Sancionaron tala ilegal de madera que se iba a usar para la producción de carbón vegetal en Cundinamarca

En un operativo llevado a cabo en la vereda Barrancas, en Suesca, Cundinamarca, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) detectó y suspendió actividades ilegales de minería y aprovechamiento forestal. Según informó la entidad, las acciones se registraron a través de su Dirección Regional Almeidas y Guatavita, que impuso dos medidas preventivas en un mismo predio debido a infracciones ambientales que comprometían recursos naturales clave.

De acuerdo con la CAR, en el lugar se identificaron dos áreas destinadas a la transformación de carbón vegetal, una actividad que se desarrollaba sin los permisos correspondientes. Esta práctica estaba generando un impacto negativo en el recurso suelo, afectando su integridad física y su capacidad productiva en un área aproximada de 50 metros cuadrados.

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Frente a esta situación, la autoridad ambiental decidió suspender indefinidamente las actividades de minería en el sitio, con el objetivo de proteger tanto el suelo como los recursos hídricos de la región.

Josué Camacho, director regional de la CAR Almeidas y Guatavita, explicó que esta medida busca garantizar la conservación de los recursos naturales y cumplir con los objetivos establecidos en el Plan de Acción de la corporación.

“Impusimos una medida preventiva que consiste en la suspensión indefinida de las actividades de minería en este lugar para garantizar la protección de los recursos naturales como el hídrico y el suelo, además de cumplir con las metas del Plan de Acción de la Corporación”, señaló Camacho.

En el mismo operativo, el equipo técnico de la CAR descubrió otra infracción ambiental relacionada con el aprovechamiento forestal ilegal. Según detalló la entidad, e. Este aprovechamiento de especies maderables se estaba llevando a cabo sin los permisos requeridos por la autoridad ambiental. En el predio se encontraron aproximadamente 700 troncos de madera rolliza, equivalentes a 70 metros cúbicos de madera de eucalipto

Así las cosas, frente a este hallazgo, la CAR impuso una segunda medida preventiva para detener estas actividades. La entidad recalcóen la importancia de proteger los recursos naturales en la cuenca alta del río Bogotá, una zona que cuenta con especial protección debido a su relevancia ambiental.

De igual forma, desde la entidad hicieron un llamado a la comunidad para que se abstenga de realizar actividades que afecten los recursos naturales, especialmente en áreas de alta sensibilidad ambiental como la cuenca alta del río Bogotá. Así las cosas, Camacho reiteró el compromiso de la Dirección Regional Almeidas y Guatavita con la protección de estos recursos y destacó que se están llevando a cabo esfuerzos continuos para garantizar su conservación.

“Invitamos a la comunidad a abstenerse de realizar este tipo de acciones, más aún cuando el caso se registró en la cuenca alta del río Bogotá, donde los recursos tienen una especial protección por lo que desde esta dirección regional estamos trabajando para garantizarlos”, afirmó el director regional al cierre de la diligencia.

La tala indiscriminada y la deforestación generan profundas consecuencias en Colombia, un país reconocido por su riqueza ambiental y biodiversidad. Este fenómeno, aunque reciente en algunos contextos, ha afectado al país durante décadas, comprometiendo ecosistemas esenciales como los bosques secos tropicales y las selvas amazónicas.

Los bosques, que actúan como pulmones del planeta, desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la protección del suelo y la conservación de especies. La eliminación masiva de árboles, ya sea por actividades agrícolas, minería ilegal o ganadería extensiva, contribuye a la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la alteración de los recursos hídricos.

En términos de biodiversidad, la tala amenaza a cientos de especies que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir. Colombia, como segundo país más biodiverso del mundo, enfrenta el riesgo de perder especies endémicas que no pueden adaptarse a la rápida destrucción de sus hábitats. El cambio climático es otro impacto significativo. Los bosques son sumideros de carbono que capturan dióxido de carbono (CO₂) y ayudan a regular la temperatura global. Su destrucción libera grandes cantidades de CO₂ almacenado, agravando el calentamiento global.