Tras una investigación de la que participó el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), a raíz de los resultados obtenidos en las visitas administrativas del 2020 a cuatro empresas lecheras, la Superintendencia de Industria y Comercio anunció que impondrá sanciones por 21 mil millones de pesos a cuatro empresas que habrían adicionado lactosuero a la leche entera higienizada.
El documento, publicado a primera hora del miércoles, 12 de febrero, señala a las compañías distribuidoras por actos de engaño y de violación de normas, según los preceptos de la Delegatura para la Protección de la Competencia.
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La decisión afecta a “Gloria, Lactalis, Hacienda San Mateo y Sabanalac, por actos de engaño, ya que presentaron como leche entera higienizada (UAT) un producto adicionado con lactosuero. De esta manera indujeron a error a los consumidores, quienes no cuentan con los elementos de juicio necesarios para detectar por su cuenta la presencia de esta sustancia, afectando con ello su capacidad de decisión sobre la naturaleza y calidad del producto a adquirir”.
En el caso de Sabanalac, se probó la adición de lactosueros, pero no una obtención de ventaja competitiva. De ahí que solo a Gloria, Lactalis y Hacienda San Mateo se impusiera una sanción por:
“Infracción de las disposiciones que regulan el sector, al haber obtenido una ventaja competitiva significativa como resultado de la violación de las normas que prohíben la adición de lactosuero a la leche en cualquier etapa de la cadena de producción. Con la adición de lactosueros estas sociedades tuvieron la posibilidad de vender al mismo precio que sus competidores, ampliando con ello su margen de utilidad, o vendiendo el producto a un precio menor, aprovechándose de la venta en volumen, y afectando a los competidores que respetaron las normas”.
Tiendas de cadena que han intentado incursionar en el mercado de la leche e, incluso, marcas de amplio reconocimiento se vieron salpicadas por la investigación, al comprar sus materias primas, o parte de ellas, a las cuatro empresas involucradas.
“Estas pruebas identificaron en la leche distribuida por las empresas sancionadas la presencia de altos niveles de Caseinomacropéptido - CMP -, un criterio que permite analizar y determinar la calidad de la leche y constatar la adición de lactosueros. Las muestras fueron tomadas de productos identificados con las marcas Medalla de Oro, Máxima, Algarra, De la Cuesta, Alkosto Hiperahorro, Parmalat, Latti y Pomar, comercializados por las sociedades sancionadas”.
Pero la falta, en al menos tres de las cuatro compañías, sería doble, ya que, no solo incurrieron en actos de engaño al consumidor, sino también, de ventaja económica con respecto a sus competidores, al lograr un producto, que se vende como igual, aunque costó menos en su proceso de producción:
“Sumado a las pruebas técnicas realizadas por el INVIMA, encontró probados dos indicios económicos que daban cuenta de la adición de este elemento: primero, la presencia de lactosuero en los inventarios de algunas empresas cuyo uso no fue justificado por las investigadas en productos distintos de la leche; segundo, algunas investigadas a pesar de contar con un modelo de negocio parecido a su competidor, se encontró la presencia de costos menores en los insumos, lo que daría cuenta del uso de materia prima (lactosuero) de menor valor que la leche cruda (principal insumo)”, precisó la SIC.
El lactosuero, sobrante del proceso de elaboración de quesos y mantequillas, provoca que la leche pierda muchos de sus factores nutricionales al ser adicionado, de ahí que el organismo, adscrito al MinComercio, procure “la protección de las dinámicas competitivas en el sector lechero y la garantía de los derechos e intereses de los consumidores, procurando que estos reciban bienes de calidad y conformes con las condiciones anunciadas”.