José Lombana y la escena improvisada que lo convirtió en el “amante de Colombia”: “Ay, ve, no te pusiste pantaletica”

En el panorama de la televisión colombiana, no son muchos los actores que han logrado transitar con tanta versatilidad por distintos géneros y personajes como José Lombana.

Desde sus inicios en producciones con interpretaciones juveniles hasta la consolidación en papeles adultos, este intérprete ha sabido ganarse el cariño del público y el respeto de la crítica.

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Actualmente, su actuación como Néstor en la serie inspirada en la vida de Darío Gómez, lo ha catapultado a la fama bajo un apodo que él mismo califica como “muy divertido”: el “amante de Colombia”.

Pero, Lombana no se conforma con la actuación: también se ha aventurado en la producción, rol que desempeña en la adaptación televisiva de La Vorágine, novela de José Eustasio Rivera.

A lo largo de su trayectoria, Lombana ha participado en títulos muy representativos de la televisión colombiana, pues interpretó a Nicolás en Rigo, serie inspirada en la vida del ciclista Rigoberto Urán; dio vida a Pepe Hinojosa en Leandro Díaz, en la que mostró una faceta sensible y cargada de matices; y encarnó a Gustavo Ramírez en El Comandante, la producción sobre Hugo Chávez que retrata su vida y hechos políticos.

Por tal motivo, en entrevista con Infobae Colombia, Lombana confesó que el rol de Néstor en la serie sobre Darío Gómez ha marcado un antes y un después.

La serie biográfica del “Rey del Despecho” se sustenta en varios ejes narrativos, uno de ellos la infidelidad que atravesó el matrimonio de Darío Gómez, dado que aquella crisis fue crucial para avivar el talento creativo del cantante de música popular.

Allí encajó Lombana como Néstor, el amante de la esposa de Darío, con una personalidad sin tapujos, por lo que el público, lejos de reprochar la traición, celebró la chispa y frescura del personaje, al punto de apodarlo el “amante de Colombia”.

“Ha sido bastante divertido, la verdad”, comenzó por explicar el actor, que agregó: “Venía de una racha de personajes bastante blancos: amorosos, tiernos, dulces… y de pronto apareció este rol en el que tenía permiso de hacer y decir cosas que no suelen verse en telenovelas tradicionales. Ser el amante y ser libre en ese aspecto ha sido muy sabroso, tanto al actuar como al responder los mensajes que me llegan”.

La audiencia parece maravillada con su atrevimiento, y muchos seguidores lo buscan para proponerle aventuras ficticias o reales. “El amante siempre ha sido fuente de inspiración; qué rico que la gente conecte con ese lado pícaro de la ficción”, añade.

Aunque ahora es uno de los nombres más sonados de las noches en la televisión nacional, Lombana inició su camino en hace 16 años con su participación en ¿Dónde carajos está Umaña?, producción de Caracol Televisión.

Allí interpretó a un joven costeño que fingía ser cachaco, opuesto a la familia protagonista que simulaba la vida costeña, un rol que marcó el inicio de su carrera, pues lo consiguió tras una serie de coincidencias que él mismo describió como “señales del destino”.

“Por aquel entonces, trabajaba en un bar y no tenía claro si la actuación sería mi verdadero proyecto de vida. Le pedí a Dios que me diera una novela para saber si eso era realmente lo mío, esa misma semana encontré un representante, y de inmediato me salió un casting. Lo gané y así inició mi carrera”.

Tras aquel debut, Lombana empezó a aparecer en otras producciones, aunque a menudo con roles de adolescente, incluso cuando ya era un adulto.

Con el tiempo, asumió papeles más maduros y exigentes, uno de los proyectos que más lo marcó fue Manual para Galanes, una serie de Sony Colombia para Claro Video en México.

Allí debía hablar con acento mexicano, incorporar un defecto en la voz y, además, comunicarse con lengua de señas al enamorarse de una mujer sordomuda.

“Ese personaje me exigió todo: físico, emocional y vocal. Entendí lo que significa vivir con una discapacidad y enfrentar un mundo no diseñado para las diferencias. Además, era una comedia, y mezclar la seriedad de un defecto en la voz y la sordera de la amada con el humor fue muy retador. Fue un antes y un después en mi vida como actor”, expresa con orgullo.

