Este es el nuevo comandante militar para el Catatumbo nombrado por el Gobierno Petro: tendrá el control de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional

El Gobierno del presidente Gustavo Petro, a través del Ministerio de Defensa, confirmó el nombramiento del general Mario Contreras, comandante de la Brigada Treinta del Ejército, como comandante militar para la región del Catatumbo (Norte de Santander).

El anuncio fue dado a conocer por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, cumpliendo con las disposiciones del Decreto 118 de 2025, que declaró el Estado de Conmoción Interior en esta región colombiana, ante los ataques y enfrentamientos entre grupos armados ilegales, que ha dejado más de 55.000 desplazados en el territorio.

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Al término de un encuentro de las autoridades regionales, el jefe de cartera señaló que, dentro de las funciones del nuevo comandante militar está asumir el control operacional de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional en los trece municipios del Catatumbo, así como el área metropolitana de Cúcuta y dos municipios del departamento de Cesar.

De igual manera, el alto oficial tendrá la tarea de coordinar los servicios de inteligencia y contrainteligencia, al igual que la suspensión temporal de permisos de porte de armas en zonas estratégicas.

El general Mario Contreras, quien ahora asume esta responsabilidad, cuenta con una amplia trayectoria en el Ejército Nacional y actualmente lidera la Brigada 30, una unidad con presencia en el departamento de Norte de Santander (Norte de Santander).

Información revelada por el diario local La Opinión, su designación como comandante militar especial responde a la necesidad de contar con un liderazgo estratégico que permita coordinar de manera efectiva las operaciones de seguridad en una región marcada por la complejidad del conflicto armado.

El Catatumbo, una zona fronteriza con Venezuela, ha sido históricamente un territorio disputado por grupos armados ilegales debido a su ubicación estratégica y a la presencia de cultivos ilícitos. La violencia en la región ha generado desplazamientos masivos y una grave crisis humanitaria, lo que ha llevado al gobierno a priorizar la implementación de medidas excepcionales para garantizar la seguridad de sus habitantes.

Desde Cúcuta, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, lideró su primer consejo de seguridad en Norte de Santander, acompañado por la cúpula militar y de Policía, con el objetivo de abordar la crítica situación de seguridad en la región del Catatumbo.

En la reunión, también estuvieron los alcaldes de Tibú, Villa del Rosario, El Zulia y Puerto Santander, así como del gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, donde se discutieron las acciones necesarias para mitigar el impacto de los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el frente 33 de las disidencias de las FARC, que han intensificado su ofensiva en esta parte del territorio colombiano.

Entre las decisiones adoptadas en el Consejo de Seguridad, el jefe de cartera anunció el aumento del pie de fuerza en los municipios afectados por la violencia, así como nuevas medidas que garanticen la seguridad de la población.

“Hemos tomado decisiones concretas: reforzaremos el pie de fuerza en la región, intensificaremos las operaciones contra las estructuras criminales y desplegamos medidas especiales para protegerlos a ustedes (los ciudadanos)”, declaró el ministro Sánchez en declaraciones a la opinión pública.

Además, reconoció que, aunque se han avanzado en las capturas contra varios integrantes de grupos armados que operan en el departamento, aún es insuficiente. “Todavía estamos cortos, no es suficiente. No descansaremos hasta que (los ciudadanos) puedan vivir en paz”, agregó.

Según cifras oficiales, los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc han generado un desplazamiento masivo de más de 50.000 personas, mientras que otras 24.000 permanecen confinadas en sus comunidades debido a las restricciones impuestas por los grupos armados. Además, al menos 70 personas han perdido la vida en el marco de este conflicto, aunque las cifras podrían ser aún mayores.

El impacto de esta violencia no solo se refleja en las cifras de víctimas, sino también en la desestabilización social y económica de la región. Los cultivos ilícitos, que son una de las principales fuentes de financiación de los grupos armados, agravan la situación al perpetuar el ciclo de violencia y pobreza en el Catatumbo.