Colombiano estuvo preso en la misma cárcel que Nelson Mandela en Sudáfrica: “Nos pusieron cerca donde él estaba”

Jorge García aseguró que durante su permanencia en el centro penitenciario no pudo establecer comunicación con el expresidente del país africano por las estrictas normas

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Nelson Mandela estuvo 27 años
Nelson Mandela estuvo 27 años en la cárcel - crédito Imagen Ilustrativa Infobae)

El líder sudafricano Nelson Mandela es uno de los referentes políticos más importantes de la historia. Su lucha contra la política del Apartheid, el sistema racista y segregacionista que rigió en Sudáfrica desde 1948 y otorgaba privilegios a las minorías blancas, lo llevó a estar tras las rejas 27 años.

Mientras que el presidente africano cumplía una condena por rebelión en la década de los setenta, un colombiano estuvo preso en la misma cárcel. Se trata de Jorge García, oriundo de Pereira, Risaralda, que terminó privado de la libertad por intentar ingresar al país de manera ilegal.

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Según relató García, intentó ingresar a Ciudad del Cabo junto a su esposa, 40 años mayor que él, desde Brasil. Sin embargo, por problemas entre los tripulantes, el barco tuvo que pedir ayuda a las entidades portuarias del país africano, que al inspeccionar el bote los descubrió.

Jorge García aseguró que fue
Jorge García aseguró que fue capturado en Sudáfrica por ir como polizón en un barco - crédito Jorge Peteiro /Europa Press

“Nosotros nos fuimos de polizones, por coincidencia cogimos el buque que tenía una bandera griega de Mykonos, lo abordamos en Brasil. El cocinero del barco se “enamoró” del negro de Buenaventura que es colombiano y lo trataba muy mal, entonces nosotros lo contuvimos (…), pero el negro no aguantó y atentó contra el cocinero, por eso nos detuvieron a todos y pusieron un SOS al comando del puerto”, explicó en diálogo con W radio.

Tras su captura, las autoridades migratorias lo llevaron al penal de Robben Island, donde se encontraba Nelson Mandela, que estaba detenido por su militancia política que buscaba erradicar toda barrera racial en Sudáfrica. El líder sudafricano fue acusado de traición, sabotaje y sublevación contra las autoridades y tuvo que pagar una pena de cadena perpetua.

Aun cuando García tuvo al expresidente de Sudáfrica a escasos metros de distancia, nunca logró verlo o dirigir palabra con él, ya que estaba fuertemente vigilado por las autoridades del penal, que lo custodiaban las 24 horas del día.

“En esa cárcel estaba Nelson Mandela, yo no logré verlo ni tener contacto con él. Ahí nos tuvieron presos unos días, estuvimos con polizones de Taiwán y nos pusieron cerca de la zona donde estaba Mandela”, dijo al medio citado.

García contó que estuvo varios días en la cárcel. Sin embargo, fue liberado para ser deportado a Colombia, donde retomó su vida, desempeñándose como conductor de vehículos pesados.

Así eran las duras condiciones en las que estuvo preso Nelson Mandela por más de 20 años

Así eran las celdas en
Así eran las celdas en las que estuvo Nelson Mandela. La de Robben Island era una prisión de máxima seguridad conocida como La Isla - crédito Leonardo Tagliabúe 162

El líder político sudafricano estuvo tras lar rejas en una celda que era un cuadrado desolado de 2x2. El espacio contaba con un colchón de paja en el suelo, un balde y una mesita mínima.

El exmandatario permanecía aislado durante 23 horas al día y solo tenía contacto con otras personas cuando recibía comida. Las medidas eran estrictas, en ocasiones podía estar semanas en aislamiento total sin razón alguna.

De igual manera, debía realizar trabajos forzados. Los primeros meses picaban piedras; luego fueron trasladados a una cantera de cal en la que trabajaban todo el día. Mandela reclamó anteojos protectores, pero no se los dieron, por lo que el reflejo de los rayos del sol contra las piedras dañaron su vista.

Nelson Mandela fue liberado en
Nelson Mandela fue liberado en 1990 - crédito Siphiwe Sibeko/Reuters/File Photo

A Mandela se le permitía enviar una carta cada seis meses. También recibía una por semestre. Ambas, las que escribía y las que les mandaban, eran fuertemente censuradas. No se permitían manifestaciones políticas, ni comentarios sobre hechos de actualidad. A veces, a las manos de sus hijas solo llegaba un retazo mínimo de papel con varias frases tachadas; en otras ocasiones, ni siquiera eso: eran destruidas por las autoridades carcelarias antes de ser enviadas.

Sin embargo, ninguna de esas circunstancias hizo cambiar a Nelson Mandela. No alimentó odio ni deseo de venganza, por lo que al salir de la cárcel en 1990 siguió luchando por una sociedad más igualitaria.

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