El lujoso club náutico abandonado en isla de Santa Marta que despierta curiosidad e intriga en los turistas

El islote ha sido objeto de disputas legales entre la familia del empresario, que falleció en 2016, y el Estado; de hecho, el 17 de marzo de 2025, se conoció una decisión judicial que rechazó la demanda en la que reclamaban una indemnización de más de $121.000 millones por perjuicios económicos

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Esta es la mansión abandonada que despierta curioridad en turistas y visitantes - crédito @Kevin.bolanos /Tiktok

Santa Marta es uno de los destinos predilectos por turistas nacionales y extranjeros, ya que cuenta con una oferta cultural, gastronómica y lugares fascinantes, que no tienen nada que envidiarle a otros lugares del país o del mundo.

A pesar de que la ciudad cuenta con islas y playas encantadoras, hay otros destinos que llaman la atención por su historia oculta o por el estado de abandono en que se encuentra, tal es el caso de la Isla Pelicano, o también llamado Morro de Gaira.

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El lugar contaba con una
El lugar contaba con una piscina privada natural - crédito Kevin Bolaños/Facebook

Fue precisamente Kevin Bolaños, el creador de contenido sobre viajes, el que llegó a este lugar pocas veces recorrido para descubrir el estado en que se encuentra una infraestructura tipo mansión, con la que en los años 70 un empresario se hacía millonario valiéndose presuntamente de su poder y de las fragilidades de las entidades estatales de aquella época.

Cómo llegar a Isla Pelícano o Morro de la Gaira

La aventura para conocer esta misteriosa isla comienza en El Rodadero, un atractivo balneario, que se destaca por su excelente infraestructura hotelera, que ha ido creciendo con el paso de los años, además de la belleza natural de sus playas, donde la arena blanca, el mar tranquilo y el clima tropical crean un ambiente ideal para disfrutar de diversas actividades, especialmente los deportes náuticos.

Desde ese punto, el creador contenido abordó una lancha, que le cobró un monto extra de $50.000, para que lo dejaran en el islote abandonado, ubicado aproximadamente a un kilómetro del paradisiaco destino.

El lugar ofrece una vista
El lugar ofrece una vista espectacular hacia El Rodadero - crédito Kevin Bolaños/Facebook

En efecto, lo que se ve a simple vista son los despojos de una enorme mansión en medio de las formaciones rocosas que componen el islote. De acuerdo con el relato de Bolaños, en el lugar antes funcionaba lo que sería un club náutico, donde personas “adineradas” llegaban a pasar horas de descanso en medio de la brisa y la espectacular vista que ofrece su estratégica ubicación.

El centro recreacional contaba con su propio muelle, recepción, piscina privada natural, así como amplias zonas de encuentro y descanso, que en la actualidad se está cayendo a pedazos.

El lugar pertenecía a un empresario llamado Gustavo Díaz Segovia, que murió en diciembre de 2016 a los 80 años de edad.

Según explicó el creador de contenido, el empresario “visionario”, alquiló el islote mensualmente por un valor de 1.800 pesos de la época, recursos entregados y administrados por el desaparecido Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora).

Este lugar contaba con un
Este lugar contaba con un muelle privado, una recepción y amplias zonas de descanso y diversión - crédito Kevin Bolaños/Facebook

Según el contrato, se estipulaba que al término de 10 años, el empresario debía hacer entrega del predio administrado por el Estado. Sin embargo, esto nunca sucedió, y contrario a ello, según relató Bolaño, Díaz Segovia formó un imperio a costa de la isla, declarado bien público.

Esta hacía parte de una acción ilegal, sino que, en medio de las conversaciones, acordó con el Incora la extensión del aquel contrato por otros 10 años, que fueron aceptadas sin considerar presuntas artimañas para posteriormente reclamar como suyo el islote.

“Este hombre era muy sagaz y él buscó la manera de quedarse oficialmente con la isla, no arrendarla, sino que se convirtiera en su propiedad argumentando que llevaba más de 20 años usándola. Las leyes de aquel entonces permitían que las personas reclamaran terrenos baldíos si ya los llevaban usando desde hace tiempo, así que el Incora le dio la razón y le otorgó el Morrito de Gaira en 1979″, expresó el viajero.

Tras serias disputas legales entre la familia del empresario y el Estado, el 17 de marzo de 2025, se conoció la decisión del Tribunal Administrativo del Magdalena, que rechazó la demanda en la que reclamaban una indemnización que superaba los $121.000 millones por perjuicios económicos, luego de que el bien se declarara de uso público, rompiendo de tajo el acuerdo entre Díaz Segovia y el Incora.

Hoy en día, visitantes y turistas observan a lo lejos los restos de lo que alguna vez funcionó como el más lujoso y exclusivo club náutico de Santa Marta.