Como sacado de un cuento de hadas, este es el edificio con forma de mueble que se encuentra en Bogotá

En un recorrido reciente por Bogotá, el creador de contenido conocido en redes como Juan Fabricante de historias, se encontró con el mueble más grande de Latinoamérica, en el que funciona una fábrica de artículos para el hogar.

Así lo dio a conocer en un video compartido a través de su perfil en plataformas digitales: “Impresionante, extraño y de admirar. Así es el edificio mueble. Ubicado en el barrio Santa Sofía, de Bogotá, este edificio llama indudablemente la atención y ha sido catalogado como el mueble más grande de Latinoamérica, ya que su fachada tiene la forma de una enorme cajonera”.

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El edificio y, más específicamente, su fachada, luce como una cajonera de ocho compartimentos, con todo y patas, que contrasta con las demás estructuras de Barrios Unidos.

Sin embargo, es completamente funcional: “En su interior funciona una reconocida empresa que fabrica muebles bellísimos. La estructura está construida con madera de granadillo, ensamblada lámina a lámina, mientras que sus patas son de cedro”.

Para su adecuación se necesitó de al menos 40 trabajadores del sector de la construcción y la carpintería; ya que, la estructura está hecha por completo en madera, tal y como los muebles que se fabrican en su interior:

“Con más de 10 metros de altura, fue levantada por un equipo de más de cuarenta personas, entre carpinteros, pintores de madera, maestros de obra y arquitectos. Es realmente impresionante ver esta gigantesca cajonera con sus ocho cajones; una obra que combina arte y funcionalidad”, precisó el fabricante de historias, asombrado por su descubrimiento.

En el corazón de la localidad de San Cristóbal, al sur de Bogotá, se erige un monumento que parece transportarnos a otra época. La Quinta Villa Ana Julia, una edificación que combina elementos de la arquitectura medieval europea, se encuentra en la intersección de la calle 11 sur con la carrera 5a, en el barrio Santa Ana. Según informó el fabricante de historias, en un video anterior, esta construcción, levantada entre 1920 y 1925, no solo destaca por su diseño único, sino también por la rica historia que la rodea.

De acuerdo con el relato de Daniel Luna Caicedo, heredero de esta casa quinta, la edificación fue obra de sus abuelos maternos, Ana Julia Peñuela y Eduardo Alfonso Caicedo, que emprendieron un proyecto que iba más allá de construir un hogar. En su época, la familia poseía un chical, una especie de mina de arcilla, en la misma localidad de San Cristóbal. Con el tiempo, este negocio evolucionó hasta permitirles adquirir un terreno más amplio y rico en recursos, donde finalmente se levantaría la Quinta Villa Ana Julia.

El terreno donde se construyó la quinta tenía una particularidad: su anterior propietario, Ernesto Gonzales, impuso una condición al venderlo. Según explicó Luna, Gonzales, que tenía una inclinación especial por el arte, exigió que en esa esquina se construyera un monumento que destacara como entrada a la avenida Murillo Toro, la cual conectaba con Villavicencio. Este compromiso marcó el inicio de un ambicioso proyecto arquitectónico.

Para cumplir con la promesa, Ana Julia y Eduardo viajaron a Europa, donde buscaron inspiración y asesoría de arquitectos españoles e italianos. A su regreso a Colombia, trajeron maquinaria innovadora para la época y comenzaron la construcción de la quinta, que se convertiría en su hogar y un símbolo de su emprendimiento y visión.

La Quinta Villa Ana Julia se distingue por su diseño inspirado en la arquitectura medieval europea. Elementos como gárgolas y esfinges adornan la estructura, evocando un estilo que rara vez se encuentra en la capital colombiana. Este enfoque arquitectónico no solo cumplió con la promesa hecha a Gonzales, sino que también reflejó el deseo de la familia de construir un espacio que combinara funcionalidad y arte.

El terreno original donde se levantó la quinta abarcaba desde la calle 11 sur hasta la calle 13 sur, una extensión considerable que permitió a la familia desarrollar su proyecto sin restricciones. Este espacio no solo albergó la residencia familiar, sino también el negocio de ladrillos y tubos que impulsó su economía.

A pesar de su importancia histórica y arquitectónica, la Quinta Villa Ana Julia enfrenta actualmente los estragos del tiempo y las disputas familiares. Según detalló el creador de contenido Juan fabricante de historias, esta edificación ha sido declarada patrimonio arquitectónico de la nación, lo que subraya su relevancia cultural. Sin embargo, su estado actual refleja la necesidad de atención y conservación para preservar este legado único en Bogotá.