
El magistrado Jorge Enrique Ibáñez Najar, presidente de la Corte Constitucional de Colombia, abandonó de manera anticipada un almuerzo convocado por la Conferencia Episcopal el pasado 16 de junio en la Arquidiócesis de Bogotá.
El encuentro, que reunió a altos funcionarios del Estado, incluido el presidente Gustavo Petro, tenía como objetivo fomentar el diálogo y reducir las tensiones políticas en el país.
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La salida de Ibáñez se produjo en medio de un debate sobre la consulta popular y la reforma laboral, temas que están siendo evaluados por el alto tribunal.
El magistrado solicitó permiso para retirarse del evento, con el fin de evitar posibles recusaciones en futuros procesos judiciales relacionados con estos asuntos.

Ibáñez explicó que, como ponente de la demanda contra la reforma pensional y encargado de revisar la legalidad del decreto presidencial sobre la consulta popular, su participación en la discusión podría comprometer su imparcialidad.
A pesar de su salida, el magistrado firmó el acuerdo alcanzado en la reunión, en el que los asistentes se comprometieron a promover el respeto y el diálogo como herramientas para resolver los conflictos políticos y sociales.
El almuerzo, que inició con retraso debido a la llegada tardía del presidente Gustavo Petro, contó con la presencia de figuras clave como el presidente del Senado, Efraín Cepeda, el procurador Gregorio Eljach y el registrador nacional Hernán Penagos.
Durante las dos horas que duró el encuentro, los participantes discutieron sobre la necesidad de evitar discursos de odio y garantizar un clima de respeto en el marco de la campaña electoral.
“Como ciudadanos, servidores y representantes de las Instituciones del Estado colombiano, nos comprometemos juntos e invitamos a todo el país a escucharnos, valorarnos y respetarnos en hermandad; a desarmar y armonizar la palabra; y a rechazar todo tipo de violencia, como forma de resolver los conflictos políticos y sociales”, dice el documento.

El cardenal primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda, destacó la disposición de los funcionarios para participar en este espacio de diálogo, subrayando la importancia de proteger a los sectores más vulnerables y resolver los conflictos de manera pacífica.
El debate sobre la consulta popular, propuesta por el presidente Petro para refrendar la reforma laboral, generó tensiones entre los asistentes. Este mecanismo de participación ciudadana, programado para el 7 de agosto, ha sido objeto de controversia en un contexto marcado por la polarización política y la violencia.
La discusión sobre este tema fue uno de los factores que motivaron la salida de Ibáñez, que prefirió abstenerse de participar para no comprometer su rol en la revisión del decreto presidencial.
Además de Ibáñez, otros presidentes de altas cortes no asistieron al evento. Luis Alberto Álvarez, presidente del Consejo de Estado, se ausentó debido a compromisos en un evento en Manizales, mientras que Mauricio Rodríguez Tamayo, presidente de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, no fue invitado, lo que generó malestar en su corporación.
Estas ausencias, junto con la tardanza del presidente Petro, fueron percibidas como señales de desorganización y generaron comentarios entre los asistentes.
A pesar de las tensiones y las ausencias, el encuentro culminó con la firma de un documento en el que 21 altos funcionarios del Estado se comprometieron a “desarmar la palabra” y fomentar la convivencia pacífica.
El texto del acuerdo insta a los colombianos a escucharse, valorarse y rechazar cualquier forma de violencia como medio para resolver conflictos. Además, los participantes realizaron una oración por la recuperación del congresista de oposición Miguel Uribe Turbay, quien se encuentra en estado crítico tras un atentado.

“Concluimos en que esta no es una actividad única. Debemos continuar promoviendo el encuentro de los colombianos, incluyendo al empresariado, a las congregaciones religiosas y a los sectores público y privado. Es clave construir consenso entre quienes tienen visiones distintas del país”, dijo el procurador Gregorio Eljach al terminar el evento en la Arquidiócesis de Bogotá.
El evento organizado por la iglesia católica buscaba ser el primero de una serie de encuentros destinados a promover el consenso entre diferentes sectores del país.
Según el registrador Penagos, la iniciativa pretende incluir a empresarios, congregaciones religiosas y representantes de los sectores público y privado en futuros diálogos. Monseñor Rueda reiteró la necesidad de mantener la esperanza y trabajar en conjunto para superar las divisiones que afectan a Colombia.
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