Rosario gigante fue visto flotando por Bogotá y dejó en shock a los religiosos: “Llegó nuestra hora”

Desde que la camándula flotante fue vista la tarde del miércoles 26 de febrero, locales han estado preguntándose de qué se trataba

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El misterio habría sido resuelto
El misterio habría sido resuelto en redes sociales - crédito @negraarredondo / TikTok

Con la aparición de las redes sociales y los teléfonos con cámara, los avistamientos de objetos no identificados en Bogotá han ido registrándose y compartiéndose, los últimos años, en Internet para encontrarles una explicación.

Cuenta de ello es el rosario volador o camándula flotante que, la tarde del miércoles, 26 de febrero, reportaron algunos ciudadanos ubicados en la zona norte de la capital.

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“¿Y eso qué es? Llegó nuestra hora, el señor se aproxima ¿Qué es eso? ¿Es un rosario? No lo puedo creer”, se escucha en una de las grabaciones que se realizaron, a manera de prueba, para difundir en plataformas digitales.

El objeto religioso sorprendió a quienes llegaron a verlo - crédito @negraarredondo / TikTok

Ninguna de las mujeres que aparecen en el video dio con una explicación lógica sobre este fenómeno, pero, en los cometarios, trataron de encontrar una o hacerlas reír, para pasar el susto:

“Todavía no. Tengo 10.000 pecados encima, no me alcanza el tiempo para arrepentirme”, “Proyecto blue label”, “Los proyectos de ingeniería de la UniMinuto”, “La venida de Cristo está cerca”.

Pero un comentario aclaró las dudas sobre el avistamiento, al ser acompañado por una fotografía: “La explicación es que es un rosario hecho con globos inflados con helio. Muy usados en ceremonias religiosas”.

El rosario que fue visto
El rosario que fue visto sobrevolando la capital habría estado hecho con globos - crédito @alegna022 / TikTok

Rostro de Cristo habría aparecido en lienzo negro de un convento en Bogotá:

En el convento Santa Clara, ubicado en la localidad de Usaquén, se conserva un objeto que ha despertado devoción y curiosidad en partes iguales. Se trata de un lienzo que, según registros históricos, era completamente negro y con el paso de los años reveló lo que parece ser el rostro de Cristo.

Este fenómeno, considerado por la Iglesia como un milagro desde 1963, sigue siendo motivo de veneración y debate. Según informó el creador de contenido Santiago Quintero Pfeifer, especializado en historias ocurridas en la capital colombiana, este lienzo esconde una historia que se remonta al siglo XIX, en un contexto de tensiones entre el gobierno y la Iglesia católica.

De acuerdo con lo relatado de Quintero Pfeifer, el origen del lienzo está vinculado al mandato del presidente Tomás Cipriano de Mosquera, que gobernaba en 1863. Mosquera, conocido por su postura liberal radical, implementó medidas que afectaron directamente a la Iglesia, como la exclaustración de conventos. Fue en este proceso que el lienzo, descrito inicialmente como una tela negra sin ningún diseño visible, fue rescatado del convento de las monjas clarisas. Décadas después, el rostro humano que hoy se observa en la pintura comenzó a hacerse perceptible, un fenómeno que algunos atribuyen a causas sobrenaturales.

Esta reliquia poco conocida es custodiada por las monjas clarisas en Bogotá - crédito @quinteropfeifer / TikTok

Con la figura celestial en él, el lienzo se convirtió en un objeto de interés religioso y un testimonio de aquel periodo de fuertes tensiones entre el Estado y la Iglesia en Colombia. Según detalló Quintero Pfeifer, el presidente Mosquera, líder del movimiento liberal radical, tuvo numerosos enfrentamientos con la Iglesia católica, que en ese entonces ejercía una influencia significativa en la vida política y social del país.

En este contexto, el convento Santa Clara de Usaquén, hogar del lienzo, fue uno de los espacios afectados por estas políticas. Sin embargo, con el paso de los años, el lienzo rescatado de este lugar comenzó a adquirir un significado especial. Según explicó Quintero Pfeifer, la imagen que hoy se observa en la tela no era visible en el momento de su recuperación, lo que ha llevado a muchos a considerarla una manifestación milagrosa.

El fenómeno del lienzo negro alcanzó su punto culminante en 1963, cuando la Iglesia católica registró oficialmente la aparición del rostro de Cristo como un milagro. Según consignó Quintero Pfeifer, fue a lo largo de varias décadas que la imagen se fue formando gradualmente, hasta alcanzar la claridad que hoy se aprecia. Este proceso ha sido interpretado de diferentes maneras: mientras que para algunos es una prueba de intervención divina, para otros es simplemente un fenómeno que despierta curiosidad.

El reconocimiento oficial por parte de la Iglesia consolidó el lugar del lienzo como un objeto de devoción en el convento de las clarisas. Desde entonces, el convento Santa Clara se ha convertido en un punto de interés tanto para creyentes como para quienes buscan explorar los misterios históricos y culturales de Bogotá.