“Mamá, no me abandones”: el doloroso testimonio de Sandra Borja, madre de Sara Millerey, tras el asesinato de su hija

En el pódcast ‘Más allá del silencio’, la madre de la víctima recordó a su hija como una persona especial, y contó el esfuerzo que hizo para ser reconocida y vivir como mujer en medio de una sociedad hostil

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La historia de Sara Millerey
La historia de Sara Millerey revive el debate sobre la violencia que enfrentan las personas trans en Colombia y su madre cree que fue atacada por su identidad - crédito @HFCardonaG/X

Durante una emotiva conversación en el pódcast Más allá del silencio, conducido por el periodista Rafa Poveda, Sandra Borja, madre de Sara Millerey, ofreció un extenso y crudo relato sobre la vida, lucha y trágica muerte de su hija, que fue víctima de un brutal ataque que ha generado conmoción en todo el país. A través de su testimonio, se evidenció no solo la profunda conexión entre madre e hija, sino la violencia sistemática que enfrentan las personas trans en Colombia.

Colombia conoció a Sara a través de un video de 28 segundos, el viernes 4 de abril de 2025; una grabación en la que se veía luchando por su vida, en medio de una quebrada sucia, con fracturas en sus extremidades, sin poder nadar. La imagen dejó una huella imborrable en quienes la vieron, en especial en su madre.

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Su caso no solo conmovió a la opinión pública por la brutalidad con la que fue asesinada, sino por el testimonio de su madre, que compartió en detalle el proceso de vida, fe y lucha que su hija enfrentó desde la infancia hasta sus últimos días.

Sandra Borja narró en el
Sandra Borja narró en el pódcast del periodista Rafa Poveda cómo su hija, Sara Millerey, oraba constantemente por protección - crédito Más allá del silencio/YouTube

“Le encantaba brillar”: así era Sara Millerey, según su madre

Sara Millerey tenía 32 años y desde los 15 había iniciado su proceso de transición de género. Escogió su nombre inspirada en las “mirellas”, como llamaba a todo aquello que brillara, como la escarcha y las lentejuelas, elementos que usaba para resaltar su cabello y sus ojos. En palabras de su madre, “le encantaba brillar”, pues su feminidad era una expresión constante de alegría, identidad y orgullo, aunque muchas veces fue motivo de agresión por parte de desconocidos.

Sandra recordó cómo su hija siempre mostró una inclinación femenina desde pequeña. Al jugar con sus primos, asumía el rol de madre y, cuando era hora del baño, se envolvía el cabello en una toalla para imitar peinados largos. “Siempre fue muy femenina. Desde chiquita se le notaba”, dijo. A los 14 años, Sara ya manifestaba su identidad con más claridad y, poco tiempo después, comenzó a vivir plenamente como mujer trans.

La madre de Sara Millerey
La madre de Sara Millerey contó cómo su hija, una mujer trans de 32 años, murió tras un brutal ataque en Antioquia - crédito redes sociales

En el pódcast, Sandra compartió extractos de los escritos de su hija, muchos de ellos cargados de espiritualidad. Uno de los más conmovedores decía: “Aleja de mí, Señor, de mi vida toda maldad, toda mala acción. Toda idea en contra de mí y por sobre todo el hecho de violencia, que me dañe o me deje sin vida y si alguna vez se sucede, acompáñame con tu preciosa luz en que más te necesite y te invoque.”

Según Sandra, este tipo de reflexiones eran frecuentes en la vida de Sara, que mantenía una relación cercana con Dios. “Era una niña entregada muchísimo a Dios, siempre de la mano de Dios, pidiéndole protección, porque de pronto había quien me la tratara mal en la calle cuando pasaba, solo por ser una trans, solo por ser hecha”.

Un camino marcado por la discriminación

La madre también relató lo que vivió el día del ataque. Ella se encontraba en misa cuando le notificaron que su hija estaba en la quebrada La García Bello (Antioquia). Al llegar, vio a Sara aferrada a unas ramas, sin poder sostenerse. Bomberos y ciudadanos lograron sacarla, pero ya estaba gravemente herida. Fue trasladada a un hospital, donde, según Sandra, no recibió una atención adecuada: “Me dijeron que no había sábanas, que trabajaban con lo que había”.

Sara Millerey no era solo
Sara Millerey no era solo una mujer trans; era hija única, cercana a su madre, creyente, y defensora de su derecho a vivir en paz, por lo que su caso conmovió al país - crédito Luisa Gonzalez/Reuters

Sara presentaba múltiples lesiones: fracturas en las manos, piernas, costillas, un pulmón estallado, un golpe en la cabeza y signos de intento de degüello. A pesar de la gravedad, fue clasificada inicialmente como un caso de “triaje etapa III”, lo que retrasó su atención médica. “Le habían arrojado a la quebrada. Me dijo: ‘Mamá, me arrojaron a La García y tengo sed’”, relató Sandra.

Durante la madrugada, Sara fue estabilizada, pero presentó taquicardia, fue intubada y finalmente trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos. A las 3:00 p. m.del sábado (5 de abril) falleció. La causa: un paro cardíaco provocado por la acumulación de líquidos internos y el daño en su pulmón, producto de los golpes.

¿Por qué fue atacada? La respuesta y sentimiento de su madre

Sara también había sido víctima de discriminación en varias ocasiones, su mamá le aconsejaba no responder a los insultos, pero Sara a veces exigía respeto. “¿Por qué me tratan mal? ¿Qué estoy haciendo yo?”, le decía. En sus últimos momentos, según relató su madre, Sara alzó la cabeza para verla y le dijo: “Mamá, no me abandones”. Sandra respondió: “Aquí está mamá, tranquilízate”.

Sandra Borja, madre de Sara
Sandra Borja, madre de Sara Millerey, expuso no solo el dolor de una madre, sino la desprotección que enfrentan las personas trans - crédito Cristian Bayona/Colprensa

Sandra no duda del motivo por el cual su hija fue atacada. “Fue por eso, yo sé que sí. Que fue solo por ser ella. Por querer ser Sara ante todas la gente”, dijo con firmeza. Recordó cómo en varias ocasiones Sara regresaba a casa afectada por comentarios e insultos en la calle, y cómo ella la consolaba: “No le pares bolas a nadie, sigue tu camino”. Aunque en algunos momentos su hija respondía a las agresiones con preguntas como “¿Qué estoy haciendo yo? No estoy haciendo nada malo, voy por mi camino. Respéteme porque me tienen que insultar”, también seguía el consejo de su madre de no confrontar.

Sara Millerey no solo fue una mujer trans visible y orgullosa. Fue una hija única que compartía cada detalle de su vida con su madre. Ambas vivían juntas y enfrentaban de la mano los desafíos de una sociedad que, según Sandra, “no entendían que ella solo quería ser feliz”. Su historia, marcada por una vida de lucha y un final violento, ha puesto de nuevo en evidencia la necesidad urgente de garantías de seguridad para las personas trans en Colombia.

“Me la mataron por ser ella”, repitió Sandra, con la voz quebrada en varios momentos de la conversación. En su testimonio, se revela no solo el dolor de una madre que ha perdido a su hija, sino la profunda desprotección que sigue enfrentando la población trans en Colombia.