En el municipio de Los Santos, ubicado en el departamento de Santander, la tierra no deja de moverse. Esta región ha sido escenario de múltiples temblores que han captado la atención de los habitantes y de las autoridades. Según informó el Servicio Geológico Colombiano, esta área es conocida por su alta sismicidad debido a un fenómeno geológico único: el Nido Sísmico de Bucaramanga.
De acuerdo con el organismo, un nido sísmico es una región donde se concentra de manera inusual y constante la actividad sísmica. En el caso de Los Santos, este nido se encuentra a una profundidad intermedia, aproximadamente a 150 kilómetros (93 millas) bajo la superficie terrestre. Este fenómeno convierte a la zona en una de las más activas sísmicamente no solo en Colombia, sino en el mundo.
El Nido Sísmico de Bucaramanga, situado directamente debajo del municipio de Los Santos, destaca por su particularidad. Según detalló el Servicio Geológico Colombiano, este nido tiene una extensión aproximada de 128 kilómetros cúbicos (30,7 millas cúbicas), lo que lo convierte en una de las áreas de mayor concentración sísmica en el planeta. Comparado con otros nidos sísmicos globales, como el de Vrancea en Rumania o el de Hindu-Kush en Afganistán, el de Bucaramanga sobresale por estar confinado a un espacio relativamente pequeño.
El origen de esta intensa actividad sísmica se encuentra en la interacción de fragmentos de placas tectónicas antiguas que se han hundido en el manto terrestre. Estas placas, al entrar en contacto y moverse en las profundidades, generan los temblores que tienen como epicentro el municipio de Los Santos.
A pesar de la constante actividad sísmica, el Servicio Geológico Colombiano subrayó que la intensidad de los temblores en esta región suele ser baja. Esto significa que, aunque los movimientos son frecuentes, el riesgo asociado para la población y las estructuras es limitado. Este factor ha permitido que los habitantes de la zona se adapten a vivir en un entorno donde los temblores son parte de la cotidianidad.
La jornada del martes 25 de febrero de 2025 inició con algunos leves sismos que se presentaron en el oriente de los Andes, y en la región de la Orinoquía, en los departamentos de Santander, Meta y Casanare.