Cómo los vuelos afectan la piel: expertos explican los efectos y brindan recomendaciones

Los trayectos largos en avión pueden causardes hidratación, hinchazón y afectar la circulación por las condiciones interiores de las cabinas, pero los expertos revelan cómo proteger la piel en estos casos

Guardar
Cómo la baja humedad y
Cómo la baja humedad y presión en aviones impactan en la piel - crédito Freepik

Viajar en avión, especialmente en trayectos largos, puede tener un impacto en la piel y el cuerpo debido a las condiciones particulares dentro de las cabinas.

La baja humedad y presión en los aviones son factores que contribuyen a la deshidratación de la piel, dejándola seca, tensa y opaca. Además, estos cambios pueden generar otros efectos en el organismo, como retención de líquidos, hinchazón y problemas de circulación.

De acuerdo con el piloto comercial Raúl Pérez Prieto, que habló con la revista Vogue España, las cabinas de los aviones están presurizadas para simular una altitud de aproximadamente 2.000 metros, lo que reduce la eficiencia del intercambio de oxígeno en el cuerpo. Esto, combinado con niveles de humedad que oscilan entre el 20 % y el 30 %, afecta directamente la piel y los ojos, especialmente durante vuelos prolongados.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Bajas condiciones de humedad y
Bajas condiciones de humedad y presión en cabinas aéreas generan deshidratación y daño cutáneo - crédito Freepik

“Son dos la condiciones que afectan negativamente a la piel cuando viajamos en avión: la baja presión, y la baja humedad. Un avión comercial viaja de media a una altura de entre 34.000 y 41.000 pies (entre 10.000 y 12.000 metros), lo que genera la necesidad de presurizar la cabina para poder respirar. Esta presurización consigue que dentro de la cabina la presión sea la misma que si nos encontrásemos a unos 7.000 pies de altura (2.000 metros), lo que provoca un menor y menos eficiente intercambio de oxígeno, con la repercusión que esto genera en el organismo y también en la piel (...) Pero si hay algo que afecta muy negativamente a la piel durante un viaje en avión es la falta de humedad; que oscila entre un 20 y un 30 por ciento de media. Esto ocasiona sequedad en nuestra piel y ojos, especialmente si hablamos de vuelos largos”, expresó el piloto Pérez Prieto.

Por su parte, la esteticista médica Audrey Matney, en declaraciones a Travel + Leisure, explicó que los cambios en la presión de la cabina no solo deshidratan la piel, sino que pueden causar hinchazón y mala circulación. Esto se traduce en una apariencia apagada y en la sensación de piel tirante tras el aterrizaje: “La deshidratación, la hinchazón y la opacidad son inevitables a 35 mil pies. La cabina del avión es básicamente un desierto a gran altitud”.

Expertos en estética y dermatología han compartido consejos clave para minimizar los efectos negativos de los vuelos en la piel. Según Travel + Leisure, la esteticista Vanessa Marc recomienda realizarse un facial hidratante unos días antes del viaje. Este tipo de tratamiento ayuda a fortalecer la barrera cutánea y a preparar la piel para enfrentar el aire seco de la cabina. Sin embargo, se deben evitar procedimientos agresivos como exfoliaciones profundas o peelings químicos, ya que estos pueden dejar la piel más vulnerable a las bacterias presentes en el ambiente del avión.

Expertos aconsejan hidratación y faciales
Expertos aconsejan hidratación y faciales previos para proteger la piel durante los vuelos - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

“Viajar en avión puede ser sorprendentemente dañino para la piel y el cuerpo debido al aire seco y reciclado de la cabina, así como a la baja humedad, lo que puede causar pérdida de hidratación. Por lo tanto, un facial hidratante ayudará a reponer la piel y aportar la humedad tan necesaria”, expresó Marc.

Además, Virtudes Ruíz y María Vicente, especialistas en medicina estética, destacaron la importancia de aplicar cremas hidratantes con ingredientes como ácido hialurónico, ceramidas y antioxidantes antes del vuelo. También sugirieron optar por productos con alta protección solar para proteger la piel de la luz azul emitida por las pantallas y de los rayos UVA y UVB. Durante vuelos largos, es ideal reaplicar la crema cada dos o tres horas en áreas como el rostro, el cuello, el escote y las manos.

Una vez finalizado el vuelo, Matney aconseja limpiar la piel con un limpiador suave o agua micelar para eliminar las impurezas acumuladas durante el trayecto. También es fundamental hidratarse tanto interna como externamente, bebiendo agua y aplicando cremas ricas en ceramidas. Para combatir la hinchazón, se pueden utilizar rodillos de jade fríos, cubitos de hielo o incluso cucharas frías.

 Dolores de cabeza y
Dolores de cabeza y molestias auditivas surgen con los cambios de presión durante vuelos - crédito Imagen Ilustrativa Infobae

Más allá de los efectos en la piel, viajar en avión puede ocasionar otros cambios en el organismo. Según un artículo publicado en The Conversation por el piloto, ingeniero y médico especializado en medicina aeroespacial Tony Schiemer, la deshidratación es uno de los primeros efectos que se manifiestan debido a los bajos niveles de humedad en la cabina. Esto puede provocar sequedad en la garganta, la nariz y la piel.

Otro riesgo asociado a los vuelos largos es la formación de coágulos de sangre, conocidos como trombosis venosa profunda. Este problema, aunque poco frecuente, puede ser grave si los coágulos viajan a otras partes del cuerpo, como los pulmones, causando una embolia pulmonar. Las personas con mayor riesgo incluyen aquellas con antecedentes médicos relacionados, pacientes oncológicos, embarazadas y personas con obesidad. Schiemer recomienda consultar a un médico antes de volar si existe preocupación por este tema.

Asimismo, los cambios de presión en la cabina pueden generar molestias como dolores de oído, de cabeza o problemas intestinales debido a la expansión de gases en el cuerpo. Estos efectos suelen ser más notorios durante el despegue y el aterrizaje.

La radiación, un factor poco
La radiación, un factor poco conocido que afecta a pasajeros frecuentes y tripulación aérea - crédito Imagen Ilustrativa Infobae