Trump desclasificó los archivos del asesinato de John F. Kennedy y se reveló que la CIA tenía una base secreta en Bogotá

El presidente Donald Trump autorizó la desclasificación de los archivos relacionados con la muerte del expresidente estadounidense John F. Kennedy, medida que reveló información sobre diversas ciudades en el mundo donde la CIA habría tenido presencia durante la Guerra Fría.

Entre estas ciudades se destaca Bogotá, mencionada como una posible sede de una base secreta de la agencia de inteligencia estadounidense.

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El 18 de marzo, Trump desclasificó los documentos, lo que arrojó luz sobre un vasto abanico de ciudades globales que fueron claves en las operaciones encubiertas de la CIA. Entre ellas, figuran lugares como Berlín, Barcelona, Londres y Estambul.

Sin embargo, lo que más llama la atención son las numerosas ciudades en América Latina, como Asunción, Buenos Aires, Caracas, Ciudad de México, Monterrey y, por supuesto, Bogotá.

Este patrón resalta la intensiva presencia de la CIA en el Hemisferio Oeste, especialmente en tiempos de la Guerra Fría, cuando la influencia de Estados Unidos en la región era crucial.

En Colombia, las autoridades también han solicitado la desclasificación de documentos relacionados con el asesinato del líder político Jorge Eliécer Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948.

En este caso, la familia Gaitán, apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, ha solicitado formalmente a Estados Unidos que libere archivos que puedan esclarecer la posible participación de la CIA o el FBI en el magnicidio.

Esta petición busca desentrañar la influencia internacional en el asesinato, que desencadenó una de las etapas más violentas de la historia de Colombia.

María Valencia Gaitán, nieta del líder liberal, ha expresado su escepticismo sobre las respuestas negativas de las agencias estadounidenses, que han afirmado que los documentos solicitados no existen.

Para la familia Gaitán, la revisión de estos archivos es crucial para obtener una visión más completa de los factores internos y externos que llevaron al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y, por ende, a la violencia política en Colombia.

Otro documento desclasificado de la CIA ha generado controversia al sugerir que Adolf Hitler no murió en su búnker de Berlín en 1945, como sostiene la versión oficial, sino que habría huido a Colombia y vivido en el país durante la década de 1950.

Un agente de la CIA en Sudamérica, identificado como Cimelody-3, reportó en 1955 que un exoficial nazi llamado Phillip Citroen aseguró haber tenido contacto con Hitler, quien se habría ocultado bajo el nombre de Adolf Schrittelmayor en la ciudad de Tunga (sic, Tunja).

Incluso, se menciona la existencia de una fotografía en la que se vería a Hitler junto a Citroen, con la inscripción: “Adolf Schrittelmayor, Tunga (sic), Colombia, América del Sur, 1954″.

La hipótesis de que Hitler escapó a Sudamérica no es nueva y ha sido objeto de debate durante años. Oficialmente, se sostiene que el líder nazi se suicidó en abril de 1945, pero el hallazgo de estos documentos ha vuelto a alimentar las teorías sobre su posible fuga y refugio en América Latina, una región que acogía a exmiembros del Tercer Reich tras la Segunda Guerra Mundial.

La desclasificación de estos archivos no solo abre nuevas preguntas sobre el papel de la CIA en la historia de Latinoamérica, sino que también refuerza la percepción de que, durante décadas, la región fue escenario de operaciones encubiertas y conspiraciones que, hasta hoy, siguen saliendo a la luz.

De acuerdo con una entrevista publicada en diciembre de 2024 por La Silla Vacía, el coronel retirado Carlos Alfonso Velásquez, quien lideró el bloque de búsqueda militar en Cali durante la desarticulación del Cartel de Cali, ofreció detalles sobre la participación de las agencias de inteligencia extranjeras, particularmente las de Estados Unidos, en operaciones clave dentro de Colombia.

Estas agencias, como la DEA y la CIA, han desempeñado un papel crucial en la lucha contra el narcotráfico y otras amenazas transnacionales, aunque su presencia y métodos han generado debates sobre la autonomía y supervisión de las autoridades colombianas.

Según lo informado, Velásquez explicó que estas agencias han operado en el país durante décadas, a menudo en coordinación con las fuerzas militares y policiales locales.

Sin embargo, en algunos casos, sus actividades se han llevado a cabo con niveles variables de supervisión gubernamental. El coronel destacó que, en ocasiones, los directores de inteligencia o de la Policía podían actuar sin informar plenamente al presidente o a los ministros, lo que generaba una falta de control centralizado sobre estas operaciones.