Gustavo Petro se refirió a las cifras de hambre en el país : “Avergüenza a Colombia”

El presidente lamentó que dos millones de personas sigan sin acceso suficiente a alimentos, pese a la reducción de la inseguridad alimentaria, y criticó la lentitud estatal para enfrentar la crisis

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El presidente Gustavo Petro lamenta
El presidente Gustavo Petro lamenta que dos millones de personas sufran hambre en Colombia pese a la abundancia agrícola - crédito Europa Press

El presidente Gustavo Petro confrontó el reciente anuncio de paro nacional por parte de los cultivadores de arroz.

Por medio de un mensaje publicado en su cuenta de X, el mandatario señaló la contradicción entre el exceso de producción agrícola y la persistencia de altos índices de hambre en Colombia.

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Petro aseguró que la permanencia de dos millones de personas en situación de hambre representa una vergüenza para el país, e hizo énfasis en la necesidad de una mayor intervención estatal para enfrentar el problema de inseguridad alimentaria.

Según cifras expuestas por el jefe de Estado, durante este Gobierno se ha logrado reducir en 1,9 millones el número de personas en condición de inseguridad alimentaria.

Petro reconoce que la reducción
Petro reconoce que la reducción de la inseguridad alimentaria es insuficiente y urge fortalecer la institucionalidad contra el hambre - crédito @petrogustavo/X

Sin embargo, solo doscientas mil personas han dejado de estar en condición de subalimentación, un avance que calificó como insuficiente para las necesidades del país.

Petro explicó que este fenómeno responde, en gran parte, a la falta de institucionalidad en la lucha contra el hambre.

“La permanencia de dos millones de personas en hambre avergüenza a Colombia, y aunque este Gobierno ha disminuido en 1,9 millones las personas que están en inseguridad alimentaria, que solo bajemos 200.000 personas, las que están en subalimentación, avergüenza este gobierno” (sic), sostuvo.

El presidente detalló que ha instruido al Ministerio de Agricultura para que avance en la compra de excedentes de alimentos producidos en el país, con el objetivo de distribuirlos en las regiones donde se registran mayores índices de hambre a través del Departamento para la Prosperidad Social (DPS).

“He solicitado que MinAgricultura busque comprar alimentos excedentes en el país y los entregue en las zonas de hambre, vía DPS”, puntualizó.

Además, el mandatario expresó su inconformidad frente a los retrasos en la construcción de centros de abastecimiento, infraestructura clave para mejorar la distribución de los alimentos.

Enfatizó que la entrega a Findeter de esta responsabilidad debía garantizar resultados rápidos, pero hasta ahora el proceso avanza con demoras que calificó de inexplicables.

La falta de estos centros afecta la eficacia de las estrategias para llevar los productos excedentes a las zonas de mayor vulnerabilidad.

Petro cuestionó el paro de
Petro cuestionó el paro de arroceros y plantea que el Estado adquiera los excedentes para combatir el hambre - crédito @Dignidad_Agro/X

El anuncio de movilización por parte de los gremios arroceros, que denuncian pérdidas por la caída en los precios al productor, motivó una reflexión por parte del presidente.

Petro aseguró que no tiene sentido que este sector recurra al paro como método de presión cuando existen alternativas estatales que pueden mitigar las afectaciones generadas por la caída en los precios de los productos.

“No tiene sentido que arroceros salgan a paro por el bajo precio de sus productos, cuando el Estado puede comprar los excedentes de oferta y llevarlos a donde hay hambre en el país o en el mundo”, afirmó el mandatario, proponiendo como solución la compra directa de estos alimentos por parte del Estado y su posterior distribución en territorios afectados por la inseguridad alimentaria.

La propuesta busca tanto evitar la acumulación de inventarios agrícolas sin destino, como atender el déficit nutricional en comunidades vulnerables.

Esta estrategia, según el Gobierno, permitiría proteger los ingresos de los pequeños y medianos productores, al mismo tiempo que contribuye a reducir las cifras de hambre.

El presidente Petro también subrayó la importancia de impulsar la producción agrícola con una visión exportadora, pero aclaró que esto no puede implicar el desabastecimiento del mercado interno.

“Necesitamos más producción agraria con fines de exportación, pero esta exportación no se hace dejando desabastecido el mercado interno”, precisó.

De esta manera, el mandatario insta a que las políticas de fomento agroexportador contemplen mecanismos que garanticen seguridad alimentaria nacional.

Para el Gobierno, el equilibrio debe estar en fomentar la producción, diversificar los destinos comerciales y fortalecer la institucionalidad para asegurar tanto el acceso a mercados externos como el abastecimiento de la población local.

Desafíos para la política alimentaria

El Ministerio de Agricultura y
El Ministerio de Agricultura y el DPS son claves en la estrategia para distribuir alimentos en zonas vulnerables - crédito Carlos Ortega/EFE

Las declaraciones del presidente se dan en un momento en el que la inseguridad alimentaria sigue siendo una preocupación central para el país. El último informe de la FAO indica que, pese a algunas mejoras, Colombia mantiene elevados índices de población en condición de hambre y subalimentación. Las regiones más afectadas suelen corresponder a zonas rurales, golpeadas por la pobreza, el confinamiento por violencia y el bajo acceso a servicios básicos.

A la espera del avance en los procesos administrativos y la puesta en marcha de los centros de abastecimiento, el Gobierno enfatiza la necesidad de fortalecer la institucionalidad en torno al derecho a la alimentación. La gestión de los excedentes agrícolas y su distribución a los territorios más necesitados se perfila como uno de los principales retos de la administración Petro para los próximos meses.

En este escenario, la tensión entre productores agrícolas y el Ejecutivo refleja los retos de la política rural y alimentaria en Colombia. La viabilidad de comprar los excedentes y su distribución eficiente será clave para aliviar tanto la crisis del sector arrocero como la persistente problemática del hambre en el país.