Delincuentes disfrazados encañonaron, agredieron y robaron dinero en efectivo a ciudadana de 83 años: un familiar fue cómplice

Un impactante caso de inseguridad ocurrió en el barrio Valladolid, en la localidad de Kennedy, en el suroccidente de la capital del país, donde una banda de al menos 8 criminales irrumpió en la vivienda de una mujer de 83 años, luego de hacerse pasar por operarios de una empresa de aseo.

La víctima, confiada ante la aparente legitimidad de los sujetos, abrió la puerta de su domicilio y les permitió la entrada sin sospechar sus verdaderas intenciones.

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De acuerdo con el relato que fue conocido de primera mano por periodistas de Citytv, apenas ingresaron a la casa, tres hombres armados tomaron el control de la mujer de la tercera edad, la amenazaron con armas de fuego y la golpearon violentamente. Tras someterla, los asaltantes registraron la vivienda en busca de dinero en efectivo, y lograron llevarse una suma considerable antes de huir.

“Lastimosamente, se presenta el hurto a una vivienda donde llegan unos sujetos suplantando la identidad de una empresa de aseo (servicio público). Y se han adelantado algunas pesquisas de este hecho y, al parecer, lo que podemos decir es que está involucrado uno de los familiares de esta víctima”, dijo el teniente coronel Leonardo Bernal, comandante de la estación de Policía de Kennedy, en diálogo con el noticiero.

Las autoridades, de acuerdo con el medio, iniciaron una exhaustiva investigación, a partir de la cual no descartan la participación de un familiar de la víctima en la planeación del crimen. Para esclarecer los hechos, un equipo especializado en inteligencia y policía judicial analiza las grabaciones de seguridad que captaron los movimientos sospechosos de los delincuentes.

Las cámaras de vigilancia del sector evidenciaron la llegada de otros cuatro criminales en motocicletas, que esperaban en la vía para facilitar la rápida huida del grupo delictivo. Aunque los vecinos, alertados por los gritos de la mujer, intentaron intervenir, los asaltantes lograron escapar sin ser detenidos.

Ante este tipo de hechos, las autoridades recordaron el llamado a la comunidad para extremar precauciones cuando personas desconocidas se presenten en sus viviendas con supuestos servicios o inspecciones. Recomiendan verificar la identidad de los trabajadores antes de permitir su ingreso y, en caso de sospecha, comunicarse de inmediato con la línea de emergencia 123.

Un hombre de 56 años, conocido como “El Abuelo”, fue detenido por la Policía de Bogotá tras ser señalado de cometer robos en establecimientos comerciales de la localidad de Kennedy. Según informó RCN Radio, el sujeto utilizaba su apariencia y avanzada edad como parte de un elaborado método para distraer a los comerciantes y sustraer dinero en efectivo.

De acuerdo con las autoridades, el hombre ingresaba a los locales comerciales solicitando ayuda, lo que generaba confianza en los propietarios o empleados. Mientras estos se distraían atendiendo sus peticiones, el sospechoso aprovechaba para cometer los hurtos. En el momento de su captura, el hombre se encontraba acompañado de una mujer, que también participaba en la estrategia de distracción.

El operativo que permitió la detención de “El Abuelo” tuvo lugar en un establecimiento, cerca de la reconocida calle 13, en la localidad de Kennedy. Según explicó el teniente coronel Leonardo Bernal, comandante de la Estación de Policía Kennedy, el hombre ingresó a un local comercial junto con su cómplice. Mientras la mujer distraía al empleado del establecimiento, el sospechoso logró sustraer una suma cercana a 500.000 pesos colombianos.

Los propietarios del negocio, al percatarse del robo, alertaron a los uniformados que patrullaban la zona. Esto dio inicio a una persecución que culminó con la captura del hombre y la recuperación del dinero robado. Posteriormente, el detenido fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación, donde deberá responder por el delito de hurto.

Este tipo de delitos, que combinan el engaño con el hurto, representan un desafío para las fuerzas de seguridad, ya que los delincuentes suelen aprovecharse de la buena fe de las personas.