La casa de César Gaviria será clave para encauzar una alianza centro-derecha: división en partidos tradicionales lo pondría en riesgo

Congresistas de Cambio Radical, la U, el Partido Liberal y el Conservador se apartan de las directrices de sus líderes, lo que generó inestabilidad interna y pone en duda la solidez de las alianzas políticas

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Una reunión privada en la
Una reunión privada en la residencia de Gaviria busca resolver tensiones internas entre partidos opositores - crédito Juan Páez/Colprensa

La elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional destapó una serie de tensiones al interior de los partidos tradicionales. La votación, que debía reflejar una posición unificada frente al Gobierno, terminó por exponer la debilidad de los denominados “jefes naturales” dentro de sus propias colectividades.

Los partidos Cambio Radical, Liberal, Conservador y de la U atraviesan un proceso de desajuste interno que amenaza no solo con fracturar sus estructuras, sino con poner en entredicho la viabilidad de una eventual coalición de centro-derecha que busca presentarse como alternativa a las fuerzas más polarizadas del escenario político.

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A esto se suma la presión de los electores, que observan con desconfianza las decisiones de acercamiento entre partidos históricamente enfrentados.

Congresistas desobedecen a jefes naturales
Congresistas desobedecen a jefes naturales en Cambio Radical, La U, Liberales y Conservadores - crédito redes sociales

Reunión clave: ¿coalición posible o pacto frágil?

Así, el jueves 11 de septiembre se espera una reunión privada en la residencia del expresidente César Gaviria, convocada por los máximos dirigentes de las colectividades mencionadas, de acuerdo con la información revelada por el diario El Espectador. El objetivo es definir las primeras líneas estratégicas de la coalición; aunque la convocatoria refleja una intención de unidad, también evidencia la necesidad de recuperar control ante una bancada congresional cada vez más autónoma.

La reunión en la casa de Gaviria buscará zanjar estas diferencias y presentar un frente común. La idea de una coalición de centro-derecha fue promovida como una alternativa política ante el desgaste del Gobierno actual y el rechazo a las posturas extremas. No obstante, la alianza entre partidos con intereses diversos, y con liderazgos desgastados, no genera entusiasmo unánime entre las bases.

Así es la casa de
Así es la casa de César Gaviria, donde ha sostenido importantes reuniones políticas - crédito @partidoliberal/X

En Cambio Radical las decisiones generaron tensiones internas. La suspensión temporal de los senadores Ana María Castañeda y Temístocles Ortega, acusados de desconocer una directriz de bancada, se convirtió en el centro de una disputa jurídica y política.

La apelación de los congresistas derivó en una intervención del Consejo Nacional Electoral y en una interpretación dividida en el Senado sobre su derecho a participar en votaciones clave.

Durante el debate sobre la votación de Camargo, el 3 de septiembre, el senador Carlos Motoa, vocero de la bancada, expresó su inconformidad con las posturas disidentes.

“Esto es un partido de oposición al gobierno de Gustavo Petro. Las decisiones las tomamos en bancada. Quien siente o tenga espíritu o alma petrista dentro de esta corporación, pues no debe estar en el partido Cambio Radical”, afirmó ante el pleno.

Durante el debate sobre la elección de Carlos Camargo, el senador Carlos Motoa reafirmó la posición de Cambio Radical como partido de oposición - crédito @senadormotoa/X

Sin embargo, en conversaciones reservadas con congresistas del partido, se conoció que varios de ellos consideran excesivas las sanciones internas. Algunos pidieron revisar los procedimientos disciplinarios, de acuerdo con una fuente cercana a la dirección del partido del diario citado, afirmó que “no hay garantías de cohesión si cada vez que hay una diferencia se responde con castigos. La base territorial exige resultados, no sanciones”.

La U y el dilema de la autonomía regional

El Partido de la U tampoco logró cohesionar del todo a su bancada, aunque la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, mantiene liderazgo dentro de la colectividad, varios congresistas electos en regiones apartadas han comenzado a actuar de forma independiente.

Algunos prefieren negociar directamente con el Gobierno o con otros partidos para asegurar proyectos de inversión en sus territorios. En declaraciones públicas, un representante de La U señaló que “no hay espacio para imposiciones. Aquí cada quien tiene que responderle a su departamento. Si eso implica apartarse de una línea nacional, se asume el costo”.

La dificultad para articular decisiones conjuntas ha generado ruido sobre la capacidad de Toro para mantener cohesión. Su aspiración a figurar en una eventual fórmula presidencial de centro-derecha dependerá de su éxito para cerrar estas brechas.

Dilian Francisca Toro enfrenta desafíos
Dilian Francisca Toro enfrenta desafíos para mantener cohesión en La U - crédito Colprensa

Conservadores y liberales: liderazgo en disputa

Los conservadores, bajo la dirección de Efraín Cepeda y Nadia Blel, enfrentan un escenario similar, aunque intentan proyectar una imagen de orden, los desacuerdos internos persisten. La elección de Camargo dejó ver una bancada dividida, incluso frente a temas institucionales.

Algunos sectores conservadores han mostrado cercanía con propuestas del Gobierno, lo que incomoda a los sectores más ortodoxos del partido.

En los liberales, el expresidente César Gaviria sigue ejerciendo influencia, pero su capacidad para definir posturas ya no es incuestionable. Las divisiones internas quedaron en evidencia durante las últimas discusiones legislativas, donde un grupo significativo de representantes se abstuvo de seguir la línea oficial.

El Partido Conservador intenta mostrar
El Partido Conservador intenta mostrar unidad, pero enfrenta conflictos sobre su relación con el Ejecutivo - crédito @EfrainCepeda/X

Un dirigente liberal, que pidió reserva, explicó que “la gente en las regiones ya no acepta que las decisiones se tomen desde Bogotá. Si los líderes no entienden eso, corren el riesgo de quedarse sin respaldo”.