Petro defendió propuesta de Colombia ante la ONU de excluir la hoja de coca como sustancia dañina: “Se puede usar sin el alcaloide”

El presidente de la república, Gustavo Petro, defendió la propuesta de Colombia ante la Comisión de Estupefacientes en Naciones Unidas de que se excluya la hoja de coca como de la lista de sustancias más dañinas.

En una publicación hecha en su cuenta de X, el martes 11 de marzo de 2025, el mandatario nacional señaló que la propuesta de la delegación colombiana ya cuenta con el respaldo de varias naciones de la región como Bolivia, y recalcó que este producto genera otras alternativas para la sociedad, y no necesariamente para la producción de sustancias ilegales como el clorhidrato de cocaína.

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“La hoja de coca no es cocaína y se puede usar en múltiples usos sin el alcaloide. Por eso luchamos al lado de Bolivia, para que el mundo apruebe quitar la prohibición de la hoja y avanzar hacia usos legales de la hoja y la paz de muchas regiones del país”, escribió el jefe de Estado colombiano en sus redes sociales.

Esta no ha sido la única vez que el presidente Gustavo Petro se ha referido a este aspecto en particular. Durante su intervención en lanzamiento del Pacto Social por el Catatumbo, que se llevó a cabo en Tibú, Norte de Santander, el 6 de marzo de 2025, el mandatario colombiano enfatizó en que la hoja de coca sea legalizada, disminuirá la violencia en el territorio nacional.

“No confundir cocaína con hoja de coca, se podría usar la hoja de coca en cosas y cesaría una persecución contra la hoja de coca, no contra la cocaína. El día que sea legal por allá también cesa la violencia”, dijo el presidente Petro en el municipio nortesantandereano (noreste de Colombia).

Adicionalmente, el presidente colombiano reiteró que es necesario implementar estrategias para impulsar la agricultura, en particular, el cultivo de productos lícitos y avanzar en la industrialización del campo.

“Hay que cambiar la economía del Catatumbo y la economía de la región básicamente es hoja de coca, hablo de Tibú y otras zonas, eso es lo que tenemos que cambiar. No venimos a quemar el rancho ni el cultivo. Venimos a acordar las condiciones que permitan que se pueda vivir mientras crece un cultivo legal, se pueda sostener y se pueda agroindustrializar, y para eso hemos puesto 362 mil millones de pesos”, indicó.

La iniciativa de excluir la hoja de coca como sustancia dañina fue presentada por la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Laura Sarabia, quien participó en el 68º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, realizado en Viena (Suiza).

En este escenario internacional, la canciller colombiana donde ratificó el compromiso de su Gobierno con el régimen global drogas, pero cuestionando las fallas en la estrategia actual que, para la funcionaria, no ha logrado frenar el consumo, la producción y el tráfico de drogas.

De igual forma, Sarabia señaló que esa propuesta será respaldada por evidencia científica, instando a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que analice los usos y la posibilidad de los usos industriales de la hoja de coca.

“La ciencia demostrará que la hoja de coca en sí misma no es perjudicial para la salud. Solo podremos arrebatársela a los narcotraficantes si aprovechamos su potencial en usos industriales, como fertilizantes y bebidas”, declaró la canciller colombiana.

De otro lado, la ministra de Relaciones Exteriores reiteró que la propuesta presentada ante Naciones Unidas no contempla la legalización de la cocaína. “Excluir la hoja de coca de la lista no implica dejar de erradicar, tenemos unas metas ambiciosas de erradicación, además hemos puesto el foco en la interdicción de grandes cargamentos a los grandes traficantes para donde más les duele en sus finanzas (...) la coca no es cocaína y en ningún momento aquí estamos buscando la legalización de la cocaína. Esta propuesta no tumba el Código Penal de nuestro país y no evade ninguna norma legal y constitucional”, manifestó.

Por último, la ministra también destacó que cualquier cambio en la política de drogas debe ir acompañado de medidas que promuevan el desarrollo sostenible en las regiones afectadas por el narcotráfico, asegurando que es fundamental ofrecer alternativas económicas viables a las comunidades campesinas que dependen del cultivo de coca, para garantizar una transición efectiva hacia actividades legales.

“Algunos nos perciben como un país obstinado y reiterativo. Sin embargo, la realidad es que para nosotros, los colombianos, enfocar el régimen de drogas no significa menos que abrir la posibilidad de vivir en un país en paz”, concluyó.