Suministro eléctrico de hogares colombianos está en peligro por improvisación del Gobierno Petro en uno de sus programas

El crecimiento de la demanda y la situación financiera de Air-e exigen decisiones firmes para evitar riesgos en el servicio y la estabilidad del sector

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Al menos el 97% de
Al menos el 97% de la población colombiana tiene acceso a la energía eléctrica. Sin embargo, esto significa que cerca de medio millón de hogares, o alrededor de 1.5 millones de personas, aún carecen del servicio - crédito Enel Codensa

“Colombia no puede darse el lujo de improvisar en su transición energética”. Así lo dejó claro el presidente de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Luis Miguel Fernández, durante el 12° Foro Energético de la organización. El experto alertó que una transición mal planificada podría poner en riesgo el suministro eléctrico de millones de colombianos y la sostenibilidad financiera del sector, en un momento en que la seguridad energética se convirtió en un asunto central para el país.

Durante la intervención, resaltó que el mayor peligro no radica en la demora de la transición, sino en “hacerla mal y comprometer el abastecimiento eléctrico de millones de colombianos”.

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Según el directivo, la experiencia reciente demostró que la combinación de generación térmica y fuentes renovables es esencial para mantener la confiabilidad del sistema eléctrico nacional. “El respaldo de las plantas a gas, carbón y combustibles líquidos ha permitido no solo mantener el suministro, sino también facilitar la entrada de más de 1.300 megavatios (MW) solares y los que están por venir. Esa complementariedad entre generación firme y renovables es la única vía realista para sostener una transición ordenada”, afirmó.

Luis Miguel Fernández es el
Luis Miguel Fernández es el presidente de la Junta Directiva de Andeg y de Tebsa - crédito Andeg

Generación térmica y renovable: clave para la confiabilidad eléctrica

Insistió en que el debate sobre la transición energética no debe reducirse a una confrontación ideológica entre tecnologías. “No se trata de apagar unas tecnologías para encender otras. Se trata de construir una matriz diversificada y robusta. El verdadero riesgo no es demorarnos en la transición, sino hacerla de manera improvisada y con ello comprometer la confiabilidad”, puntualizó.

Uno de los puntos más críticos del foro fue la evaluación de la subasta de cargo por confiabilidad de 2024. Fernández señaló que no logró adjudicar la energía firme mínima necesaria para cubrir la demanda en el mediano plazo. De acuerdo con Andeg, solo el 25% de los proyectos adjudicados tendría probabilidad de entrar efectivamente en operación.

“El esquema de cargo por confiabilidad ha sido clave en la historia reciente del sector. Ha viabilizado la expansión de más de 12.000 megavatios de capacidad instalada, con inversiones superiores a USD10.000 millones, y ha garantizado que Colombia sea el único país de América Latina que no ha sufrido racionamientos en los últimos 30 años”, explicó Fernández.

No obstante, advirtió que las bajas tasas de éxito en los proyectos hacen urgente convocar nuevas subastas para evitar un déficit de potencia en 2029 y 2030. “No podemos abrir un nuevo frente de incertidumbre justo antes de la próxima subasta. La confiabilidad técnica debe seguir siendo el pilar de nuestra matriz”, agregó.

Air-e fue intervenida por la
Air-e fue intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos el 12 de septiembre de 2024 debido a una profunda crisis financiera - crédito Colprensa

Riesgo de “apagón financiero” y situación de Air-e

Uno de los temas más sensibles del foro fue la situación financiera de la empresa distribuidora Air-e, intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos en septiembre de 2023.

Luis Miguel Fernández calificó el escenario como un riesgo de “apagón financiero” para el sistema, debido a la deuda acumulada de Air-e con el mercado eléctrico, que supera los $1,4 billones, de los cuales $900.000 millones corresponden al sector térmico. Desde la intervención, el pasivo de la empresa creció en un 246%, casi dos veces y media más que antes de la medida.

“Estos recursos son indispensables para el mantenimiento de las plantas y la compra de combustibles que ya hemos adquirido y pagado de manera anticipada, sin recibir el correspondiente pago por la energía entregada. Si las plantas térmicas de la región Caribe dejan de operar por falta de liquidez, la región podría enfrentar un racionamiento de hasta 900 megavatios, lo que representa cerca del 35% de su demanda total”, explicó el directivo. Enfatizó en que la situación de Air-e no es solo un problema regional, sino un asunto de seguridad energética nacional, en especial, ante la posibilidad de un fenómeno de El Niño fuerte o un verano moderado.

Crecimiento de la demanda eléctrica

El crecimiento sostenido de la demanda eléctrica representa otro desafío para el sector. El presidente de la Junta Directiva de Andeg recordó que la demanda en Colombia aumenta a tasas cercanas al 3% anual, y que los máximos históricos de consumo se convirtieron en la norma. El incremento responde a la electrificación de la economía, la expansión de la movilidad eléctrica, la entrada de nuevas industrias y los avances tecnológicos. “Todo esto exige un sistema más robusto, flexible y resiliente, capaz de responder a los cambios que trae el desarrollo económico”, señaló.

En cuanto a la matriz energética, Andeg reiteró la importancia del gas natural licuado (GNL) como elemento central para la seguridad energética del país. Fernández instó a avanzar en nuevos contratos de exploración, proyectos de importación de GNL en el Caribe y Pacífico, y la modernización del sistema de transporte de gas. Además, defendió el papel del carbón y los combustibles líquidos, que seguirán siendo determinantes en escenarios de estrés hidrológico. Más allá de su función técnica, el carbón aporta un impacto económico y social relevante, generando más de 130.000 empleos en las regiones productoras, principalmente en pequeña y mediana minería.

Pese a varias medidas del
Pese a varias medidas del Gobierno, los colombianos ven que las facturas de energía no bajan de precio - crédito Colprensa

Revisión de las tarifas

El marco tarifario también ocupó un lugar destacado en el discurso. Fernández aclaró que revisar las tarifas no implica desmontar las leyes 142 y 143 de 1994, que han permitido el acceso al servicio eléctrico en condiciones competitivas.

Lo que se requiere, según el presidente de la Junta Directiva de Andeg, es un debate técnico y participativo que garantice tarifas justas, la sostenibilidad financiera de las empresas y el principio de solidaridad que subsidia a los usuarios más vulnerables.

Hoja de ruta y visión de futuro para el sector energético colombiano

Fernández hizo un llamado a construir una hoja de ruta compartida para la transición energética, involucrando al Gobierno, el Congreso, los entes territoriales, la justicia, las comunidades y los gremios. “La energía es el corazón del desarrollo y el termómetro de nuestra institucionalidad. Colombia necesita un sistema cimentado en decisiones firmes, reglas estables y una institucionalidad fuerte”, afirmó el también presidente de Tebsa,