Colombia da un paso firme en la prevención de la tortura con la aprobación de tratado internacional

La Corte Constitucional explicó que no se requería una consulta previa ni un análisis fiscal detallado, ya que el protocolo no genera gastos públicos ni afecta directamente a pueblos indígenas o afrodescendientes

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La Corte Constitucional declaró constitucional
La Corte Constitucional declaró constitucional el Protocolo Facultativo de la Convención Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes - crédito Colprensa

La Corte Constitucional dio luz verde a uno de los instrumentos internacionales más relevantes en la lucha contra la tortura.

Se trata del Protocolo Facultativo de la Convención de las Naciones Unidas Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, adoptado en Nueva York en 2002, y que ahora entra a ser parte del marco jurídico colombiano tras superar el examen de constitucionalidad.

El alto tribunal no solo avaló el contenido del tratado, sino también la Ley 2371 de 2024, mediante la cual el Congreso de la República había formalizado su aprobación. Esta decisión ratifica que tanto el proceso legislativo como el contenido del protocolo respetan los parámetros fijados por la Carta Política.

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Entre los aspectos evaluados por la Corte se encontraba la necesidad de consultas previas a comunidades étnicas o la obligación de un análisis fiscal detallado.

Sin embargo, el tribunal concluyó que el tratado no genera impactos directos sobre estas poblaciones ni implica gastos públicos que justifiquen tales exigencias, lo que allanó el camino para una aprobación expedita.

Con el tratado se busca
Con el tratado se busca que ningún ciudadano sea sometido a tratos indignos y tortura - crédito Jim Hollander/EFE

Aplicación para Colombia

Con esta decisión, Colombia se compromete a implementar mecanismos concretos para prevenir la tortura en todos los espacios donde haya personas privadas de la libertad.

El protocolo establece la creación de instancias de supervisión tanto internacionales como nacionales. A nivel global, será el Subcomité para la Prevención de la Tortura —organismo de la ONU— el encargado de realizar visitas periódicas e independientes a centros de detención como cárceles, estaciones de policía o instituciones psiquiátricas.

A nivel interno, cada país firmante debe constituir un Mecanismo Nacional de Prevención. Esta será una entidad autónoma con facultades para inspeccionar lugares de reclusión, recibir quejas, emitir recomendaciones y colaborar directamente con el subcomité internacional.

Su trabajo será clave para detectar situaciones de riesgo, impulsar reformas y promover condiciones dignas para las personas detenidas.

Con esta decisión, Colombia se
Con esta decisión, Colombia se compromete a implementar mecanismos concretos para prevenir la tortura en todos los espacios donde haya personas privadas de la libertad - crédito Reuters

En su análisis, la Corte subrayó que la incorporación del protocolo no representa una cesión de soberanía ni contradice los principios fundamentales de la Constitución.

Por el contrario, se trata de un instrumento que refuerza el compromiso del Estado colombiano con la dignidad humana, un principio rector tanto en el derecho nacional como en el derecho internacional de los derechos humanos.

El fallo, contenido en la sentencia C-121 de 2025 y con ponencia de la magistrada Paola Andrea Meneses Mosquera, fue remitido al Presidente de la República y al Presidente del Congreso. Con esto, se completa la fase jurídica nacional necesaria para que el protocolo pueda ser ratificado formalmente y comiencen las labores de implementación.

La decisión es celebrada como un avance significativo en materia de derechos humanos, en un país donde las condiciones de reclusión han sido objeto de constante escrutinio por parte de organizaciones nacionales e internacionales.

La decisión es celebrada como
La decisión es celebrada como un avance significativo en materia de derechos humanos, en un país donde las condiciones de reclusión han sido objeto de constante escrutinio por parte de organizaciones nacionales e internacionales - crédito Freepik

Contexto global

Este protocolo complementa la Convención contra la Tortura de 1984, y su foco no está en castigar los actos de tortura después de que ocurren, sino en prevenirlos mediante mecanismos de inspección y monitoreo independientes.

El OPCAT establece un sistema preventivo universal y nacional basado en visitas regulares a lugares donde haya personas privadas de libertad, realizadas por órganos independientes. Se trata de una herramienta jurídica vinculante para los Estados que lo ratifican, enfocada en prevenir la tortura y malos tratos.

De momento no se ha conocido un pronunciamiento por parte de otros poderes públicos como el Ejecutivo, pero se espera que sectores de la opinión pública manifiesten sis perspectivas sobre la aplicación del mencionado tratado en Colombia, pues dado el contexto de historia de violencia del país no es un tema menor para antecedentes en varios momentos de las últimas décadas.