Guerra y crisis humanitaria en el Catatumbo: la “Paz Total” en entredicho

Aunque las razones exactas de esta escalada bélica son debatidas, informes de inteligencia del Ejército apuntan a la pérdida de un cargamento de cocaína en noviembre de 2024 como el detonante del enfrentamiento

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La confrontación entre el Ejército
La confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del frente 33 de las extintas FARC ha dejado un saldo devastador - crédito Redes sociales

El conflicto armado en el Catatumbo ha escalado a niveles alarmantes en los primeros meses de 2025, sumiendo a la región en una crisis humanitaria sin precedentes. La confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del frente 33 de las extintas Farc ha dejado un saldo devastador: más de 85 muertos, 56.000 personas desplazadas y 19.000 confinadas en el territorio. En este contexto, la estrategia de “Paz Total” del gobierno de Gustavo Petro se enfrenta a una dura realidad.

Desde el 16 de enero, las hostilidades entre ambas facciones no han cesado. Aunque las razones exactas de esta escalada bélica son debatidas, informes de inteligencia del Ejército apuntan a la pérdida de un cargamento de cocaína en noviembre de 2024 como el detonante del enfrentamiento. Sin embargo, más allá de los intereses económicos ligados al narcotráfico, lo que se disputa es el control territorial de una de las regiones más estratégicas del país, ubicada en el departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela.

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Un territorio en guerra

El Catatumbo ha sido históricamente un epicentro del conflicto armado en Colombia. Durante décadas, guerrillas, paramilitares y fuerzas estatales han disputado el dominio de esta zona, caracterizada por su difícil acceso, sus cultivos ilícitos y su relevancia geopolítica. Hoy, el panorama no es diferente. A pesar de la presencia de más de 10.500 soldados desplegados en la región, el control del territorio parece estar en manos de los grupos armados ilegales.

Los diálogos de paz y
Los diálogos de paz y su caída ha sido una de las consecuencias de las hostilidades del ELN - Crédito Leonardo Fernández Viloria7

En medio de la selva, los líderes del ELN en el Catatumbo han expuesto su postura sobre la guerra y la fallida negociación con el gobierno. Alias “Silvana Guerrero”, comandante del frente Nororiental de esta guerrilla, niega que la confrontación con las disidencias sea por el narcotráfico y sostiene que su lucha responde a una agenda política y revolucionaria. Así lo hizo en entrevista con Los Informantes, de Caracol Noticias. No obstante, el auge de los cultivos ilícitos en la región evidencia la importancia del negocio de la coca en la financiación de estos grupos. Mientras en 2015 había cerca de 8.000 hectáreas de cultivos ilícitos en la zona, hoy la cifra supera las 44.000, consolidando al Catatumbo como el tercer punto de producción más grande de cocaína en Colombia.

Mientras en 2015 había cerca
Mientras en 2015 había cerca de 8.000 hectáreas de cultivos ilícitos en la zona, hoy la cifra supera las 44.000, consolidando al Catatumbo como el tercer punto de producción más grande de cocaína en Colombia - Crédito Albeiro Lopera/Reuters

Alias “Ricardo”, otro de los cabecillas del ELN en la región, es aún más tajante en sus declaraciones. Para él, la “Paz Total” promovida por el presidente Petro no ha sido más que un fracaso. “La única negociación con la que Petro va a terminar su mandato será con lo poco que queda del frente 33 de las disidencias”, afirma con tono desafiante, asegurando que el conflicto no tiene una solución cercana.

La suspensión de los diálogos y la respuesta del gobierno

El recrudecimiento de la violencia llevó al gobierno colombiano a tomar una decisión drástica: el 17 de enero, Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz con el ELN, acusándolos de cometer crímenes de guerra. La medida fue acompañada por la declaración de conmoción interior, un recurso constitucional que no se utilizaba en Colombia desde hace 17 años y que permite al Ejecutivo tomar acciones extraordinarias para enfrentar amenazas a la estabilidad institucional.

El recrudecimiento de la violencia
El recrudecimiento de la violencia llevó al gobierno colombiano a tomar una decisión drástica: el 17 de enero, Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz con el ELN, acusándolos de cometer crímenes de guerra - crédito Jaime Saldarriaga/Reuters

Sin embargo, la suspensión de las negociaciones no ha reducido la violencia en la región. La guerra continúa y los habitantes del Catatumbo siguen siendo las principales víctimas. Las imágenes de miles de personas huyendo de sus hogares han dado la vuelta al mundo, recordando los peores años del conflicto colombiano.

Mientras tanto, los diálogos entre el gobierno y las disidencias del frente 33 de las FARC siguen su curso, aunque en un ambiente de alta tensión. Desde el ELN, no hay señales de disposición para retomar la negociación. “Hasta que saquemos del Catatumbo a las disidencias y al Ejército, esta guerra no va a parar”, sentencia alias “Ricardo”.