
La relación entre Estados Unidos y Colombia atraviesa un momento crucial en el que se enfatiza la importancia de la seguridad, el comercio y el narcotráfico como puntos clave.
Durante su participación en la Cumbre de los 70 años de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), el encargado de negocios de la embajada estadounidense en Bogotá, John McNamara, destacó que esta relación enfrenta tanto beneficios como desafíos.
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“En cualquier relación bilateral, sin importar el nivel de cercanía, se pueden encontrar notables beneficios para ambas naciones, pero también desafíos”, señaló McNamara, citado por Portafolio.
Uno de los temas centrales abordados por McNamara fue la lucha contra el narcotráfico, una preocupación compartida por ambos países.

El diplomático hizo énfasis en que “la cocaína es un flagelo para el pueblo estadounidense y el mundo, y genera violencia, corrupción y varias formas de maldad y sufrimiento en Colombia”.
Además, subrayó que los resultados en la reducción de cultivos ilícitos y el control de drogas serán determinantes para decisiones futuras como la posible “desertificación” de Colombia, una medida política y comercial que podría tener implicaciones profundas.
“La decisión de desertificar que el presidente (Trump) tomará se basará, en gran medida, en los resultados de los líderes políticos y de las fuerzas de seguridad de Colombia”, recalcó McNamara en información publicada por Portafolio.
Otro aspecto clave de la agenda bilateral es el tema migratorio y la cooperación en fronteras. Según el encargado de negocios estadounidense, la política de Donald Trump, basada en el principio de “América Primero”, busca fortalecer tanto las fronteras como las alianzas estratégicas.

En palabras de McNamara recogidas por La República, esta política “es una forma de cuidar al país y a sus mismos socios, entre los cuales está Colombia”.
En el ámbito comercial, McNamara evidenció ciertas “diferencias” entre los actuales gobiernos, derivadas de medidas nacionales que afectan directamente las relaciones económicas entre ambas naciones.
Entre los ejemplos mencionados por el diplomático, Portafolio señala que el reciente cambio en las normas de importación de vehículos y autopartes con certificaciones estadounidenses podría resultar perjudicial.
“Esa nueva política costaría puestos de trabajo y pérdidas de ganancias en Estados Unidos, y una potencial complicación en el ambiente comercial entre ambos países”, explicó McNamara.
Además, la renovación del acuerdo de nube pública, según reportó Portafolio, generó preocupación respecto a los estándares de ciberseguridad.

“Entendemos que esta decisión puede actuar a favor de un país que ni es de nuestro hemisferio, que tiene estándares de seguridad más bajos y menos confiables en temas de protección de datos”, señaló McNamara, en referencia a la creciente influencia de China en el ámbito tecnológico regional.
Por otro lado, el embajador de Colombia en Washington, Daniel García-Peña, también insistió en la importancia de fortalecer los lazos comerciales entre ambas naciones a pesar de las diferencias. “Tiene desafíos, diferencias y discusiones, pero ha demostrado en los últimos años esa capacidad de ratificarse, fortalecerse y ampliarse”, declaró García-Peña a Blu Radio.
El estrechamiento de las relaciones entre Colombia y China no pasó desapercibido para Washington, pues las tensiones entre las dos potencias han generado ecos en el panorama diplomático de América Latina.
Según La República, McNamara instó a Colombia a evaluar con detenimiento las implicaciones de su relación comercial con el gigante asiático: “Invito a revisar con lupa la diferencia de tamaño, balance de ventas y compras y tipos de comercio en materiales y servicios en sus relaciones comerciales con otros países para evaluar cuáles son los más convenientes para Colombia”.

En respuesta, el embajador chino en Bogotá, Zhu Jingyang, defendió la legitimidad de los vínculos crecientes entre ambos países.
“Respetamos el estatus que tiene Estados Unidos como socio de Colombia, pero China no es menor. No solo hay que revisar el presente con lupa, sino contemplar el futuro con telescopio”, replicó Jingyang, según Blu Radio.
Finalmente, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Laura Sarabia, también ha apostado por la diversificación diplomática.
Según un comunicado oficial de la Cancillería de Colombia, Sarabia sostuvo una reunión virtual con el embajador chino para coordinar agendas bilaterales en el marco del Foro Ministerial China-CELAC, programado para mayo.
Por último, McNamara destacó la relevancia de fortalecer los más de doscientos años de amistad entre Estados Unidos y Colombia, reflejados tanto en la cooperación económica como en otros sectores estratégicos.
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