Michelle Rouillard habló de ‘MasterChef Celebrity’ y su roce con Luly Bossa: “No vine a maquillar mis emociones para caer bien”

El episodio de MasterChef Celebrity del martes 1 de julio dejó ver que la tensión competitiva cada vez es mayor, y ya comienzan a aflorar las personalides más difíciles.

Ese fue el caso de la actriz Michelle Rouillard, que presa de los nervios y la presión por querer ganar la prueba creativa, no supo coordinar esfuerzos con Luly Bossa, que resultó ser blanco de su ira.

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Pese a que al final el plato fue recibido relativamente bien por el jurado, las actitudes de Rouillard la volvieron blanco de los memes y de la indignación en rede sociales, reprobando su actitud.

Por ese motivo, durante la tarde del miércoles 2 de julio, Michelle abrió una dinámica de preguntas y respuestas con la que decidió hacer frente a los televidentes del formato de cocina del Canal RCN.

Ante los señalamientos por su mala actitud, descrita en una de las preguntas como “todo lo que está mal”, la nacida en Popayán lo reconoció, pero indicó que no tenía intenciones de esconder nada en el programa.

“Mi reacción no fue la mejor. Pero fue honesta. No vine a fingir calma donde no la siento, ni a maquillar mis emociones para caer bien. Estoy aprendiendo mientras vivo la experiencia”, apuntó.

En otra respuesta a un comentario que la tachó de egocéntrica, Rouillard decidió hacer algunas aclaraciones: “No, no soy perfecta. Pero estoy en una competencia. Y querer ganar no es lo mismo que ser egocéntrica”, escribió.

Otro usuario le recriminó porque, a pesar de que comprendía que el estrés pudiera generar reacciones fuertes, no eran razón para “vulnerar al otro”, en referencia a lo ocurrido en la prueba por parejas. Rouillard remarcó que esa actitud no tuvo nada que ver con Luly Bossa.

“Nunca fue mi intención vulnerar a Luly. Quería que el plato saliera bien, y sí, la presión me sobrepasó. No actué desde la rabia contra alguien, sino desde el deseo de que todo saliera perfecto. No lo manejé de la mejor manera, pero herir jamás fue parte del plan”, respondió.

Todo esto llevó a que la payanesa expresara que los mejores y peores momentos en televisión son algo a lo que el público no siempre está acostumbrado, pese al largo tiempo que lleva MasterChef Celebrity al aire.

“Mostrar quién eres no siempre es bonito. A veces es incómodo, crudo, imperfecto. Pero también es valiente. Yo no vine a mostrar una versión pulida de mí, vine a vivir algo real. Y eso también es parte del proceso”, aseguró.

Sobre su tendencia al perfeccionismo, admitió que a veces se le sale de las manos, pero remarcó que hace parte de su personalidad. “Sí, mi perfeccionismo a veces se nota. Y no siempre lo manejo con calma. Pero, viene del compromiso real que tengo con lo que hago, no de creérmela toda”, manifestó.

Otros aspectos que abordó la actriz durante la dinámica, incluyeron respuestas sobre su experiencia en el programa. Por ejemplo, cuando un usuario le hizo ver que en los episodios transmitidos no se evidenciaba que tuviese la preparación necesaria, Michelle reveló que entró a última hora al programa por la salida de alguien más cuando estaban por iniciar las grabaciones.

“Entré a MasterChef en el último momento porque alguien más decidió no participar justo antes de empezar. No estaba en mis planes este año. Y sí, claramente entré con desventaja”, explicó.

Esto se sumó a lo exigente de los horarios, que iban a la par con las clases de cocina que comenzó a tomar. “Me recogían a las 6 de la mañana y salíamos a 8:30 de la noche. De ahí salía a clases de cocina para ponerme al nivel de mis compañeros”, apuntó.

A la pregunta sobre posibles ayudas o guiones en la producción, fue tajante:“¡Para nada! Estamos solos. Las ayudas únicamente las recibimos de los chefs y la bella Claudia cuando pasan por nuestras estaciones”.

Y profundiza sobre la autenticidad del formato: “Acá no hay libretos. Todo sucede en el momento, con emociones reales y bajo presión. Tampoco sabemos qué vamos a cocinar hasta que nos lo dicen. Reaccionamos en caliente. Con el corazón acelerado, las manos temblando y las ganas de que todo salga bien”.