Petro sacó pecho por sus lazos con la economía árabe, pero sigue ignorando la existencia de Hamas en la guerra de Medio Oriente

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, continúa su política de acercamiento con el comercio y cultura árabe y de respaldo a la causa palestina, una postura que ha sido motivo de debate en la arena internacional. Por lo que el mandatario utilizó su cuenta en la red social X para reafirmar su visión sobre la relación entre Colombia y Medio Oriente, al destacar la importancia de la herencia colombo-árabe en el país y la necesidad de fortalecer los lazos diplomáticos y comerciales con la región.

“Reivindico, los orígenes árabes de la Colombia actual y por eso tendemos puentes hacia el mundo árabe. Porque Colombia pertenece al mundo y a la humanidad. Tenemos un privilegio mayústulo, como enseñaron los sabios de la sierra nevada de Santa Marta, somos un centro del mundo, por eso somos el cuarto país del planeta en atraer especies vivas qué llegan a nuestra tierra. Una Colombia en un mundo que lucha por la vida”, escribió el mandatario en X, acompañando su mensaje con el enlace de un artículo del diario El País sobre la influencia de la comunidad colombo-árabe en su Gobierno.

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El artículo detalla la presencia de figuras de ascendencia árabe en su administración, como la exministra de Ambiente Susana Muhamad, la ministra de las Culturas, Yannai Kadamani, y el viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, todos con vínculos familiares con Medio Oriente. Además, se destaca los recientes nombramientos diplomáticos en países árabes, como Rayan Barkachi en Arabia Saudita y Odette Yidi en Qatar, una estrategia que Petro impulsó como parte de su visión de diversificación de la política exterior colombiana.

Cabe destacar que el Gobierno de Petro orientó su política exterior hacia el sur global, priorizando los derechos humanos y la multilateralidad. La ruptura con Israel y su condena a la ofensiva en Gaza reforzaron su discurso de apoyo a la causa palestina; sin embargo, su negativa a reconocer a Hamas como grupo terrorista, pese a la prolongación del conflicto, ha generado críticas y dudas sobre su postura.

Desde su llegada al poder, Petro ha sido crítico con Israel, especialmente en el contexto de la guerra en la Franja de Gaza. Su postura lo llevó a romper relaciones diplomáticas con el gobierno de Benjamin Netanyahu el 1 de mayo de 2024, argumentando que Israel estaba cometiendo un “genocidio” contra el pueblo palestino. Esta decisión marcó un cambio radical en la política exterior colombiana, ya que tradicionalmente el país había mantenido relaciones tanto con Israel como con Palestina, apostando por una diplomacia de equilibrio.

Colombia ha oscilado históricamente entre el respaldo a Israel y el apoyo a la causa palestina. En 2018, el expresidente Juan Manuel Santos reconoció oficialmente a Palestina como Estado antes de dejar el poder, una decisión que fue mantenida por su sucesor Iván Duque, aunque este último se inclinó más hacia Israel en asuntos de seguridad y cooperación militar. Con Petro, el país dio un giro definitivo en su política exterior, alineándose más con los países que respaldan a Palestina, pero esto ante los ojos internacionales ha sido catalogado como un apoyo al grupo terrorista y a la continuidad de la guerra.

El interés de Colombia en fortalecer relaciones con Medio Oriente quedó en evidencia durante la gira del presidente Petro por Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Arabia Saudí. Durante este viaje, el mandatario explicó que la estrategia de su Gobierno busca fortalecer los lazos comerciales, turísticos, culturales y políticos con la región. Petro enfatizó que la política exterior de su Gobierno busca ampliar la visión del país hacia el mundo y no limitarse a las tradicionales alianzas con Occidente.

El poder de convocatoria del presidente colombiano en la arena internacional ha sido un factor clave en su consolidación como una figura representativa del sur global. Su insistente llamado a que cese la violencia en Gaza y su postura a favor de los derechos humanos han sido bien recibidos por algunos sectores progresistas en América Latina y Medio Oriente.

La estrategia de Petro en Medio Oriente se enmarca dentro de una visión de largo plazo que busca posicionar a Colombia como un actor clave en el sur global. La ruptura con Israel, el fortalecimiento de la relación con el mundo árabe y la diversificación de la política exterior colombiana son elementos que configuran un nuevo escenario en las relaciones internacionales del país.