Gustavo Petro aseguró que desde Barranquilla sabotearon la ley de financiamiento de su gobierno: “Hay una alianza entre políticos y los juegos de suerte y azar en línea”

El presidente Gustavo Petro denunció este miércoles la existencia de presuntas alianzas entre sectores políticos y empresariales con bandas criminales en la ciudad de Barranquilla, señalando que estos nexos no han sido objeto de investigaciones judiciales por parte de las autoridades competentes.

Según el mandatario, que hizo su pronunciamiento en su cuenta de X, estas relaciones ilícitas involucran a actores del sector de juegos de suerte y azar, así como al control irregular del puerto de Barranquilla.

En su pronunciamiento público, Petro insinuó que estas conexiones han influido en decisiones legislativas recientes, particularmente en lo relacionado con la ley de financiación gubernamental.

Específicamente, mencionó que desde la capital del Atlántico se promovió el rechazo a la eliminación de exenciones tributarias para los juegos de azar en línea, lo que, según él, refleja un sabotaje contra las iniciativas fiscales de su administración.

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“Es indudable que en Barranquilla hay una alianza entre políticos y los juegos de suerte y azar en línea, a los que protegen para no pagar impuestos. Por ello desde Barranquilla arrancó el sabotaje a la ley de financiación del gobierno que levantaba la exención de impuestos a los juegos de azar en línea”, señaló.

El presidente también vinculó el incremento de homicidios en Barranquilla con la supuesta colusión entre el poder político y el crimen organizado, sugiriendo que la seguridad en la ciudad se ha visto afectada debido a estas dinámicas de corrupción e influencia ilícita.

“Lo que no está investigado judicialmente es la relación entre políticos y empresarios de los juegos de suerte y azar y las bandas del multicrimen, y el manejo delictivo del puerto en Barranquilla. El ascenso del homicidio en la ciudad muestra un anclaje entre poder político y crimen”, agregó.

Estas declaraciones surgen en un contexto de enfrentamiento político entre Petro y el presidente del Senado, Efraín Cepeda, a quien el mandatario ha acusado de obstaculizar proyectos clave de su gobierno.

En uno de sus pronunciamientos recientes, el jefe de Estado responsabilizó a Cepeda de afectar la viabilidad de obras estratégicas para la región Caribe, como el financiamiento del metro en Barranquilla.

Para Petro, este tipo de decisiones legislativas han debilitado la capacidad del Estado para responder a las necesidades de la ciudadanía y ejecutar proyectos de infraestructura prioritarios.

Las afirmaciones del presidente han generado reacciones en distintos sectores, avivando el debate sobre la relación entre la política, el empresariado y la criminalidad en la región.

Mientras tanto, las autoridades judiciales aún no han emitido comunicados respecto a posibles investigaciones sobre los señalamientos del mandatario.

En entrevista con El País América, el presidente se refirió a varios aspectos de su Gobierno y la visión que tiene de los tres años que lleva como primer mandatario de Colombia.

El mandatario reveló que uno de los aspectos más difíciles de su presidencia ha sido lidiar con la desilusión de las personas que lo acompañan en su gestión.

“He fallado en creer mucho en la gente que me rodea, en creer que puedo hacer una revolución gobernando”, señaló Petro, reconociendo que confió en que el cambio podría llevarse a cabo desde el poder ejecutivo.

Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que la verdadera transformación depende de la movilización popular, más que de las decisiones dentro de su administración.

Según él, el pueblo debe ser quien impulse la revolución, no el presidente ni el gobierno central. “Eso lo hace el pueblo”, afirmó.

A lo largo de la entrevista, el presidente no ocultó las tensiones dentro de su gabinete. Varios de sus ministros y colaboradores más cercanos han sido críticos de la forma en que Petro maneja ciertas relaciones de poder dentro del gobierno.

En particular, Petro fue cuestionado sobre su defensa de Armando Benedetti, ex jefe de su despacho, y ahora ministro de Interior, que ha estado envuelto en escándalos políticos y judiciales.

Sin embargo, el presidente reconoció que las acusaciones contra Benedetti, como las de violencia de género y tráfico de influencias, son parte de un “sistema” político corrupto.

“Todos hacen tráfico de influencias. Todos intentan influenciarme”, sostuvo.