Víctima de tentativa de feminicidio relató cómo sobrevivió a alias Caníbal: “Me destrozó la cara”

Tras someterse a varias cirugías reconstructivas por el violento ataque, la ciudadana se atrevió a contar su historia

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La víctima relató cómo fue
La víctima relató cómo fue el fatídico ataque del delincuente en su contra - crédito Policía Metropolitana de Bogotá

Un brutal caso de violencia de género ocurrido el 19 de enero de 2025 en el barrio Andalucía (Kennedy) fue protagonizado por Andrés Felipe Palomino, conocido como alias Caníbal, que quedó a disposición de las autoridades tras atacar a mordiscos a su pareja, Paola Andrea Ospina, a la que le destrozó el rostro y le arrancó el labio superior con los dientes. El ataque dejó a la mujer con lesiones graves y demostró que la violencia de género en el país no cesa y viene de las personas más cercanas a las afectadas.

Casi dos meses después del ataque, la víctima contó su historia en el pódcast Más allá del silencio de Rafael Poveda, donde declaró que la relación comenzó de manera aparentemente normal, pero rápidamente se tornó en un vínculo marcado por el control y los celos: “Yo lo conozco porque él manejaba moto y me hizo un servicio. Intercambiamos números de teléfono y empezamos a hablar. Nosotros duramos casi cinco meses y al mes nos fuimos a vivir juntos por cuestiones de que pagar el arriendo y que no saliera un poco más económico”.

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Asimismo, Paola Andrea explicó que esta decisión fue el inicio del calvario, pues su pareja empezó a ejercer un control absoluto sobre su vida. Según explicó, Andrés Felipe le exigía compartir su ubicación en tiempo real, realizar videollamadas constantes y permitirle acceso a todas sus cuentas personales, incluidas las de WhatsApp, Facebook y Google. Además, instaló cámaras en su hogar bajo el pretexto de vigilar a su mascota, pero en realidad las utilizaba para monitorear cada movimiento de la víctima.

Paola Andrea admitió haber aceptado estas condiciones, aunque ahora reconoce que eran señales claras de un comportamiento abusivo: “Me tenía controlada en todos los aspectos”, afirmó. Además de relatar varios episodios de violencia que vivió por no responder el celular, pues su compañero sentimental la insultaba cuando esto ocurría.

La mujer ya había visto
La mujer ya había visto las señales, pero todo seguía como si nada hasta el día en el que estuvo a punto de morir - crédito Luisa González/Colprensa

“Algo en mí me dijo: ‘esconda el cuchillo’”

La noche en la que ocurrió la tragedia Andrés Felipe se fue a tomar y tuvieron una discusión por esto, pues él le exigió ir a recogerlo a lo que ella respondió: “Es que yo no soy su mamá. Yo le dije véngase así como se fue. Sí, así como no me quiso contestar hace rato cuando yo lo estaba llamando”. Él se mostró enojado y respondió: “Qué belleza la mujer que yo tengo”, por lo que el instinto de Paola fue esconder el cuchillo, utensilio que llegó a buscar apenas ingresó a la casa.

Al no encontrarlo, sostuvieron una pelea verbal que pronto pasó a lo físico: “Me agarra a quererme asfixiar, entonces la defensa mía es agarrarle la mano. Forcejeamos y yo caigo encima de él en el piso y él en el piso: me agarró la cara, me muerde el cachete, pero no me lo alcanza a arrancar. Entonces no sé cómo, en ese momento me agarró la boca y la boca así me la arrancó completa. Me la jaló a tal punto que me quitó la parte de la nariz”.

Del mismo modo, relató que intentó abrir la puerta, pero él no se lo permitió, por lo que empezó a gritar: “Me está matando, ayúdenme”. En ese momento se dirigieron al lavadero y allí se encontraban unas botellas que ella partió para intentar defenderse, aunque él seguía propinándole mordiscos en su espalda. Finalmente, tomó una botella y la golpeó y hasta le avisó a su madre lo ocurrido.

Después de que ella le rogó por horas, la dejó ir bajo la promesa de que no buscaría a la Policía, pues ella tiene tres hijos por los que decidió luchar por su vida hasta el final. Allí tomó un taxi y llegó hasta el hospital de Kennedy donde la sometieron a una reconstrucción de urgencia.

La víctima se dio a la tarea de colaborar con las autoridades para dar con su paradero y hasta le dijo que volverían a estar juntos y que se encontraran; el sujeto asistió con sospechas de que ella le tendió una trampa, pero se cumplió el objetivo: los uniformados de la Sijín lo capturaron y tiene un proceso por violencia intrafamiliar agravada.

Los colombianos exigen justicia en
Los colombianos exigen justicia en este y otros casos - crédito Colprensa

El psicólogo forense y criminalista Belisario Valbuena, también participó en la entrevista y calificó el caso como uno de los más extremos que ha conocido en su carrera: “Dentro de las violencias de género que he tenido la oportunidad de conocer, nunca había visto un nivel de ultraviolencia como este” y destacó que las imágenes de las lesiones sufridas por Paola Andrea son perturbadoras y reflejan la gravedad del ataque.

El especialista indicó que este tipo de agresiones no solo tienen consecuencias físicas devastadoras, sino que también dejan profundas secuelas psicológicas en las víctimas. Además, hizo un llamado a la sociedad para identificar y actuar ante las “banderas rojas” que suelen aparecer en relaciones abusivas, como el control excesivo y los celos desmedidos.

Pese a que la captura de Andrés Felipe Palomino representa un paso importante hacia la justicia, también plantea dudas sobre las medidas de prevención y protección que deben implementarse para evitar que casos como este se repitan.