Un presunto ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico habría sido el motivo por el que sicarios acabaron con la vida del subintendente de la Policía Francisco Javier Bertel Pérez, oriundo de Sincelejo, en hechos ocurridos cerca del CAI (Comando de Atención Inmediata) de Ceballos, en Cartagena de Indias la mañana del viernes 7 de febrero de 2025.
Bertel Pérez, de 40 años, miembro activo de la Policía Nacional y adscrito a la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), fue asesinado mientras conducía su vehículo particular, justo cuando iba pasando frente a la antigua Clínica San Juan de Dios.
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Según informó El Universal, el agente fue interceptado por sicarios que se movilizaban en una motocicleta y por dar con los responsables del crimen se ofreció una recompensa de cincuenta millones de pesos por parte de la Alcaldía de Cartagena.
Sin embargo, una versión que se conoció a través de un medio local comunitario, dejó a la luz una hipótesis que tiene a las autoridades evaluando el talante de las palabras por parte del El periodista soy yo Jose Velasquez, que se conocieron la mañana del 9 de febrero de 2025, dos días después de cometerse el crimen.
En su publicación hecha a través de su cuenta de Facebook, el comunicador aseguró que el oficial habría sido asesinado por sicarios contratados por capos de Medellín o Cali, quienes lo acusaban de haberse apropiado de 10.000 millones de pesos provenientes de un negocio ilícito de tráfico de drogas. Este dinero, según las mismas fuentes, estaba destinado a una de las principales mafias italianas, conocida como la Ndrangheta.
De acuerdo con el informe del medio local, Francisco Javier Bertel Pérez era señalado como uno de los policías más corruptos en la región, con presuntos vínculos con organizaciones criminales que operan en el puerto de Cartagena.
Estas organizaciones, según los informes extraoficiales en los que se sostuvo el periodista, y por el cual aún no se han pronunciado las autoridades en Cartagena, utilizaba la ciudad amurallada como punto estratégico para el envío de cargamentos de droga hacia Europa. Además, se le acusa de manipular a otros agentes de la Sijín (Seccionales de Investigación Judicial) para evitar investigaciones contra empresarios y capos de la mafia con influencia en sectores como Punta Arena, en la isla de Tierra Bomba.
Conflictos internos y alianzas
El subintendente Bertel habría mantenido un perfil bajo durante gran parte de su carrera, explicó Velásquez, pero en 2022 surgieron conflictos con dos capos conocidos como alias Gomelo y Niñoco, quienes lideraban bandas rivales denominadas ‘Clan’ y ‘Salsas’.
Estas bandas, con conexiones en Córdoba, habrían llegado a Cartagena para reforzar sus operaciones. Según las fuentes, Bertel se reunió con estos líderes y acordó recibir una suma considerable de dinero para cerrar investigaciones y facilitar la captura de enemigos del clan Salsas. Estos mismos detalles los difundió el medio 24/7 Costa Caribe, también mediante un mensaje que se compartió vía Facebook
Sin embargo, la relación entre Bertel y el Clan se deterioró, menciona la misma publicación, cuando este último decidió prescindir de sus servicios.
A raíz de esto, el oficial, según la versión preliminar, habría exigido una participación en las ganancias derivadas del tráfico de drogas desde las islas de Cartagena. Esto a su vez generó tensiones entre ambas partes. Las amenazas mutuas escalaron hasta que Bertel presuntamente tomó represalias, organizando un operativo falso en el que asesinó a alias Niñoco y capturó a Gomelo en el municipio de Tolú, junto con otros integrantes de la Sijín.
Pese a los señalamientos y las actividades ilícitas que se le atribuyen, Bertel fue promovido dentro de la Policía debido a los aparentes resultados obtenidos en operativos contra bandas rivales. Sin embargo, según las publicaciones, el subintendente continuó colaborando con capos ocultos para facilitar el envío de cargamentos de droga desde el puerto de Cartagena hacia Europa.
En una reunión posterior con capos de Medellín o Cali, Bertel habría recibido 10.000 millones de pesos como pago por sus servicios. No obstante, tras la incautación de un cargamento de droga, los narcotraficantes exigieron la devolución del dinero, a lo que Bertel se negó. Según la publicación donde se explica a fondo esta hipótesis, el oficial se mostraba confiado y actuaba como si no estuviera involucrado en actividades ilícitas, y habría desencadenado su asesinato.
El desenlace dejó un crimen con un panfleto
El ataque contra Bertel ocurrió mientras se encontraba en su vehículo particular cerca del CAI de Ceballos. Dos sicarios, presuntamente contratados por los capos afectados, lo interceptaron y le dispararon. En el lugar del crimen, las autoridades encontraron un panfleto con un mensaje que decía: “Ahora sí disfruta de los 10 mil millones”, lo que refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas.
Frente a los presuntos vínculos entre miembros de la fuerza pública y organizaciones criminales, así como las complejas dinámicas de poder y traición dentro del mundo del narcotráfico, se espera que las pesquisas arrojen nuevos detalles del caso, y de igual forma se espera un nuevo pronunciamiento oficial por parte de las autoridades frente a estos nuevos hallazgos.