El SGC reportó un movimiento telúrico de 3,2 a las 20:22 del 1 de abril de 2025, de profundidad superficial (menor a 30 Km), con epicentro en el municipio de Ituango, al noroccidente del departamento.
El Servicio Geológico Colombiano informó que entre el 25 y el 31 de marzo de 2025, continuó la actividad sísmica en el Nevado de Santa Isabel, con un aumento en el número e intensidad de los sismos, aunque la mayoría fueron de baja magnitud (menor a 1). El sismo más fuerte alcanzó una magnitud de 1,1 el 25 de marzo. Las emisiones de CO2 en el sector de La Azufrera se mantuvieron estables y no hubo cambios significativos en otros parámetros.
El estado de alerta se mantiene en amarilla, recomendando seguir el monitoreo oficial y las instrucciones locales.
Entre el 25 y el 31 de marzo de 2025, el Servicio Geológico Colombiano reportó un aumento en la actividad sísmica del volcán Nevado del Ruiz, principalmente asociada al fracturamiento de rocas. Los sismos fueron de baja energía, con magnitudes menores a 1, localizados cerca de la zona central del volcán a profundidades entre 3 y 7 km. El flujo de dióxido de carbono se mantuvo estable.
El SGC mantiene la alerta amarilla y recomienda seguir la evolución del volcán a través de boletines oficiales y las autoridades locales y nacionales de gestión del riesgo.
Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), entre el 25 y el 31 de marzo de 2025, el volcán Puracé presentó actividad sísmica leve y desgasificación continua en el cráter y la fumarola lateral.
Se detectaron aumentos en las emisiones de SO₂ y CO₂, así como deformaciones lentas del terreno entre Puracé, Piocollo y Curiquinga. Persisten anomalías térmicas superficiales.
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El volcán sigue en alerta Amarilla, lo que implica posibles fenómenos menores como emisión de ceniza, incandescencia y lahares. El SGC recomienda seguir sus boletines oficiales y acatar las indicaciones de las autoridades locales y la UNGRD.
En caso de un temblor, la seguridad personal es prioritaria, y conocer los sitios adecuados para resguardarse puede marcar la diferencia. Los expertos en sismología y protección civil recomiendan algunos lugares y medidas para minimizar riesgos durante un sismo.
Dentro de edificios, los lugares más seguros son aquellos que ofrecen estructura firme y protección contra objetos que puedan caer o romperse. Se recomienda ubicarse bajo mesas sólidas o escritorios fuertes, ya que pueden proteger la cabeza y el torso de escombros.
Si no es posible acceder a estos muebles, otra alternativa segura es situarse junto a columnas o paredes interiores de carga.
Estas estructuras suelen ser más resistentes y ofrecen protección adicional. Evitar las paredes exteriores, así como las ventanas y espejos, es fundamental para reducir el riesgo de lesiones por cristales rotos o desprendimientos.
En zonas exteriores, la recomendación es alejarse de edificios, postes de luz, árboles y estructuras que puedan colapsar. De ser posible, se debe mover a espacios abiertos, libres de cualquier objeto que pudiera caer. Esto disminuye significativamente el riesgo de impacto directo.
Si se encuentra en un automóvil, los especialistas aconsejan detenerse en un área segura, lejos de puentes, túneles y pasos elevados, permaneciendo dentro del vehículo hasta que finalice el movimiento.
Después del temblor, es esencial mantenerse alerta ante réplicas, evitar el uso de ascensores y seguir las instrucciones de las autoridades locales. Preparar un plan de emergencia familiar y conocer los puntos seguros en el hogar o lugar de trabajo puede facilitar la respuesta en situaciones de sismo, contribuyendo a la seguridad de todos los involucrados.
En Colombia, la medición de la intensidad de los sismos se realiza mediante la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98). Se establece la intensidad 2 como “apenas sentido” por un número reducido de personas en estado de reposo; mientras que el nivel 3 es descrito como “sentido levemente”, situación que podría provocar el oscilamiento de ciertos objetos.
Se considera que un temblor es de intensidad 4 cuando el mismo fue “sentido ampliamente” por una cantidad considerable de personas dentro de los edificios, y solo por unas pocas al aire libre (ventanas, puertas). Al alcanzar el nivel 5, “sentido fuertemente”, se observa el movimiento de objetos menores y es posible la aparición de fisuras menores en construcciones o viviendas.
Al hablar de una intensidad tipo 6, se hace referencia a un “daño leve”, escenario en el que algunos individuos pueden verse afectados en su equilibrio. El nivel 7 corresponde a situaciones de “daño moderado”.
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