Descubra el pueblo colonial de Colombia donde la Semana Santa se transforma en arte y fe

El pueblo declarado Patrimonio de la Humanidad combina arquitectura histórica, fervor religioso y la delicada tradición de la joyería en oro y plata

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Mompox, Patrimonio de la Humanidad
Mompox, Patrimonio de la Humanidad desde 1995, es un destino único en Colombia - crédito Federico Rios / X

El encanto de Mompox va más allá de su arquitectura colonial o su ubicación privilegiada a orillas del río Magdalena. Este pintoresco pueblo del departamento de Bolívar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995, se convierte cada año en escenario de una de las celebraciones religiosas más conmovedoras y originales de Colombia, la Semana Santa. Pero, lo que realmente distingue a este rincón mágico es la forma en que la espiritualidad y el legado cultural se entrelazan en cada rincón, en cada procesión y en cada nota musical que resuena en sus calles.

El Centro Histórico de Mompox, considerado Monumento Nacional desde 1959 y hoy Bien de Interés Cultural (BIC), mantiene viva la esencia arquitectónica de sus fundadores sevillanos. Las iglesias, capillas y casas coloniales de sus barrios se conservan casi intactas, como si el tiempo se hubiese detenido para rendir tributo a su historia. Según la Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia, a la que pertenece, este estado de conservación excepcional es parte del orgullo que sus habitantes comparten con los visitantes.

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La Semana Santa de Mompox
La Semana Santa de Mompox combina espiritualidad y tradición con un legado intacto desde 1564 - crédito cortesía Alcaldía de Mompox

Uno de los tesoros más preciados de Mompox es su tradición joyera. La filigrana en oro y plata, un arte heredado de tiempos coloniales, sigue vigente gracias a las manos expertas de los artesanos locales. Esta técnica minuciosa, que mezcla influencias autóctonas y europeas, hizo que la joyería momposina sea reconocida en todo el país por su belleza y delicadeza.

En cuanto a la Semana Mayor, la cita con la fe y la devoción tiene una profundidad única en Mompox. La historia de esta celebración se remonta a 1564, cuando tuvo lugar por primera vez, fuertemente inspirada en las tradiciones sevillanas. Desde entonces, se convirtió no solo en un símbolo de religiosidad, también en un potente atractivo turístico que atrae a miles de personas deseosas de vivir una experiencia espiritual y cultural inolvidable.

El carácter musical y dramático con el que se desarrollan los actos litúrgicos en Mompox aporta un matiz distintivo frente a otras conmemoraciones en Colombia. “Es una representación religiosa y de naturaleza artística, que sorprende a quien tiene el placer de vivirla”. Esta expresión resume a la perfección el espíritu de la Semana Santa momposina, donde cada paso, cada canto y cada silencio tienen un significado profundo.

El arte de la filigrana
El arte de la filigrana en Mompox es inspiración de artesanos y símbolo de su historia colonial - crédito cortesía Alcaldía de Mompox

Entre los eventos más emotivos está la ceremonia del Miércoles Santo, en la que los habitantes del pueblo se congregan en el cementerio municipal para rendir homenaje a sus difuntos. Esta manifestación, marcada por cantos en honor a las almas, representa un momento íntimo de conexión entre lo espiritual y lo terrenal.

Las procesiones del Jueves y Viernes Santo son otros de los puntos culminantes. En estas jornadas, los habitantes marchan en torno a las iglesias coloniales en una coreografía solemne y armoniosa. El portal oficial de Colombia Travel destaca que, “Mompox cuenta con procesiones únicas en el mundo”, y no es para menos, pues, la comunidad entera participa con un fervor que traspasa generaciones.

En la ceremonia del Miércoles
En la ceremonia del Miércoles Santo, los habitantes rinden tributo a sus difuntos en un emotivo acto - Colprensa

Además, quienes visitan Mompox durante la Semana Santa tienen la oportunidad de recorrer al menos seis templos coloniales que deslumbran por su belleza. La Iglesia de Santa Bárbara, con su inconfundible torre barroca hispano-musulmana y sus altares dorados, se erige como una de las más emblemáticas. Le siguen el Convento de San Francisco, que data del siglo XVI, y la Iglesia de la Inmaculada Concepción, entre otras.

Mompox no es solo un destino religioso, es un viaje en el tiempo, una celebración viva de la identidad cultural de Colombia. Cada calle, cada procesión y cada joya de filigrana cuentan una historia que invita a ser descubierta con respeto y admiración.