Joven recibió llamada sobre supuesto secuestro de su “hija” y dejó al estafador en ridículo: esta es la historia

Las estafas telefónicas se han convertido en una práctica común en diversas partes Colombia, pues bajo amenazas de secuestro o supuestas urgencias médicas, los delincuentes aprovechan el miedo y la presión del momento para manipular a las víctimas y obtener dinero de manera rápida.

Muchos caen en la trampa por la inmediatez de la situación, dado que las víctimas, atemorizadas por la posibilidad de que un ser querido esté en peligro, terminan accediendo a las exigencias de los estafadores sin detenerse a verificar la veracidad de las historias que se les presentan.

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En este caso, la víctima fue un creador de contenido colombiano que, de forma inesperada, recibió una llamada en la que un hombre afirmó haber secuestrado a su “hija”.

La supuesta víctima, sin embargo, resultó ser ficticia: el joven no tenía hijas y descubrió de inmediato que todo se trataba de una de esas llamadas extorsivas que buscan hacer caer a personas desprevenidas.

Al detectar la mentira, el creador de contenido decidió convertir la llamada en una oportunidad para exponer y ridiculizar al estafador, por lo que de manera inteligente, comenzó a grabar la conversación.

El estafador inició la conversación con un tono alarmista, indicando que tenía secuestrada a la supuesta hija del creador de contenido y afirmando conocer sus movimientos, así como la rutina de la joven.

Durante la llamada, se evidenció el típico modo en el que operan estos estafadores: primero infunden terror con la historia del secuestro para luego exigir una cantidad de dinero que, supuestamente, garantizaría la liberación de la “rehén”.

El estafador fue claro en su intención de recibir “plata” de inmediato, utilizando frases como: “Necesito plata, yo sé que usted tiene plata” o “Dígame cuánto puede conseguir”.

Con tono amenazante, llegó a insinuar que, si no se cumplían sus exigencias, causaría daño a la supuesta hija de la víctima.

“Vaya donde el vecino, vaya donde su tía, a mí no me importa, pero hábleme de plata porque ¿yo qué hago con 60.000 pesos?, y ese Play 4, métaselo por donde quiera, pero a mí no me interesa, yo necesito esa plata para mí“.

Lejos de amedrentarse, el creador de contenido optó por continuar la broma.

Así, comenzó a inventar un nombre para la hija ficticia “Alma Marcela” e hizo preguntas constantes sobre su estado, pidiendo pruebas de que la tuvieran con vida.

En respuesta, el estafador simuló una voz femenina de fondo, por lo que en ese momento, la historia adquirió un tinte cómico, pues la víctima finge la más profunda angustia, cuando en realidad está totalmente convencida de que todo es una treta.

“Oiga, hermano, vea por eso le estoy diciendo, si usted quiere algo de su hija, yo se lo mando en una cajita: un dedito”, agregó el estafador.

A medida que pasaban los minutos, la situación se tornó más divertida para el creador de contenido y más frustrante para el delincuente.

Por un lado, el estafador insistió en que se le enviara dinero “ya mismo” a través de diferentes métodos, llegando incluso a regañar al joven por “no ser serio” en las negociaciones.

Por otro, la víctima simuló salir corriendo de su casa para dirigirse a un local de apuestas y realizar una consignación y fingió que el “sistema se había caído”, lo que prolongó aún más la llamada y desató los regaños del estafador, que amenazó con cortar la comunicación si no se concretaba el pago.

Tras varios intentos por parte del estafador de que le enviaran el dinero del supuesto secuestro, el video terminó entre risas por parte del creador de contenido, que no pudo ocultar que todo se trató de una broma.

Aunque esta historia terminó en risas, es menester acotar que numerosos casos de extorsión telefónica logran su cometido cada día, pues que no sospechan de la falsedad de la llamada terminan cediendo a la presión y entregando sumas de dinero a cambio de la supuesta liberación de un ser querido.

Por tal motivo, lo más importante es mantener la calma, verificar la información y, de ser necesario, contactar a las autoridades.