Estudiantes de la Universidad del Rosario denunciaron que esmeralderos los atacaron mientras pintaban mural “Las cuchas tienen razón”

La Plazoleta del Rosario es un punto simbólico de encuentro estudiantil y cultural en el centro de Bogotá; sin embargo, enfrenta tensiones por la existencia de diferentes intereses

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Los agresores lanzaron objetos y cometieron amenazas y actos de acoso contra quienes participaban en la iniciativa - crédito @HablaLaJradio/X

Un grupo de estudiantes de la Universidad del Rosario denunció haber sido víctima de agresiones físicas, verbales y sexuales mientras realizaban una intervención artística en la Plazoleta del Rosario, en el centro de Bogotá.

Los hechos ocurrieron el miércoles 26 de febrero, cuando los jóvenes pintaban un mural con el mensaje “Las cuchas tienen razón”, en apoyo a las madres buscadoras de La Escombrera, un lugar emblemático en la comuna 13 de Medellín por ser considerado una de las fosas comunes más grandes de América Latina.

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De acuerdo con los testimonios recogidos por Cambio, los estudiantes señalaron que fueron atacados por un grupo de esmeralderos que frecuentan la Plazoleta del Rosario.

Según su relato, los agresores habrían lanzado piedras y botellas contra los manifestantes, además de proferir amenazas y cometer actos de acoso sexual hacia las mujeres que participaban en la actividad.

Estudiantes denunciaron agresiones mientras pintaban
Estudiantes denunciaron agresiones mientras pintaban mural de -Las cuchas tenían razón- en la plazoleta del Rosario - crédito @camilomoreno342/X

Uno de los estudiantes afirmó que algunos de los esmeralderos exhibieron sus genitales con el propósito de intimidar y silenciar a las mujeres que formaban parte del movimiento. “Se buscaba silenciar su voz política”, declaró uno de los participantes.

La convocatoria para pintar el mural se realizó a las 4 de la tarde del 26 de febrero y los estudiantes habían recaudado fondos previamente para adquirir los materiales necesarios. Sin embargo, los enfrentamientos comenzaron alrededor de las 5 de la tarde, lo que llevó a la intervención de la Policía y de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), anteriormente conocida como Esmad.

Voceros de la Policía explicaron al medio que su presencia en el lugar respondió a una confrontación entre los estudiantes y los esmeralderos. No obstante, los jóvenes negaron haber iniciado cualquier tipo de agresión y sostuvieron que ellos fueron las únicas víctimas del ataque.

Además, los estudiantes enviaron un derecho de petición a la Policía para que se esclarezcan las actuaciones de los uniformados durante el incidente. Uno de los voceros estudiantiles recordó que la sentencia T-281 de 2021 de la Corte Constitucional reconoce el derecho al grafiti y al muralismo como formas de libre expresión, especialmente cuando se trata de denuncias sociales.

El significado del mural y su contexto en la protesta social

Los manifestantes indicaron haber sido
Los manifestantes indicaron haber sido atacados por esmeralderos que frecuentan la Plazoleta del Rosario - crédito @camilomoreno342/X

El mensaje “Las cuchas tienen razón” se ha convertido en un símbolo de apoyo a las madres buscadoras de La Escombrera, quienes llevan años exigiendo justicia y la recuperación de los cuerpos de sus seres queridos desaparecidos durante el conflicto armado en Colombia. Este lema ha sido replicado en diferentes ciudades del país como una forma de visibilizar su lucha y exigir respuestas de las autoridades.

Aunque históricamente la protesta social ha estado más vinculada a las universidades públicas, en los últimos años se ha observado un creciente interés por parte de estudiantes de instituciones privadas como el Rosario, Los Andes y el Externado en participar en manifestaciones y actividades de denuncia.

En el caso de la Universidad del Rosario, el movimiento estudiantil ya había ganado notoriedad en el pasado, logrando la salida del exrector Alejandro Cheyne tras una serie de protestas por presuntos malos manejos administrativos.

Otro grupo de estudiantes cubrió
Otro grupo de estudiantes cubrió el mural dos días después, dentro de una dinámica de expresiones públicas opuestas permitidas - crédito @camilomoreno342/X

El 28 de febrero, dos días después del enfrentamiento, otro grupo de estudiantes que no estaba de acuerdo con la intervención artística decidió cubrir el mural en la plazoleta del Rosario.

Los autores del mural aceptaron esta acción como parte del derecho a la libre expresión, reconociendo que el espacio público permite manifestaciones tanto a favor como en contra de una causa.

Este episodio puso nuevamente en el centro del debate la tensión entre el derecho a la protesta y los conflictos que pueden surgir en espacios públicos compartidos. Además, ha evidenciado la necesidad de garantizar la seguridad de quienes participan en actividades de denuncia social, especialmente en contextos donde las mujeres son blanco de agresiones específicas.