo, y así ha sido la mayoría de los últimos 20 años. Yo estoy convencido de que, si queremos resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes. La gente se tiene que liberar.

La capacidad de derrotar las maquinarias depende, afortunadamente, de los ciudadanos, que son quienes se tienen que liberar, es decir, uno como presidente hace una parte, lidera un país, pero al final quien elige es el pueblo, la gente, que tiene la última palabra. Quienes quieran este modelo de país son los ciudadanos.

Hoy lo que nos están planteando en Colombia es que los herederos de Petro y Uribe son los que van a gobernar este país: el que Uribe le levante la mano, ese va a ser el presidente; el que Petro le levante la mano, ese va a ser el presidente. Entonces, yo no quiero un gobierno de herederos.

En materia de seguridad, tras las olas de violencia que hay en Colombia, usted dijo que la “paz total fracasó”, ¿qué alternativa propone?

Yo creo que la paz total hay que acabarla, la paz total ha sido un desastre total y ¿por qué ha sido un desastre?

Porque con el tema de el cese al fuego pues no ha permitido que el gobierno los pueda combatir, pero ellos tampoco combaten el gobierno, pero no no no pactaron algo que llama el cese de hostilidades, al no pactar el cese de hostilidades esos grupos al margen de la ley, llámense disidencias, grupos Clan del Golfo o cualquiera de esos pachengas, pues nosotros tenemos de todos los de todos los niveles y todas las cosas.

Ahí realmente lo que está pasando es que ellos siguen traficando, siguen reclutando niños, siguen eh haciendo narcotráfico, siguen extorsionando. Entonces, hoy tienen 20.000 hombres que no tienen hace cuatro años.

Si queremos recuperar al país, tenemos que recuperar la iniciativa militar, la iniciativa de seguridad en Colombia y ese es el camino que tenemos que hacer para sacar adelante a nuestro país, recuperar la iniciativa, parar los procesos de paz, recuperar el territorio, fortalecer nuestras fuerzas militares y cuando el gobierno recupere la iniciativa, recupere la seguridad, podríamos volver a hablar de paz, pero sin cese al fuego.

Mauricio Lizcano rechazó los diálogos de paz entre el Gobierno de Gustavo Petro con grupos guerrilleros y al margen de la ley - crédito Infobae Colombia

Usted también propone un acuerdo nacional para el campesinado, ¿qué plantea a corto plazo para esas comunidades?

Yo propongo un acuerdo contra la inseguridad y un acuerdo para la seguridad, porque la inseguridad es de todos, pero la forma de resolverla es diferente. La izquierda cree que es social, la derecha cree que es solo militar, y la verdad es que necesitan los dos.

Lo que nosotros proponemos es recuperación del territorio, bloques de búsqueda, inteligencia militar, fortalecer las Fuerzas Militares, darles capacidades y seguridad jurídica, más cámaras de seguridad, 10 millones de cámaras con inteligencia artificial y reconocimiento facial, acabar la extorsión especialmente la que sale desde las cárceles. Es decir, un bloque fuerte de mano dura para recuperar la seguridad.

Un segundo bloque tiene que ser la justicia, sin justicia no hay seguridad y nosotros estamos proponiendo que justicia y seguridad vayan de la mano, una reforma a la justicia para que tengan más garantía los ciudadanos que los bandidos. Hoy nuestro sistema de justicia está basado en proteger a los delincuentes y no le da garantías a las víctimas. No es un sistema pro víctima, sino pro delincuente.

Tercero, desarrollo local: tenemos que hacer carreteras, hospitales, bienes públicos, energía, agua potable, porque si no desarrollamos las regiones serán siempre caldo de cultivo para más inseguridad.

Y cuarto, relaciones internacionales: hay que mantener relaciones con Estados Unidos, que es un gran apoyo para la seguridad en Colombia, y con Israel porque toda nuestra infraestructura militar depende de Israel.

Una preocupación frecuente es de dónde saldrá el dinero para financiar más infraestructura y proyectos sociales, ¿cómo lo resolvería?

Lo primero es que hay que hacer un uso eficiente de los recursos. Lo que hay está mal manejado, mal administrado y mal invertido. Tenemos un déficit primario, entre lo que nos ingresa y lo que nos gastamos sin contar deuda, de casi 52 billones de pesos al año que el gobierno no logra cubrir con el recaudo de impuestos. De esos 52 billones alrededor de 45 hay que recortarlos eliminando duplicidad de funciones, fondos que no sirven, ministerios que no hacen la tarea.

Segundo, si se genera confianza podemos tener un estartazo económico: explorar más petróleo, recuperar el sector minero energético que nos puede disparar la economía, impulsar la vivienda, aumentar la frontera agrícola e impulsar el sector de los servicios.

