Emotivo adiós a Miguel Uribe Turbay: el gesto de su hijo Alejandro que conmovió en la Catedral Primada

El sepelio del senador reunió en Bogotá a expresidentes, congresistas y allegados, pero estuvo marcado por la ausencia del presidente Gustavo Petro y su gabinete, decisión tomada a petición de la familia

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El funeral de Miguel Uribe Turbay se realizó en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional y en la Catedral Primada de Colombia - crédito X

El funeral de Miguel Uribe Turbay, excandidato presidencial y senador, estuvo marcado por la solemnidad, el luto político y un momento profundamente humano protagonizado por su hijo menor, Alejandro.

La ceremonia, realizada inicialmente en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional y posteriormente en la Catedral Primada de Colombia, reunió a familiares, congresistas y destacadas figuras políticas.

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Sin embargo, la despedida se mantuvo en un ambiente restringido a petición de la familia, dejando por fuera a miembros del Gobierno nacional.

Durante la homilía del cardenal Luis José Rueda, y en medio de su inocencia y sin comprender del todo la magnitud de la tragedia ocurrida, Alejandro dejó una rosa que accidentalmente cayó al suelo. Su madre, María Claudia Tarazona, le avisó de lo sucedido; él, en un acto infantil, se tapó la boca y miró alrededor para ver si alguien lo había notado. Luego recogió la flor y la colocó nuevamente sobre el féretro.

Lo que comenzó como un gesto espontáneo se transformó en una escena que tocó el corazón de los presentes: el niño invitó a otros menores que asistían a la ceremonia a depositar también rosas en honor al senador.

El pequeño repitió el gesto en varias ocasiones, hasta colocar más de cinco rosas sobre el cuerpo inerte de su padre, mientras el homenaje continuaba. La escena quedó grabada en la memoria de los asistentes como un símbolo de amor y despedida.

La ceremonia fue restringida a
La ceremonia fue restringida a familiares y congresistas, aunque asistieron varios expresidentes - crédito Luisa Gonzalez/REUTERS

Terminada la misa en la Catedral Primada, sobre las 2:00 p. m, el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio Central, el camposanto más antiguo de Bogotá, donde el político recibió sepultura. Entre los asistentes destacaron los expresidentes César Gaviria (1990-1994), Ernesto Samper (1994-1998) y Juan Manuel Santos (2010-2018), así como otras personalidades políticas.

Miguel Uribe Turbay, que permaneció dos meses hospitalizado en estado crítico antes de su fallecimiento a los 39 años, dejó un legado político marcado por su paso por el Congreso y su aspiración presidencial. La presencia de líderes de distintos partidos reflejó la transversalidad de su impacto en la política nacional.

La despedida, sin embargo, también estuvo marcada por un hecho notorio: la ausencia total del presidente Gustavo Petro y de su gabinete ministerial, decisión que fue resultado de una solicitud expresa de la familia.

Su hijo menor, Alejandro, protagonizó
Su hijo menor, Alejandro, protagonizó un momento emotivo al dejar varias rosas blancas sobre el féretro - crédito Luisa Gonzalez/REUTERS

El presidente Petro explicó públicamente las razones de su no asistencia: “No vamos (no) porque no queramos, simplemente respetamos a la familia y evitamos que el sepelio del senador Miguel Uribe sea tomado por los partidarios del odio”, señaló en X.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, detalló que estuvo en contacto con la familia tras la muerte del senador y que transmitió el deseo del presidente de acudir al velorio en el Capitolio Nacional. Sin embargo, la familia respondió que preferían que no lo hiciera.

Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez, quien inicialmente había confirmado su asistencia, finalmente desistió: “He tenido conocimiento de que su familia ha manifestado el deseo de no recibir la presencia de representantes del Gobierno en este momento de duelo, respeto profundamente esta decisión y, en coherencia con ello, no asistiré”, expresó en X.

El cortejo fúnebre culminó en
El cortejo fúnebre culminó en el Cementerio Central de Bogotá, donde el senador fue sepultado - crédito Luisa Gonzalez/REUTERS

El sepelio de Miguel Uribe Turbay mostró dos caras de la despedida de una figura pública: la dimensión política de un líder joven que aspiraba a la Presidencia en 2026 y la intimidad de una familia que, en medio del dolor, protegió su espacio de duelo. El gesto de su hijo Alejandro se convirtió en el momento más recordado de la jornada, recordando que, más allá de las diferencias ideológicas y las agendas públicas, la muerte une en el sentimiento humano más básico: la pérdida de un ser querido.