Hijo de mayor de Ejército contó cómo tomó la decisión de asesinarlo, le propinó 118 puñaladas, y a su hermana de siete años

Los peritos describieron el patrón de violencia como “overkilling” o sobrematar, una expresión que alude a la ferocidad del ataque, incluso después de haber causado la muerte de las víctimas

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El menor aceptó ser responsable
El menor aceptó ser responsable del asesinato de su padre y su hermana - crédito Getty/Facebook

Un joven de 17 años confesó haber asesinado a su padre, el mayor del Ejército, Fabián Humberto Bueno Carranza, y a su hermana de siete años, en su vivienda del noroccidente de Bogotá, un crimen que ha conmocionado al país por su brutalidad.

El menor, autor confeso, relató que la noche del 29 de julio de 2024, tras una discusión familiar, atacó a sus familiares en la casa número ocho de un conjunto residencial, propinándoles casi 118 puñaladas en total.

Confesión del adolescente y reconstrucción del crimen

La reconstrucción de los hechos, basada en la confesión del adolescente y los documentos judiciales obtenidos por SEMANA, muestra una secuencia marcada por el resentimiento y la violencia intrafamiliar.

El joven explicó que la decisión de atacar a su padre surgió tras sentirse cansado de los constantes regaños y el trato que, según él, recibía de su familia.

“Cuando bajaba iba pensando en apuñalarlo, en ese momento pensé en el cuchillo. Estaba estresado en cuanto al trato que nos tenía a los tres, bravo, porque siempre nos hacía sufrir a mi mamá en temas de ellos, de pareja, eso nos afectó a mí y a mi hermana, más a ellas, no me gustaba”, declaró el menor durante los exámenes psicológicos previos a su judicialización.

El mayor Fabián Humberto Bueno
El mayor Fabián Humberto Bueno Carranza se desempeñaba como oficial activo del Ejército - crédito Último Minuto Cúcuta/Facebook

El adolescente detalló que, aunque no planeó el crimen con antelación, sí reflexionó sobre el uso del cuchillo y el lugar más vulnerable para atacar. Recordó lecciones de biología y anatomía escolar para identificar el pecho como un punto letal. La noche del crimen, mientras su madre se encontraba fuera de casa, el joven bajó a la cocina, tomó un cuchillo y subió al cuarto piso, donde su padre descansaba junto a la niña.

“Tenía el cuchillo en la espalda, subí y le pegué una puñalada. Él estaba en el cuarto piso, en la habitación acostado con mi hermana. Ella estaba dormida, él estaba mirando el celular para unas cosas del trabajo, ahí yo lo apuñalo en el corazón, en alguna parte del pecho”, relató el adolescente.

Tras la primera puñalada, el menor se retiró a su habitación, pero minutos después regresó y, al ver a su padre en el suelo, lo atacó nuevamente. “Vi que estaba tumbado en el piso, ahí pienso que la había embarrado, pero tenía rabia, él me castigaba y me pegaba, entonces sentí rabia y me descontrolé, cogí el cuchillo de la cama y le pegué más puñaladas. Yo no sabía si estaba muerto, sabía dónde era la puñalada, pero no sabía si estaba muerto”, confesó el joven.

Una de las víctimas fue
Una de las víctimas fue el mayor del Ejército Nacional Fabián Humberto Bueno Carranza - crédito Último Minuto Cúcuta/Facebook

En ese momento, la hermana despertó y, entre gritos y súplicas, intentó detener el ataque. El adolescente se abalanzó sobre la niña y la apuñaló en el pecho, continuando el ataque hasta dejarla sin vida.

Brutalidad del ataque y proceso judicial

El informe forense, citado por Semana, determinó que el mayor del Ejército recibió 118 puñaladas y la niña, 75. Los peritos describieron el patrón de violencia como “overkilling” o sobrematar, una expresión que alude a la ferocidad del ataque, incluso después de haber causado la muerte de las víctimas.

Los análisis de psicología forense concluyeron que el adolescente presentaba una “predisposición a la delincuencia” y rasgos egocéntricos, influenciados en parte por series de televisión como “El cartel de los sapos” y “Pablo Escobar”, que alimentaron una necesidad de admiración y grandiosidad.

Un joven de 17 años confesó haber asesinado a su padre, el mayor del Ejército, Fabián Humberto Bueno Carranza y a su hermana de siete años, en su vivienda del noroccidente de Bogotá, un crimen que ha conmocionado al país por su brutalidad - crédito Mbog

La escena del crimen, según los testimonios recogidos por Semana, mostraba rastros de sangre en las paredes y varios cuchillos en la vivienda. Tras los hechos, el menor bajó a la cocina con las manos ensangrentadas y, según su declaración, consideró pedir ayuda, reconociendo que había cometido un grave error con su familia. Fue en ese momento cuando la madre llegó a la casa, lo que dio lugar a versiones contradictorias sobre lo ocurrido a continuación.

El adolescente afirmó que su madre llegó en estado de embriaguez y que se produjo un forcejeo entre ambos. Por su parte, la mujer sostuvo que al llegar encontró a su hijo con cuchillos en la mano y que él la atacó, insultándola y amenazándola mientras intentaba arrastrarla hacia la cocina.

Durante el proceso, la mujer fue inicialmente investigada por una supuesta inducción al crimen, pero tras un cambio de fiscal, la Fiscalía solicitó la preclusión del caso en su contra. El menor, en cambio, fue hallado responsable del doble homicidio y condenado a seis años de internamiento. Según el expediente, el adolescente no consideró justa la condena e intentó argumentar legítima defensa.

Al cierre de los análisis forenses, los especialistas de Medicina Legal subrayaron la ausencia de empatía del menor hacia el sufrimiento causado a sus familiares, un rasgo que, según los expertos, agrava la gravedad de los hechos y deja abiertas profundas interrogantes sobre el impacto de la violencia intrafamiliar y la salud mental en la juventud colombiana.