Entonces, son como como es una economía que no no es que significa esto, pero sería como una especie de Santísima Trinidad, es decir, por un lado hay que hay que bajar los los impuestos, especialmente renta, por otro lado hay que bajar el gasto y por otro lado hay que generar confianza para producir más la economía y yo creo que ese solo círculo virtuoso nos puede dar la posibilidad de tener los recursos para las inversiones que queremos, pero Colombia sí tiene buenos recursos.

¿Qué opinas de las alianzas de este Gobierno con China?

Está bien, es que nosotros tenemos que hacerlo. Nosotros no podemos ya, en mundos polipolares, no existen los bipolares, es decir, no tenemos que escoger entre Rusia y Estados Unidos.

Podemos tener relaciones con Estados Unidos y, al mismo tiempo, con China, con Japón y con Taiwán. Es decir, podemos ser un país que ya está lo suficientemente grande para tener relaciones con todos.

Lo que pasa es que no podemos sacrificar las relaciones con Estados Unidos por China, en términos de que no se unan. Si somos más cercanos a Estados Unidos, exportamos el 30%. No podemos cancelar las relaciones con Estados Unidos para poder exportar a China, porque construir una canasta exportadora, mientras autorizan los productos, puede tomar cinco, seis o siete años.

Entonces tenemos que abrir el mercado de China cuidando mucho el mercado de Estados Unidos.

Mauricio Lizcano se muestra como
Mauricio Lizcano se muestra como un líder diferente que no está en los extremos ideológicos de Colombia; ni petrista ni uribista - crédito Infoabe Colombia

En cuanto a reformas, ¿cómo lograr consensos reales entre trabajadores y empleadores?

Aquí la derecha nos ha dicho que hay que defender a los empresarios y la izquierda a los trabajadores. Y la verdad es que los dos se necesitan. ¿Cómo se puede resolver eso? Se puede resolver de la manera en que, para que los empresarios tengan mejores condiciones, no hay que quitarles las condiciones a los trabajadores. En Colombia todo es como una especie de trade off; es decir, como si uno cogiera algo o cogiera lo otro.

Entonces, si usted es proempresa, tiene que tratar mal a los trabajadores; si es protrabajador, tiene que tratar mal a la empresa. Es como si no fuéramos capaces de hacer las cosas al mismo tiempo, como si todo fuera excluyente y todos tuviéramos que tomar decisiones diferenciales. La verdad es que en Colombia se pueden hacer las dos cosas; es decir, uno puede tener una reforma laboral como la que ya se aprobó, que mejoró las condiciones de los domingos, de las noches y de los festivos de la clase trabajadora, que lo necesita, y yo estoy de acuerdo. Pero no se puede hacer la reforma solo ahí.

La reforma también hay que hacerla en términos de darle condiciones a los empresarios, por ejemplo, bajándoles sin impuesto la renta. Usted les da buenas condiciones a los empresarios y buenas condiciones a los trabajadores, y los dos ganan. Pero que a los trabajadores les vaya bien en desmedro de los empresarios, pues no tiene sentido: si la empresa se quiebra, se va el trabajador.

O que las utilidades de un empresario dependan de maltratar a un trabajador, pues algo está pasando en la economía, o algo está haciendo mal el empresario que cree que para ganar más tiene que esclavizar a sus trabajadores. Entonces, yo estoy convencido de que se pueden hacer las dos cosas, y esa es la propuesta que nosotros estamos liderando.

¿Por qué se opone a una asamblea nacional constituyente?

Está la reforma legal, es decir, la Constitución es como la madre de todo nuestro sistema judicial, que debería ser inamovible o, por lo menos, debería ser el gran pacto social de nuestro país.

Sin embargo, existe la forma de presentar leyes, como lo acabas de decir: la reforma a la justicia, la reforma a la salud, mediante las cuales se pueden mejorar nuestras condiciones legales y crear políticas públicas sin tener que tocar la Constitución.

Muchas personas dicen que cada nuevo periodo de gobierno llega con sus reformas (...) Yo no creo que tengamos que llegar a cambiarlo todo, hay que darle estabilidad a las leyes.

Pero, sí hay dos temas en los que creo que tenemos que cambiar lo que hay: salud y justicia. Estoy de acuerdo en que se debe hacer una reforma a la salud. No sé si la que propuso el gobierno Petro, pero sí se necesita una reforma a la salud. Y, por otro lado, se necesita una reforma a la justicia. No tenemos una debida prestación del servicio de justicia.

Como lo dije anteriormente, si no hay justicia, no hay seguridad, y sin seguridad no hay justicia. Entonces, yo sí creo que Colombia requiere esas dos reformas y nosotros vamos a liderarlas.

