Compañeros de colegio obligaron a un menor de 11 años a robar: esto dijo la mamá del niño

La progenitora contó los detalles luego de que el padre del niño tuvo que acercarse hasta el supermercado en el municipio de Facatativá y descubrió que no era la primera vez que ocurría esto

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La madre del menor contó
La madre del menor contó lo que le dijo el niño luego de que su papá se presentó ante el supervisor del establecimiento - crédito archivo Camila Díaz/Colprensa

Un caso de acoso escolar que tuvo como epicentro el barrio Juan Pablo II, en el municipio de Facatativá, Cundinamarca, ha generado preocupación tras conocerse que un niño de 11 años de edad habría sido obligado por un compañero de colegio a cometer robos en un supermercado cercano.

El caso ha generado revuelo por cuenta del relato de la madre del menor, y que prefirió mantener su identidad en reserva por seguridad, y contó los detalles de esta alarmante situación que ha afectado a su familia.

El incidente más reciente ocurrió el miércoles 14 de mayo de 2025, cuando el niño salió del colegio y se dirigió a un supermercado acompañado por otro menor.

“Según me contó la persona que lo atiende, él estaba con otro niño, estuvieron un rato dentro y al salir, mi hijo estaba muy nervioso. De hecho, se le cayó un yogur que llevaba escondido”, le dijo la madre del niño al diario Q’hubo Bogotá.

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El caso ocurrió en un
El caso ocurrió en un supermercado del barrio Juan Pablo II - crédito Pexels

Este hecho llevó al encargado a contactar a los adultos responsables, y fue justo en ese momento que les comentaron que no era la primera vez que ocurrían situaciones similares con los mismos niños.

“Mi esposo fue al supermercado para hablar con nuestro hijo y le preguntó por qué intentó robar el yogur. El nos contó que el otro niño lo obligaba a hacerlo, que lo intimidaba, le pegaba y le decía que si no cumplía o si contaba lo que estaba pasando, le iría muy mal”, siguió con su relato la progenitora.

Este testimonio reveló un problema más profundo debido a que el menor había mostrado antes, y en varias ocasiones, resistencia a asistir al colegio, pero no había explicado las razones detrás de su negativa por la amenaza proferida por su compañero de clases.

La madre del niño expresó su angustia al descubrir la magnitud de lo que su hijo estaba enfrentando.

“Me senté con mi hijo para hablar más a fondo y me contó que el otro niño le esconde los cuadernos, le hala el cabello, le patea la maleta y hasta le quita el dinero que le damos para las onces.

Robo en supermercado de Facatativá terminó revelado caso de acoso escolar en Cundinamarca

Según lo que comentó la mamá, el menor había estado soportando agresiones físicas y psicológicas que lo llevaron a actuar en contra de su voluntad.

“Todo esto ha sido constante y por eso él sentía miedo. La presión era tanta que lo obligaban a robar para evitar que lo molestaran aún más”, explicó la acudiente. Este caso pone en evidencia la gravedad del bullying y la necesidad de abordar de manera urgente las dinámicas de violencia en los entornos escolares.

La comunicación es esencial entre
La comunicación es esencial entre los padres, madres y sus hijos para que se puedan identificar posibles casos de bullying o acoso escolar - crédito Pexels

El encargado del supermercado, quien fue testigo del comportamiento de los menores, también alertó sobre la recurrencia de este tipo de incidentes, lo que sugiere que el problema podría ser más amplio de lo que inicialmente se pensaba.

La madre del niño afectado señaló que, tras hablar en profundidad con su hijo, logró entender el alcance de las intimidaciones y el impacto que estas han tenido en su bienestar emocional y académico.

Este caso recuerda la importancia de que las instituciones educativas y las familias trabajen conjuntamente para prevenir y abordar situaciones de acoso escolar. Además, plantea interrogantes sobre las medidas de seguridad y supervisión en los colegios, así como la revisión de protocolos y apoyo psicológico que se brinda a los estudiantes que enfrentan este tipo de problemáticas.

La madre del menor hizo un llamado a las autoridades escolares y a otros padres para que estén atentos a las señales de alerta y actúen de manera oportuna para proteger a los niños de este tipo de situaciones.

El acoso escolar es una
El acoso escolar es una problemática que se presenta más a menudo de lo que se piensa en entornos escolares - crédito Pexels

Ojo a las señales de acoso escolar en menores

Estas son algunas recomendaciones para que madres y padres de familia puedan abordar a los niños, niñas y adolescentes si tienen sospechas de que son víctimas de acoso escolar (bullying)

  1. Cree un ambiente de confianza: genere un espacio seguro donde tu hijo se sienta cómodo para hablar sin miedo a ser juzgado. Escuche con atención y empatía.
  2. Haga preguntas abiertas: pregunte de manera directa pero amable. Por ejemplo: “¿Cómo te sientes en la escuela?”, “¿Hay algo que te preocupa?”, “¿Hay alguien que te trate de una forma que no te guste?”.
  3. Valide sus emociones: asegúrese de que su hijo/a sienta que sus emociones importan. Evite minimizar o ignorar lo que le cuente. Frases como “Entiendo cómo te sientes” pueden ayudar.
  4. Evite reaccionar de forma impulsiva: escuche todo lo que tiene que decir antes de actuar. Mantenga la calma, debido a que una reacción extrema podría hacer que su hijo/a se cierre.
  5. Explíquele qué es el acoso escolar: a veces los niños no identifican claramente qué situaciones constituyen bullying. Hable con ellos sobre cómo reconocer señales de comportamiento negativo.
  6. Empodere a su hijo/a: refuerce su autoestima y enséñele que no es culpable de las agresiones. Ayúdelo a responder de forma asertiva, cómo alejarse de la situación o buscar a un adulto de confianza en caso de necesidad.
  7. Involucre a la escuela: si confirma que su hijo/a está siendo víctima de acoso, informa al personal docente o directivo para que puedan intervenir y solucionar el problema.
  8. Fomente relaciones positivas: anime a su hijo/a a fortalecer sus amistades fuera del entorno problemático y participe en actividades que lo hagan sentirse seguro y valorado.
  9. Busque ayuda profesional si es necesario: si siente que el impacto emocional en su hijo/a es significativo, considere recurrir a un psicólogo especializado en niños y adolescentes.
  10. Manténgase involucrado: realice un seguimiento constante para asegurarse de que las medidas tomadas están funcionando y que tu hijo se siente apoyado y protegido.