Antes de llegar a la serie de Darío Gómez, el actor participó en Leandro Díaz, novela biográfica sobre el juglar vallenato, que le permitió mostrar su faceta más humana y sensible.

La transición al universo del “Rey del Despecho” se dio de forma natural: muchos miembros del equipo de producción habían trabajado en Rigo y Leandro Díaz, así que, al buscar intérpretes para la nueva apuesta, el nombre de José Lombana surgió con fluidez.

Al interpretar a Néstor, el amante que complica la vida familiar del “Rey del despecho”, Lombana compartió escena con la actriz Laura Junco, a la que conoce desde hace años.

“Fue todo muy mágico, tenemos una química increíble, cuando nos vimos en los ensayos, ambos nos reímos; no sabíamos que íbamos a encarnar a una pareja adúltera. Esa complicidad ayudó mucho a que el público sintiera la picardía y la pasión que desborda esta historia”.

José Lombana confesó que una de las anécdotas más mencionadas por los seguidores de la serie se originó tras una escena es la improvisación en la que descubrió que la esposa de Darío no lleva ropa interior.

Aunque el momento se registró tras un monólogo cargado de sentimiento entre los dos amantes, ese detalle generó la tensión dramática y ocasionó un toque de humor que capturó la atención de la audiencia.

“Me encanta improvisar, siempre preparo chistes o comentarios y, si veo la ocasión, los lanzo. En esa escena, noté que la actriz no tenía las típicas licras color piel y dije mi frase: ‘Ay, ve, no te pusiste pantaletica’. Eso se quedó y se volvió un momentazo en redes sociales”.

Esa espontaneidad, sumada a la dirección de Juan Carlos Mazo, definió el tono desenfadado de Néstor, pues, según el actor, el director le insistió en que no se preocupara por la moralidad de ser amante, sino que disfrutara la relación clandestina.

“Así quedó la idea de que este hombre solo busca el placer, no se siente mal ni se esconde. Creo que por eso la gente siente tanta empatía, les cae bien el pícaro, incluso, desean que el engaño no se descubra tan rápido”.

Más allá de la actuación, José Lombana también se desempeña como productor, por lo que forma parte de Quinto Color, una compañía que ha desarrollado proyectos de cine y televisión con fuerte contenido social.

Dentro de su portafolio se encuentran películas como La pasión de Gabriel, protagonizada por Andrés Parra, y la serie Emma Reyes, que aborda la historia de las hermanas y artistas colombianas Marta y Emma Reyes.

El nuevo reto de Quinto Color es la adaptación de La Vorágine, obra de José Eustasio Rivera que cumplió 100 años de publicación en 2024.

El proyecto fue encargado por el Ministerio de Tecnologías de la Información a Telecafé con el objetivo de dejar un legado audiovisual fiel al clásico de la literatura colombiana.

Lombana desempeña la producción ejecutiva de esta serie y resaltó la importancia de plasmar con rigor la Colombia rural de principios del siglo XX.

“Es una adaptación libre de del libro, pero nosotros, la verdad, hicimos un trabajo bastante riguroso y somos muy fiel al libro, es que el libro es fantástico, lo que pasa es que, a diferencia de otros que llevan a la pantalla, José Eustasio Rivera lo escribió como una novela, entonces es la primera novela de denuncia social en Literatura de la historia”.

La versión televisiva de La Vorágine se estrenará primero en la televisión pública, con la intención de llegar luego a alguna plataforma de streaming aún por definir.

El reparto incluye a figuras como Juan Pablo Urrego, Viviana Serna, Nicole Santamaría, Majida Issa, Marlon Moreno, Diego Vázquez, Erick Rodríguez y el propio Lombana.

“Es uno de los momentos más importantes de mi carrera. Estamos honrando un clásico literario que tiene una relevancia inmensa en la denuncia social y la descripción de los llanos orientales. El libro ya estaba estructurado como novela, así que los giros dramáticos eran muy adaptables a la televisión. Nuestro reto fue encontrar paisajes que reflejaran con precisión la época en que sucede la historia”.