Disidente de las Farc fue quien ordenó el crimen de la “Diabla” y el “Calvo”: sicarios se confundieron y masacraron a la familia Lora Rincón

Un error de los sicarios en la identificación del objetivo desencadenó la masacre de la familia Lora Rincón, compuesta por el pastor evangélico Marlon Lora, su esposa y sus dos hijos en Aguachica (Cesar), el 29 de diciembre de 2024, en un establecimiento comercial.

Tras meses de investigaciones, se determinó que el ataque no estaba dirigido a ellos, sino hacia Zaida Andrea Sánchez Polanco, conocida como alias la Diabla, que se encontraba en el mismo lugar y era el verdadero blanco de los sicarios.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Los criminales solo tenían que cumplir con el asesinato de la mujer, debido a que ya habían hecho lo propio con Alexander González Pérez, alias el Calvo, para reclamar un jugoso pago de $150 millones por parte de la persona que estaba detrás de toda esta racha violenta desatada.

De acuerdo con información proporcionada por la Sijín y la Policía Nacional, citada por El Heraldo, la presunta narcotraficante estaba siendo perseguida por sicarios contratados por Javier Alonso Veloza, alias Jhon Mechas, líder disidente de las Farc con creciente influencia en el narcotráfico en el Catatumbo.

Lamentablemente, el asesinato de la familia Lora Rincón fue un error derivado de la confusión entre Ángela Lora Rincón y alias La Diabla, quienes vestían de manera similar ese fatídico día.

Las investigaciones revelaron que el origen de este ataque está relacionado con una disputa por al menos $5.000 millones provenientes del tráfico de drogas.

Según las autoridades citadas por el medio, este dinero habría sido apropiado por alias La Diabla y su pareja sentimental, quienes anteriormente trabajaban para alias Jhon Mechas.

El conflicto escaló cuando alias Jhon Mechas habría ordenado el asesinato de ambos. Para ejecutar el plan, contrató a alias J, líder de la banda de sicarios conocida como Los Jotas, quienes operan al servicio de redes de narcotráfico. Para ello, los sicarios exigieron la millonaria compensación económica para llevar a cabo los asesinatos.

El primer ataque ocurrió el 27 de diciembre de 2024, cuando El Calvo fue asesinado a tiros en El Banco (Magdalena). Dos días después, el objetivo era La Diabla, quien se encontraba en Aguachica asistiendo al velorio de su pareja.

Cabe señalar que, Jhon Mechas es reconocido como uno de los cabecillas más peligrosos de las disidencias de las Farc. A propósito, el 26 de enero, el líder guerrillero envió una misiva al presidente Gustavo Petro en la que cuestionaba la suspensión de los diálogos de paz con el ELN, luego de que este último grupo armado se tomara violentamente el Catatumbo.

“Deseamos evitar esta guerra entre hermanos porque es la paz la voluntad de la inmensa mayoría, su voluntad presidente, la de autoridades territoriales, de las iglesias, movimientos sociales, empresarios, defensores de derechos humanos y de la ciudadanía en general”, se leía en la misiva atribuida a Jhon Mechas.

El 29 de diciembre, los sicarios siguieron a alias La Diabla hasta el restaurante “Jugos y Sorbetes”, donde ella se encontraba en una mesa cercana a la de la familia Lora Rincón. Según las autoridades, los sicarios habían comprado motocicletas en la ciudad para facilitar el seguimiento y el ataque.

En el momento del ataque, uno de los sicarios disparó directamente contra Ángela Lora Rincón, creyendo que era alias la Diabla debido a la similitud en su vestimenta: ambas llevaban un pantalón negro y una camisa blanca. Posteriormente, el sicario atacó al pastor Marlon Lora, a quien confundió con un guardaespaldas, y continuó disparando hasta acabar con toda la familia. Mientras tanto, alias La Diabla logró escapar del lugar en medio de la confusión.

Tras el ataque, las autoridades desplegaron un operativo que resultó en la captura de los cuatro sicarios responsables de la masacre en Cúcuta. Además, en Barranquilla, fueron detenidos dos hermanos presuntamente implicados en el asesinato de alias La Diabla, quien fue asesinada en enero de 2025 en Medellín, donde había buscado refugio. Su ubicación habría sido revelada por otros narcotraficantes.