En 2024, Colombia exportó 11.260 toneladas de prendas y accesorios de vestir, excluyendo calzado, con un valor total de 447 millones de dólares, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
De este total, las exportaciones de fajas representaron aproximadamente el 12%, consolidándose como uno de los productos más destacados del sector moda del país.
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Colombia, reconocida como una potencia textil en el ámbito de la ropa interior, los trajes de baño y las fajas, ha logrado posicionarse como el segundo mayor exportador de estas prendas a nivel mundial, solo superado por China, según información conocida por Cambio.
De acuerdo con cifras de Procolombia, las exportaciones de fajas generaron ingresos por 54 millones de dólares en 2024, equivalentes a unos 226.800 millones de pesos. Este éxito se debe, en gran parte, a la calidad y tecnología que las empresas locales han incorporado en sus productos, lo que ha permitido que las fajas colombianas sean altamente valoradas en mercados internacionales.
Sin embargo, el epicentro de esta pujante industria se encuentra en Antioquia, que concentra el 45% de las exportaciones de fajas del país. Le siguen el Valle del Cauca y Bogotá, con participaciones del 28% y 24%, respectivamente.
En esta región, empresas como Fajitex, con sede en Medellín, han jugado un papel clave en el desarrollo del sector. Fundada hace 17 años, esta compañía produce mensualmente alrededor de 50.000 unidades de fajas moldeadoras, cinturillas, shorts “levantacola”, ropa íntima y vestidos de baño.
Según detalló Cambio, la empresa emplea a más de 200 personas y exporta sus productos a mercados como México, Estados Unidos, República Dominicana, Puerto Rico y varios países europeos.
Martha Bustamante, directora comercial de Fajitex, explicó a la revista que la calidad de las fajas colombianas ha sido determinante para abrir puertas en mercados internacionales. Además, destacó que la empresa ha diversificado su oferta para incluir productos dirigidos al público masculino y personas mayores, utilizando materiales innovadores y ofreciendo diferentes niveles de compresión para garantizar comodidad y funcionalidad.
Otro de los pilares de la industria colombiana de fajas es el segmento de las prendas posquirúrgicas, que ha ganado importancia gracias a su enfoque en la recuperación médica.
Medivaric, una empresa especializada en este tipo de productos, ha desarrollado fajas con hilaturas que contienen nanopartículas de cobre, un material con propiedades antibacterianas y antimicóticas que favorece la cicatrización.
Según Jairo Cubillos, gerente general de la compañía, estas fajas son ideales para pacientes que se han sometido a procedimientos como liposucciones o mamoplastias.
Medivaric, que inició operaciones en 2002, enfrentó una crisis en 2008 debido a su dependencia del mercado venezolano. Sin embargo, en 2011, la empresa diversificó su portafolio al incluir medias de compresión y una línea clínica, lo que le permitió reposicionarse en el mercado. Actualmente, exporta sus productos a 14 países, incluidos Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, Panamá, Ecuador, Perú, Chile y Bulgaria.
Pero el éxito de las fajas colombianas no solo radica en su calidad, sino también en la constante innovación que caracteriza a la industria.
Según información conocida por la revista Cambio, empresas como Proactive Wear han integrado tecnología avanzada en sus productos, desarrollando prendas que combinan funcionalidad y diseño.
Esta compañía, que nació hace 15 años como una marca de ropa deportiva femenina, ha ampliado su oferta para incluir fajas que moldean la figura mientras ofrecen beneficios como secado rápido, protección UV y propiedades antibacterianas.
Nataly Quiceno, gerente y propietaria de Proactive Wear, destacó que el 70 % de su producción mensual, que asciende a 10.000 unidades, se destina a la exportación. Sus principales mercados incluyen México, Estados Unidos, Ecuador, Bolivia, Israel y Emiratos Árabes.
Además, la empresaria reveló al medio que están trabajando en el desarrollo de una faja sin costuras, termofijada con biopolímeros, que promete revolucionar el mercado.
Por su parte, el éxito de las fajas colombianas está respaldado por factores culturales. En países como Colombia, Venezuela y Perú, existe una mayor preocupación por la forma del cuerpo femenino en comparación con otras naciones de la región, como Brasil o Argentina. Este interés cultural ha impulsado la demanda de prendas de control, lo que ha llevado a la industria a evolucionar desde la fabricación de ropa interior hacia un universo más amplio que incluye ropa deportiva, denim y vestuario casual.
Además, las fajas colombianas han logrado posicionarse en el mercado internacional gracias a su capacidad para combinar funcionalidad y estética. Según Juan Fernando Loaiza, investigador económico de Inexmoda, estas prendas pueden alcanzar precios superiores a los 200 dólares por unidad, muy por encima del promedio de exportaciones textiles colombianas, que ronda los 12 dólares por unidad.