Madre en Apartadó, Antioquia, denunció el infierno que vive por cuenta de las agresiones de su hijo: “Me quiere matar”

La mujer alegó que la falta de respuestas efectivas de las autoridades ha dejado a una familia en situación de vulnerabilidad extrema, sin alternativas claras para poner fin al ciclo de violencia

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De acuerdo con la mujer,
De acuerdo con la mujer, su hijo es un consumidor activo de drogas - crédito Freepik

“Él no va a descansar hasta verme destruida”. Con estas palabras, Olga Lucía Echeverry, residente de Apartadó (Antioquia), describió el temor constante que vive junto a su familia por las amenazas y agresiones de su propio hijo de 21 años.

Según denunció, el joven le exigiría dinero para comprar drogas, y ante la negativa, ha intentado agredir a varios miembros de la familia. La situación, recogida por La Chiva de Urabá, expuso un caso extremo de violencia intrafamiliar en el que la respuesta de las autoridades ha resultado, según la mujer, insuficiente para protegerla.

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La denuncia de Echeverry detalla un escenario de miedo permanente. La madre relató que su hijo no solo la ha amenazado de muerte, también ha causado daños materiales en la vivienda, como romper ventanas y vidrios del carro familiar.

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La mujer pidió a las autoridades que la apoyen en este caso - crédito La Chiva de Urabá/Facebook

Incluso, advirtió que podría incendiar la casa en cualquier momento. En el hogar también residen su nieta de tres años, su hermana en condición de discapacidad y su compañero sentimental, todos expuestos a las agresiones. “Yo temo que un día cumpla sus amenazas y me asesine, y ahí sí será tarde”, expresó Echeverry en declaraciones recogidas por el medio de comunicación local.

Madre desesperada por las acciones violentas de su propio hijo

El testimonio de la madre reveló una profunda desesperación. Echeverry afirmó que no puede dormir tranquila y que, en ocasiones, debe pasar el día fuera de casa para evitar un posible ataque. “No tengo vida ni en el día ni en la noche”, lamentó.

La situación se agravó por la presencia constante del joven en las inmediaciones de la vivienda, donde pasa las noches acostado en el andén, tocando ventanas y vidrios para intimidar a la familia. La madre insiste en que la adicción a las drogas ha deteriorado gravemente la conducta de su hijo: “La droga lo hundió y cada día la situación es más peligrosa”.

Ante la gravedad de los hechos, Echeverry ha buscado ayuda en múltiples instancias. Dijo que presentó denuncias ante la Policía, la Fiscalía, la Alcaldía y la Defensoría del Pueblo, pero siente que ninguna de estas instituciones le ha ofrecido una solución real. “Me están dejando sola con este caso”, reclamó, y cuestionó la falta de protección: “¿Van a dejar que me asesinen? ¿Hasta cuándo?”. La madre aseguró que no puede seguir encubriendo ni financiando el consumo de su hijo y pidió protección urgente para ella y sus seres queridos.

La mujer compartió la foto
La mujer compartió la foto de su hijo para que las autoridades actúen pronto - crédito La Chiva de Urabá/Tiktok

Reiteradas capturas y sensación de impunidad

Uno de los aspectos que más indignación ha provocado en la denunciante es la reiterada captura y posterior liberación de su hijo. Según relató, el joven ha sido detenido en varias ocasiones por hurto y violencia intrafamiliar, pero siempre recupera la libertad a las pocas horas.

“A él lo han capturado y siempre lo dejan libre. Si no es como a los diez minutos, es a las horas, pero siempre lo dejan libre, que no pueden hacer nada”, explicó Echeverry, quien percibe una situación de impunidad que agrava el riesgo para la familia.

El historial del joven, según el relato de la madre, se remonta a la adolescencia. Echeverry contó que desde los trece años intentó corregirlo, incluso recurriendo a una correccional de menores, donde permaneció tres años. Sin embargo, al salir, los problemas continuaron.

El joven dormiría en el
El joven dormiría en el andén de la casa familiar con el objetivo de intimidar - crédito Jorge Muñiz/EFE

El joven habría estado involucrado en robos a vecinos, que han acudido a la casa de Echeverry para reclamar la devolución de celulares y otros objetos. La madre ha intentado mediar y recuperar lo robado, pero reconoce que la situación se ha vuelto insostenible. “Él me exige, me exige, me exige”, afirmó.

Del mismo modo, la hermana de Echeverry, en un intento por ayudar, llegó a vender objetos de su casa y a pagarle un apartamento al joven, pero la tranquilidad solo duró tres meses antes de que regresara y reanudara las amenazas.

La madre insiste en la urgencia de una intervención institucional que garantice la seguridad de su familia. “Necesito ayuda, por favor”, suplicó en su testimonio.