
La extorsión y las amenazas de muerte se han convertido en una realidad aterradora para Glenis Contreras Eyes, una ama de casa de 38 años residente en El Copey, un municipio del departamento de Cesar, Colombia.
La mujer, madre de dos niñas de 10 y 13 años, denunció que tras vender un lote para saldar deudas médicas, comenzó a recibir intimidaciones de presuntos miembros del Ejército Gaitanista de Colombia, que le exigen un pago obligatorio por la transacción realizada.
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Este caso pone de manifiesto la grave problemática de la extorsión en la región, que afecta especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
De acuerdo con El Tiempo y el relato de Glenis, las amenazas comenzaron un día después de concretar la venta del terreno, por el cual recibió 9.000.000 de pesos. Este dinero fue destinado íntegramente al pago de deudas acumuladas debido a un costoso tratamiento médico que necesitó tras ser diagnosticada con una hernia discal. Sin embargo, lo que parecía ser una solución a sus problemas económicos se convirtió en el inicio de un calvario.
“Si no paga, guarde algo para el cajón”: las amenazas que aterran a Glenis

Según detalló la afectada, las intimidaciones se realizan a través de llamadas y mensajes enviados a su teléfono celular. En estas comunicaciones, los presuntos extorsionadores, que se identifican como integrantes del Ejército Gaitanista de Colombia, le exigen un porcentaje del dinero obtenido por la venta del lote. Entre las amenazas recibidas, destacan frases como: “Pídale a la ley que la cuide, porque cuando no está acompañada ahí es cuando actuamos” y “Si no paga, guarde algo para el cajón”.
Glenis aseguró que ha intentado explicar a los extorsionadores que no tiene recursos para cumplir con sus exigencias, ya que todo el dinero fue utilizado para cubrir sus deudas médicas. Sin embargo, las amenazas no han cesado. En uno de los mensajes, los presuntos delincuentes le advirtieron: “Tenemos conocimiento de la venta de un lote. Cada persona que haga esta clase de negocios tiene que pagar un porcentaje a la organización (…) ya está de su parte si cuadra, tenga en cuenta que la ley no le va a poner escolta… deje pa’ el cajón”, según expuso el medio citado.
Denuncias y solicitudes de protección

En este caso, la mujer presentó una denuncia ante el Gaula de la Policía, la unidad especializada en combatir el secuestro y la extorsión en Colombia. Las autoridades están en el rastreo de las llamadas recibidas por la mujer con el objetivo de identificar y detener a los responsables. Sin embargo, hasta el momento, Glenis no ha recibido medidas de protección específicas que garanticen su seguridad y la de su familia.
Según el medio citado, la mujer hizo un llamado a las autoridades locales de El Copey y al comandante de Policía del departamento de Cesar, solicitando acciones inmediatas para proteger su vida. “Las amenazas comenzaron desde el pasado domingo, un día después de vender el lote. El caso lo denuncié ante el Gaula de la Policía, quienes están rastreando las llamadas para identificar y detener a los responsables”, afirmó.
El Copey: un municipio marcado por la extorsión y la violencia

El caso de Glenis Contreras no es un hecho aislado en El Copey, un municipio ubicado al noroccidente del departamento de Cesar, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta y las llanuras del valle del río Ariguaní. Esta región ha sido escenario de múltiples actos de violencia relacionados con el microtráfico y la disputa territorial entre grupos armados ilegales.
La extorsión es una problemática recurrente en la zona, por lo que afecta especialmente a los habitantes más vulnerables. Según las autoridades, esta práctica delictiva ha sembrado el temor en la comunidad, obligando a muchas personas a entregar parte de sus ingresos o bienes bajo amenazas de muerte. Además, la Defensoría del Pueblo ha emitido alertas tempranas sobre la presencia de grupos armados ilegales en el municipio, lo que agrava la situación de inseguridad.
El personero de El Copey, Rafael Fontalvo, explicó que la extorsión es un flagelo persistente en la región y destacó que Glenis actuó correctamente al denunciar el caso ante el Gaula. Sin embargo, señaló que la mujer aún no se ha acercado a la Personería para activar la ruta de protección correspondiente. “Por lo general, en este municipio se presenta el flagelo de la extorsión por algunos grupos armados ilegales. Actualmente, se encuentra inmerso en una alerta temprana por parte de la Defensoría. Ante este tipo de amenazas, la ruta es la que hizo la señora Glenis ante el Gaula. A la fecha, no se ha acercado a la Personería para activarle la ruta de protección”, indicó Fontalvo.
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