Subió el dólar y se encienden las alarmas: así cerró la moneda el 11 de agosto en Colombia

Durante el día, de acuerdo con la plataforma Set-FX, se negociaron más de USD889 millones en 1.433 transacciones

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FOTO DE ARCHIVO: Billetes de
FOTO DE ARCHIVO: Billetes de dólar estadounidense aparecen en esta ilustración tomada el 17 de julio de 2022. REUTERS/Dado Ruvic/Ilustración/Archivo

El precio del dólar estadounidense en Colombia cerró la jornada del 11 de agosto en un promedio de $4.045,89. Esto significó una subida de $11,15 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que se ubicó en $4.034,74.

La divisa norteamericana tuvo un precio de apertura de $4.059,35, tocó un máximo de $4.071,00 y un mínimo de $4.025,00. Además, durante el día, de acuerdo con la plataforma Set-FX, se negociaron más de USD889 millones en 1.433 transacciones.

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FOTO DE ACRHIVO: Un empleado
FOTO DE ACRHIVO: Un empleado muestra un billete de cien mil pesos colombianos y uno de cinco dólares estadounidenses en una casa de cambio, en Bogotá., Colombia Enero 27, 2025. REUTERS/Luisa González

En la última semana, el dólar estadounidense registra una bajada 1,32%, de manera que en términos interanuales todavía mantiene una disminución del 2,72%.

Respecto de días previos, invirtió la cotización de la jornada previa, cuando se saldó con un incremento del 0,09%, mostrando que no es capaz de fijar una tendencia en las últimas fechas. En referencia a la volatilidad de la última semana, fue claramente inferior a la acumulada en el último año, de forma que en esta última fase está tendiendo menos variaciones de lo esperado.

Así se movió el mercado

El comportamiento del dólar frente al peso colombiano refleja una confluencia de factores externos e internos que, en conjunto, determinan la dirección de la tasa de cambio. Lejos de ser un simple juego de oferta y demanda de divisas, la cotización se vio condicionada por decisiones de política económica en Estados Unidos, cambios en el panorama comercial global y variables macroeconómicas propias de Colombia.

En el frente internacional, la política de comercio exterior estadounidense endureció notablemente sus condiciones. El arancel promedio que enfrenta la economía más grande del mundo alcanzó un histórico 20,1%, según cifras recientes de la OMC y el FMI, un salto dramático desde el 2,4% que se registraba antes del actual mandato presidencial. Este incremento, aunque busca proteger industrias nacionales, genera presiones inflacionarias internas. Los consumidores estadounidenses ya perciben ajustes de precios en bienes sujetos a esos aranceles, lo que repercute en el Índice de Precios al Consumidor subyacente.

Este aumento de la inflación en EE. UU., paradójicamente, se combina con señales de un dólar debilitado. La expectativa de que la Reserva Federal adopte una postura más expansiva —posiblemente con una reducción de tasas después de septiembre— busca incentivar el empleo, pero podría ampliar los riesgos inflacionarios. Para el peso colombiano, un dólar menos fuerte a nivel global tiende a ser favorable, ya que reduce la presión devaluatoria. Sin embargo, el impacto no es lineal: si la Fed baja tasas y la inflación repunta, los flujos de capital hacia mercados emergentes podrían ser más volátiles.

En el plano doméstico, la atención se centra en el comportamiento de la inflación y el crecimiento económico. El Dane reportó que el IPC anual para julio de 2025 fue de 4,9%, por encima del 4,82% de junio. Aunque el dato sigue dentro de un rango moderado, la tendencia al alza podría limitar el margen del Banco de la República para reducir su tasa de intervención, lo que influye directamente en la competitividad del peso frente al dólar.

Esta semana será particularmente relevante para el mercado cambiario. En Estados Unidos se publicarán datos clave de inflación y del índice de precios del productor, mientras que en Colombia se conocerá el PIB del segundo trimestre. Si el crecimiento económico local resulta más débil de lo esperado, los inversionistas podrían reevaluar el riesgo país y demandar un mayor retorno, presionando al alza el tipo de cambio.

En síntesis, el pulso dólar/peso está en un punto de inflexión. El mercado evalúa simultáneamente una economía estadounidense más proteccionista y potencialmente más laxa en política monetaria, junto con una Colombia que enfrenta inflación moderada pero creciente y un panorama de crecimiento incierto. El resultado dependerá de cómo interactúen estas fuerzas, si predomina el debilitamiento global del dólar, el peso podría ganar terreno; si, por el contrario, los riesgos internos pesan más, la presión devaluatoria podría intensificarse. En todo caso, el equilibrio sigue siendo frágil y altamente sensible a los datos que se revelen en los próximos días.