La tierna reacción de una niña al ver lo que su gato le hizo al “ratoncito Pérez” se hizo viral

La menor se mostró desconsolada porque esa misma noche esperaba su visita, porque había perdido un diente de leche

Guardar
Tras el incidente, la menor
Tras el incidente, la menor logró reconciliarse con su gato - crédito @yesiidvalenciia / TikTok

La historia del ratoncito Pérez y su significado en la vida de un niño viajó desde España hacia Latinoamérica y se mantuvo desde el siglo XIX cuando el escritor y sacerdote Luis Coloma inventó su historia para consolar al rey Alfonso XIII, cunado perdió uno de sus dientes cuando era un niño.

Cuenta de ello el video viral de Viani, una niña de Cúcuta, Norte de Santander, que se hizo viral al romper en llanto cuando su gato trajo a casa un ratón muerto el día en el que esperaba la visita del ratoncito.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Sus padres, conmovidos por la escena, decidieron grabarla y compartirla en redes sociales, donde alcanzó las 25 millones de visualizaciones en cuestión de una semana.

Su video llegó a por lo menos 25 millones de usuarios en la plataforma TikTok - crédito @yesiidvalenciia / TikTok

Incluso, tras el incidente y la popularidad del video decidieron cambiar el nickname de su cuenta familiar por La niña del ratón Pérez para seguir compartiendo actualizaciones de la historia, como cuando Viani se reconcilió con su gato y comentó que “el regalo más especial (que me dio el ratón Pérez) fue 50.000 pesos y ese día yo recuerdo que le dije a mi mamá: el ratón está botado”.

La menor explicó que se sintió “triste porque yo nunca había visto un ratón enano, ¿y usted se imagina lo que fue verlo así (muerto)?” Pero la magia de su historia se convertirá en un recuerdo difícil de olvidar por el alcance que obtuvo.

¿Cómo le dicen al ratoncito Pérez en otros países?

En Turquía, la pérdida de un diente de leche no es solo un evento biológico, sino un acto cargado de simbolismo y superstición. Los niños suelen enterrar sus dientes en lugares específicos con la creencia de que esto influirá en su futuro.

Por ejemplo, si los padres desean que su hijo sea médico, el diente se entierra cerca de un hospital; si aspiran a que sea bailarín, lo hacen cerca de una escuela de danza. Esta tradición, profundamente arraigada, refleja cómo las culturas atribuyen significados únicos a un hecho universal: el cambio de los dientes de leche.

De otro lado, en España también existen personajes que acompañan este rito infantil, aunque varían según la región.

En Cataluña, el encargado es l’Angelet (el Angelito), mientras que en Cantabria se habla de l’esquilu de los dientis (la ardilla de los dientes). En el País Vasco, el personaje conocido es la Maritxu teilatukoa (Mari la del tejado); todas, figuras locales que enriquecen la diversidad cultural de un país que, como muchos otros, celebra este momento de transición en la infancia.

En los países anglosajones y germánicos, así como en Canadá, el personaje más conocido es el Hada de los Dientes. Sin embargo, su nombre varía según el idioma: en Canadá francófono se le llama “Fée des dents”, mientras que en los países de habla inglesa, como el Reino Unido, es conocida como “Tooth Fairy”. En Alemania, recibe el nombre de “Zahnfee”, y en Noruega, “Tannfe”.

En Irlanda, la tradición toma un giro con la figura de Anna Bogle, un duende que, según la leyenda, perdió un diente mientras jugaba en el bosque. Descontenta con su apariencia, Anna decidió tomar el diente de un niño, pero, consciente de que robar no está bien, dejó a cambio una pequeña cantidad de oro, lo que hoy se traduce en dinero.

Dependiendo del país, el ratoncito
Dependiendo del país, el ratoncito recibe su nombre - crédito VisualesIA

En Argelia y Marruecos, el Hada de los Dientes convive con una tradición peculiar. Los niños deben girarse hacia el sol y pedir un “diente de gacela” (un diente definitivo) a cambio del “diente de asno” (el diente de leche) que acaban de perder. Este ritual, cargado de simbolismo, conecta la pérdida del diente con la esperanza de un crecimiento fuerte y saludable.

En China y Japón, la ubicación del diente caído determina el ritual a seguir. Si el diente pertenece al arco dental superior, se entierra en el suelo; si es del arco inferior, se lanza hacia el cielo. Este acto simboliza el deseo de que los nuevos dientes crezcan fuertes y rectos.

En Sudáfrica, los dientes de leche se colocan dentro de una zapatilla, que actúa como un equivalente de la almohada. Al igual que en otras culturas, se espera que el hada deje una recompensa en su lugar.

En Perú, México, Chile y Colombia el personaje encargado de recoger los dientes es el Ratoncito Pérez, conocido también como “el ratón de los dientes”. Este personaje, que tiene sus raíces en la literatura española, se ha convertido en un símbolo de la infancia en muchos países de habla hispana.

En los países anglo, suele
En los países anglo, suele ser el hada la que protagoniza el cuento - crédito VisualesIA

En Bulgaria, las abuelas desempeñan un papel central en esta tradición, ya que son ellas quienes recogen los dientes de leche y dejan un regalo para sus nietos. Sin embargo, antiguamente existía otra costumbre: lanzar los dientes al tejado mientras se recitaba una frase dirigida a un cuervo, pidiéndole un “diente de hierro” a cambio del diente de hueso.

En el Oriente Medio, países como Irak, Jordania y Egipto han heredado una tradición ancestral: lanzar los dientes de leche al aire. Este acto, que tiene sus raíces en tribus antiguas, se realizaba como una ofrenda a los dioses o a los reyes, e incluso se utilizaban los dientes para incrustarlos en joyería.

En Mongolia, los dientes de leche se untan con grasa y se ofrecen a un perro, con la creencia de que esto hará que los nuevos dientes crezcan tan fuertes como los de este animal. Si no hay un perro disponible, el diente se entierra junto a las raíces de un árbol robusto, buscando el mismo propósito.

Y en los países nórdicos, como Suecia y Noruega, los niños no colocan sus dientes bajo la almohada. En su lugar, los depositan dentro de un vaso de agua, esperando que el hada local, conocida como tannfe o tandenfee, los recoja y deje una recompensa.