Niña de 8 años sufrió ataque de pitbull en un conjunto residencial de Bogotá; requirió cirugía estética

La familia de la menor herida aseguró que no se trató de un caso aislado: el mismo perro pitbull ya había atacado a al menos otros tres menores

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Imagen de referencia. El perro
Imagen de referencia. El perro pitbull atacó a la menor e intentó subirse a un árbol para moderla- crédito Idpyba

Una niña de 8 años resultó gravemente herida después de que un perro de raza pitbull la atacó mientras jugaba en uno de los conjuntos residenciales de Fontibón, en Bogotá.

El hecho ocurrió durante la tarde del martes, 5 de agosto de 2025, en las cercanías de la Zona Franca de la localidad. En esos momentos, animal se soltó de su correa y embistió primero a otro perro y luego a la menor, que se encontraba acompañada por una mujer responsable de su cuidado.

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“Yo a la niña la cuido desde hace muchos años. Como a las 3:30 p.m. estábamos en la parte de atrás del conjunto y vimos cómo una señora mayor traía ese perro, pero se notaba que no podía controlarlo. De un momento a otro, el animal se soltó de la correa, la arrastró, y se le fue encima a otro perro que había por ahí”, relató la mujer presente en el sitio del ataque, en diálogo con el diario Q’Hubo.

La menor debió ser intervenida
La menor debió ser intervenida por las mordeduras - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

El testimonio continuó describiendo la secuencia de lo ocurrido: “El animal se mandó de una para donde estaba la niña. Yo no pude hacer nada. Como pude, la monté en un árbol, pero el perro le alcanzó a coger el piecito, la hizo caer y empezó a morderla. Yo solo gritaba pidiendo ayuda. Por suerte, unos señores que pasaban por fuera del conjunto rompieron la reja, y como un ángel apareció un señor de un bicitaxi con otro vecino, que le pegaron al perro hasta que soltó a la niña”.

La pequeña debió ser intervenida por cirujano plástico

Luego del ataque, la menor fue trasladada de urgencia a un centro asistencial de la zona donde permaneció hospitalizada. Los médicos confirmaron que la niña requería cirugía plástica debido a la gravedad de las heridas sufridas.

Los residentes del sector, como informó el medio mencionado, alarmados por la reincidencia de estos hechos, expresaron su preocupación por la seguridad de los niños y exigieron mayor control sobre animales potencialmente peligrosos.

Una vecina recordó que, en marzo del año en curso, el mismo canino había mordido a otro menor, quien quedó con cicatrices físicas y secuelas psicológicas.

La comunidad reiteró la necesidad de implementar medidas estrictas frente a la tenencia de estos perros en espacios compartidos, especialmente cuando ya existían antecedentes de ataques anteriores.

El caso del joven que perdió sus extremidades tras ataque de perros callejeros, en Bogotá

La preocupación por la presencia de perros callejeros en Bosa, Bogotá, volvió a ser protagonista tras el violento ataque que sufrió Gréiber Eduardo Berrío, un joven venezolano de 19 años, que perdió ambos brazos y sus orejas después de ser emboscado por una jauría el 25 de marzo de 2025.

Según su propio testimonio, los animales lo mordieron más de 150 veces y lo arrastraron por un barranco cuando regresaba de la iglesia, a solo una cuadra de su vivienda.

El incidente se registró cerca de las 8:00 p. m., en un potrero oscuro del barrio. Gréiber recordó: “Sentía cómo me agarraban las piernas y me las jalaban y raspaban, sentía cómo me jalaban de los codos. Yo no sabía qué hacer porque ya había perdido la fuerza”.

El joven relató los momentos de terror que vivió en el momento del ataque - crédito

El joven relató que intentó retroceder cuando una perra grande lo atacó, pero al agacharse para protegerse notó que más perros lo rodeaban. Finalmente cayó al suelo y los animales lo derribaron repetidamente, mordiéndole los brazos y el rostro.

“Me busca a morder; sin embargo, yo me fui echando para atrás, pero en un punto me agarra el pantalón (...) cuando bajo el bolso me doy cuenta de que vienen los demás perros, yo quedé impactado, no sabía qué hacer“, relató.

Durante el ataque intentó protegerse en posición fetal, pero las mordidas continuaron e incluso uno de los perros le arrancó una oreja tras intentar cubrir su cara.

En un intento de pasarme la mano en la cara, el perro lanzó el mordisco y me quita la oreja y lo único que pensé fue resistir hasta que llegué a un punto en el que ya cansado lo que hice fue que me encomendé a Dios”. Por la intensidad de la agresión, perdió la segunda oreja sin darse cuenta. “Lloré. Pensé que moriría ahí, en la tierra, devorado por perros”, afirmó Berrío.

Comunidad en Bosa había reportado
Comunidad en Bosa había reportado previamente la agresividad de perros callejeros sin recibir respuestas efectivas de las autoridades - crédito Concejo de Bogotá

A pesar de sus gritos, ningún vecino intervino por miedo, aunque según el joven pudo ver personas observando desde las ventanas. El ataque terminó cuando la jauría se dispersó poco antes de que llegara la Policía.

Los uniformados lo trasladaron de inmediato al Hospital de Bosa y luego al Hospital de Kennedy, donde estuvo 16 días en coma. Durante una cirugía, los médicos detectaron necrosis e isquemia en sus brazos, lo que obligó a amputarlos para salvarle la vida ante la gravedad de la infección.