Migrante colombiano atravesó drama en España: vivió más de 20 días dentro del aeropuerto de Madrid

Impulsado por una oferta de trabajo a la que intentó aplicar en redes sociales, un joven de Villavicencio se quedó atrapado en el Viejo Continente, llevándolo a lidiar con una dramática situación

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La historia de Pablo, un
La historia de Pablo, un migrante colombiano que llegó a Europa con la promesa de salir adelante, se torció y lo llevó a vivir 22 días comiendo de la basura y durmiendo de los baños en el aeropuerto de Madrid-Barajas - crédito Quique Vásquez Historias de Migrantes/YouTube

Las historias de los migrantes que buscan salir de Colombia con destino a Estados Unidos o Europa en busca de mejores oportunidades son recurrentes. Ya sea de forma legal o ilegal. Según datos de la Cancilleria de Colombia, entre 2010 y 2022 se registró la salida de más de dos millones de connacionales, mientras que Migración Colombia habla de 1.000 colombianos dejando el país a diario.

Los casos de inmigrantes ilegales se cuentan entre los más dramáticos, pues llegan a poner en juego su vida con tal de evadir las patrullas fronterizas. Pero en otros casos, se trata de personas que son víctimas de las malas voluntades ajenas.

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Ese fue el caso de Pablo, un migrante de 29 años oriundo de Villavicencio, en el departamento de Meta. Durante los últimos días su caso se hizo viral en redes sociales, pues su caso fue difundido por el periodista Quique Vásquez, responsable del canal de YouTube Historias de Migrantes, que cubre historias relacionadas con migrantes en España.

En este caso, Pablo duró 22 días con sus noches viviendo en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, sin posibilidad de salir del terminal aéreo, luego de que personas inescrupulosas le ofrecieran trabajo y luego lo dejaran a su suerte.

Pablo contó que llevaba 22 días viviendo en el terminal aéreo, sobreviviendo con la comida que encontraba en la basura - crédito @Kikevasquez20/TikTok

“Inicialmente yo quería ir a los Estados Unidos, pero dicha cosa se complicó. Pedían visado y una sería cruzar por México (sic). Entonces decidí que lo haría de la forma legal y yendo a Europa. Conseguí los vuelos y heme aquí. Pero primero mis vuelos venían era a Suiza. Una persona me esperaría allí. Me prometieron trabajo y eso, pero sin embargo me han dejado en el aeropuerto”, comentó visiblemente afectado.

Pablo contó que el contacto se hizo por redes sociales y le ofrecían trabajar en unas cabañas en Suiza, gracias a que dominaba una segunda lengua, arribando a Zurich el día 7 de febrero.

“Cuando llegué allí, pues me bajé muy normal. Esperé en el aeropuerto, pero nunca llegaron por mí”, explicó. Inicialmente se quedó en un hostal cercano al aeropuerto, pero por los altos costos se vio obligado a dormir en el propio aeropuerto para refugiarse del frio, motivo por el cual la seguridad del terminal aéreo lo retiraba constantemente.

Con ayuda de dos azafatas, Pablo pudo comprar un vuelo al Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas. Gracias a que dicho terminal es menos riguroso con la estancia de los pasajeros, pudo sobrevivir allí sin dinero durante más de tres semanas. “Me han regalado una manta. Yo uso cartones y busco comida en los botes de la basura. Los pasajeros antes de embarcar arrojan comida allí. Pues a veces no es en buenas situaciones, pero es algo que comer”, relató.

Pese a las dificultades, Pablo afirmó que no tenía intenciones de regresar a Colombia por la situación económica delicada que dejó atrás, y delante de la cámara pidio ayuda para conseguir trabajo. “Quisiera alguien que me ayudara, así sea a conseguir un empleo o lo que sea”, comentó.

Cuando se difundió la entrevista, cientos de personas en redes sociales se volcaron para ayudar a Pablo, ofreciéndole estadía u oportunidades de trabajo en distintos puntos de España en los comentarios.

Días después la historia dio un giro cuando se supo que Pablo pudo arreglar su situación y ahora ya no vive en el aeropuerto, luego de que una familia ecuatoriana que conoció su caso aceptara acogerlo.

El migrante contó visiblemente aliviado que una familia ecuatoriana lo acogió en su casa, luego de conocer su caso - crédito @Miguelcalidonio.86/TikTok

Muchas gracias por sus saludos, por sus oraciones (...) a las personas que han venido aquí y me han invitado a comer, me van a llevar a conocer la ciudad”, dijo Pablo, visiblemente aliviado.