Desde su experiencia en tecnología, ¿cómo aplicarí la inteligencia artificial y otras herramientas a la política colombiana para su plan de gobierno?

Ustedes imaginan que Colombia fuera una casa, el piso de esa casa es la tecnología. Yo he dicho: “Hay que unir a los colombianos alrededor de primero a la gente y unir los talentos de los colombianos con la tecnología.” Entonces, nosotros estamos buscando que la tecnología sea el gran habilitador, el gran desarrollador y la gran palanca para poder resolver los problemas que tenemos.

La inteligencia artificial es una tecnología, pero no todas lo son. También existen el blockchain, el internet de las cosas; hay un millón de tecnologías que pueden ayudar a mejorar la vida de los colombianos y a resolver problemas que no hemos podido solucionar en seguridad.

Por ejemplo, la inteligencia artificial puede cruzar bases de datos de grupos criminales para perseguir el dinero. En salud, el Adres no debería ser un excel de una persona enviando los recursos, sino una inteligencia artificial que garantice transparencia mediante blockchain para transferirlos. Obviamente, sin eliminar los trabajos de quienes supervisan, pero sí con la inteligencia artificial que nos garantice ese proceso.

En el agro, puede contribuir a cultivar mejor la tierra, abonarla y generar mejores condiciones a través de drones e imágenes satelitales. La inteligencia artificial puede ayudarnos a resolver muchos problemas.

También puede hacer nuestra vida más fácil con menos trámites. Puede ayudar a eliminar la corrupción si la sabemos manejar, si la democratizamos. Si la inteligencia artificial solo es para unos pocos, generará desempleo, insatisfacción social e incluso más inequidad, pero si la aplicamos bien, si formamos a la gente —como cuando fui ministro y formé a un millón de colombianos—, si lo sabemos implementar, estoy convencido de que la inteligencia artificial es un medio, un habilitador y una herramienta importante para mejorar la calidad de vida de los colombianos.

Sobre la conectividad, ¿cómo recibiste el Ministerio TIC tras el escándalo de Karen Abudinen y qué proyectas?

Cuando yo recibí el ministerio venía un escándalo con Karen Abudinen por el robo de los 70.000 millones de Centros Poblados. Nosotros le dimos la vuelta y entregamos un ministerio en los primeros lugares de Colombia. Un ministerio que conectó a tres millones de colombianos, que dejó a Colombia en el primer puesto de la Orcd en transformación digital en América Latina.

Un ministerio que formó a un millón de colombianos, que ejecutó más de ocho billones de manera transparente, sin ningún escándalo; que siempre tuvo los primeros niveles de ejecución y que obtuvo más de 25 premios nacionales e internacionales durante mi gestión como ministro.

Entonces, demostramos que somos ejecutores, que tenemos la experiencia, porque he sido representante a la Cámara, senador, presidente del Congreso, ministro, secretario general; que me he formado en las mejores universidades del mundo, en Harvard, en el MIT; que me he formado para servir; que tengo la experiencia, pero, sobre todo, que más que un político, yo soy un ejecutor, una persona que tiene la capacidad de hacer que las cosas pasen, y es en lo que estoy comprometido.

Ya lo hice como ministro y ahora lo quiero hacer como presidente. También lo hice como presidente del Congreso, por ejemplo, siendo el presidente del Congreso más joven en la historia de Colombia.

El precandidato presidencial recordó que conectó a más de tres millones de colombianos durante su gestión - crédito Infobae Colombia

¿Qué te diferencia de otros líderes del centro, como Sergio Fajardo?

Me diferencia que yo he estado en el gobierno nacional; él no. Él solo ha estado en los gobiernos regionales, como la gobernación o la alcaldía, nunca ha hecho parte del Gobierno nacional.

La diferencia es que su propuesta se centra únicamente en la educación. Yo estoy convencido de que sin educación no hay desarrollo, pero con solo educación tampoco. La educación no es el único vehículo para crear desarrollo; es un requisito, pero se omiten otros elementos: el empleo, la economía, la seguridad. Y me diferencia que tengo la capacidad de conectarme con otros sectores.

Fajardo siempre ha sido él solo y se considera una persona muy inteligente, pero nunca se abre a otras personas. Yo tengo la capacidad de tender puentes y no de construir muros. En términos de alianzas políticas, de cara a que hay más de 60 precandidatos, existen nombres con los que definitivamente diría que no me aliaría nunca, incluso si esto me llegara a costar la presidencia.

Yo creo que, si uno hace una campaña de colombianismo, como la que yo he estado haciendo, colombianista, que es Mauricio Lizcano, uno no podría excluir a nadie. Uno tiene la capacidad de trabajar con todos los sectores. Mi campaña es de unión. No tendría problema en trabajar con ningún sector en tanto tengamos puntos en común.