
Las autoridades siguen indagando sobre el complejo entramado de corrupción vinculado al contrabando que habría organizado durante décadas Diego Marín Buitrago, alias Papá Pitufo, que actualmente está en espera de ser extraditado a Colombia.
Y es que la red delictiva habría involucrado a altos mandos policiales, políticos y funcionarios de aduanas nacionales. Sin embargo, aunque las autoridades han intentado mantener en secreto las investigaciones alrededor del “zar del contrabando”, en la mañana del domingo 23 de marzo se conoció que un general retirado resultó salpicado por varios testigos del caso.
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Entre los nombres mencionados figura el del general retirado Rodolfo Palomino, exdirector de la Policía Nacional, que habría sido señalado en dos expedientes relacionados con el contrabando de mercancías, según conoció la revista Cambio.
De acuerdo con fuentes judiciales a las que tuvo acceso el medio nacional, en uno de los casos, un testigo afirmó que Palomino era propietario de varias tractomulas utilizadas para transportar mercancías de contrabando pertenecientes a Marín.

En otro expediente, un supuesto emisario de altos oficiales de la Policía, identificado como “emisario de los soles”, habría mencionado al general retirado como parte de una red que buscaba proteger las operaciones de contrabando.
Incluso, según las fuentes enteradas, al general (r) Palomino se le conocería dentro de la red criminal como “el Bozudo”, al parecer, por su conocido bigote que lo ha caracterizado.
Ante las acusaciones, Rodolfo Palomino negó categóricamente cualquier vínculo con el contrabando o con ‘Papá Pitufo’. En declaraciones al medio, aseguró que ninguna de las versiones que lo intentan vincular a uno de los mayores contrabandistas es cierta.
“Yo jamás tuve tractomulas, jamás escuché mencionar a ese señor, nunca tuve tratos con ningún contrabandista. ¡Jamás!”, afirmó el general a Cambio.

Además, afirmó que las referencias a su nombre podrían deberse a confusiones con otro miembro de la Policía que, según él, sí poseería vehículos de transporte de carga.
Palomino, que ocupó el cargo de director de Tránsito y Transporte entre 2009 y 2011, también rechazó las acusaciones relacionadas con su supuesta influencia en la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa).
Según explicó, su relación con los camioneros se limitaba a su trabajo en las carreteras y no implicaba actividades ilícitas. “Fui amigo de los camioneros por mi trabajo en carreteras. No tengo nada que esconder, y en el caso de que yo hubiera tenido, que no tengo ni tuve tractomulas, no es un delito tenerlas”, añadió.
Sin embargo, fuentes citadas por Cambio indicaron que dentro de la Policía se le conocía como el “general de las tractomulas”, un apodo que reforzaría las sospechas en su contra.
Entretanto, las investigaciones sobre el contrabando lideradas por la Fiscalía General de la Nación han destapado una red de corrupción que involucra a otros altos oficiales y exoficiales de la Policía.
Entre los nombres mencionados figuran el exsubdirector de la Policía Tito Yesid Castellanos, el exdirector de la Polfa Heinar Giovanny Puentes, y el mayor Mario Andrés Sarmiento Rojas, que fue secretario privado de la dirección de la Polfa.
Sin embargo, las indagaciones estarían enfrentándose a fuertes obstáculos, al parecer, por el supuesto poder que tendrían algunos de los implicados. Incluso, varios agentes de la Policía y fiscales que trabajaban en las investigaciones han sido removidos, trasladados a otras regiones y hasta forzados al exilio.
Uno de los casos más recordados es el del agente Alejandro Burbano, quien formaba parte del equipo de Interpol-Colombia y tuvo que abandonar el país. Además, el fiscal Andrés Marín, que lideraba la investigación contra ‘Papá Pitufo’, también fue retirado del caso en abril de 2024.

Incluso, el general retirado William Salamanca, quien dirigió la Policía Nacional hasta febrero de 2024, reveló en una entrevista con La W que la contrainteligencia de la institución detectó un plan de ‘Papá Pitufo’ para atentar contra su vida y la de su equipo de investigación. Según Salamanca, Marín habría ofrecido 1.000 millones de pesos para ejecutar el ataque.
Aunque Salamanca aseguró que su salida del país fue motivada por razones personales, también admitió que su decisión estuvo influenciada por preocupaciones de seguridad.
Una fuente oficial citada por Cambio señaló que el temor no solo proviene de los contrabandistas, sino también de miembros de la propia Policía. Según esta fuente, la institución “entró en pánico” al descubrir que las investigaciones podrían implicar a generales, políticos y expolíticos de alto perfil.
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