Álvaro Uribe arremetió de nuevo contra la consulta popular de Gustavo Petro: “Se busca el apoyo popular al desastre”

En la mañana del martes 25 de marzo el expresidente Álvaro Uribe Vélez se refirió a la consulta popular a la que está llamando el presidente Gustavo Petro para avalar la reforma laboral.

El líder del Centro Democrático lanzó una crítica contra la línea discursiva de Petro en relación con este recurso constitucional para pedirle su opinión a la ciudadanía.

“No puede ser que mientras los pacientes se mueren por la destrucción de la salud y se insiste en normas laborales que destruyen el empleo formal, el Gobierno pretenda que el Congreso le apruebe una consulta, para que con engaño en el discurso y la presión del presupuesto, se busque el apoyo popular al desastre. Ya se vivió la amarga experiencia del Plebiscito de Santos”, escribió en X.

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El debate sobre la política laboral en Colombia se ha intensificado luego del hundimiento de la reforma laboral impulsada por el gobierno de Gustavo Petro en la Comisión Séptima del Senado. En medio de este escenario, el expresidente Álvaro Uribe Vélez propuso una alternativa para mejorar las condiciones de los trabajadores, lo que desató un cruce de declaraciones entre ambos líderes políticos.

La propuesta de Uribe sugiere que, en sectores donde la economía crezca por encima del 4%, se establezca una prima adicional para los trabajadores. Según el exmandatario, este mecanismo serviría como un incentivo para fortalecer el vínculo entre empleadores y empleados, alineando sus intereses en torno al crecimiento económico. Además, planteó la necesidad de regular el aporte a la seguridad social de los trabajadores de plataformas digitales como Uber y Rappi, proponiendo que estas empresas asuman entre el 60% y el 70% de los costos asociados.

“Eso pone a empresarios y trabajadores, a empleadores y trabajadores, a remar en la misma dirección. Al trabajador le interesará por su prima y al empresario le interesará por el éxito de su empresa”, dijo Uribe en su pronunciamiento en la red social X, con lo que zanjó su posición en relación con la manera en que se podría avanzar en el mejoramiento de las condiciones laborales de la fuerza laboral.

El presidente Petro no tardó en responder, cuestionando la efectividad de la propuesta y señalando que el problema central del país no radica en la falta de incentivos salariales, sino en la estructura económica que impide el crecimiento de la productividad. En su intervención a través de redes sociales, el mandatario subrayó que los aumentos salariales ya están ligados a la productividad y que, sin cambios estructurales, no se podrá garantizar un crecimiento industrial sostenido.

Petro también puso sobre la mesa las dificultades que enfrentan sectores como la agricultura y la industria manufacturera para expandirse a un ritmo superior al 4%, argumentando que la concentración de la tierra, las limitaciones en el acceso al crédito para pequeños empresarios y la falta de inversión en conocimiento han sido barreras históricas para el desarrollo económico del país.

Por su parte, Uribe defendió su visión de una “economía fraterna”, la cual, según él, busca un equilibrio entre el bienestar de los trabajadores y el éxito empresarial. Su propuesta busca diferenciarse de la reforma laboral impulsada por el Gobierno, la cual fue rechazada por sectores de oposición que consideran que ponía en riesgo la generación de empleo formal y la viabilidad de las empresas.

El enfrentamiento entre Petro y Uribe evidencia las profundas diferencias en torno a la visión del desarrollo económico y laboral del país. Mientras el presidente insiste en la necesidad de transformaciones estructurales que permitan una mayor equidad y productividad, el expresidente apuesta por incentivos económicos puntuales y una mayor participación del sector privado en la mejora de las condiciones laborales.

Con la reforma laboral descartada, el debate sobre el futuro del empleo en Colombia sigue abierto y promete seguir marcando la agenda política en los próximos meses. La pregunta clave sigue siendo cómo lograr un modelo que garantice tanto el crecimiento económico como la protección de los derechos de los trabajadores en un país con altos niveles de informalidad y desigualdad laboral.